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Marisa invito a Shawn al cine, los dos se verían en la plaza más concurrida de la ciudad.

Eran las 5 de la tarde cuando los dos se encontraron e hicieron su camino hacia el establecimiento del cine.
Habían escogido una película que les gustará a los dos y ahora estaban formados en la fila para la comida.

"Me puedes dar unas palomitas medianas, unos dulces y una Coca..." Marisa interrumpió al chico que intentaba pedir la orden.

"Puedes darnos por favor dos aguas embotelladas." Dijo la chica con una sonrisa de orgullo.

"Vete a la Mier..." Marisa volvió a interrumpir a Shawn.

"Me lo agradecerás." Dijo ella.

"Solo te quedan 13 días." Hablo Shawn para finalizar.

La película fue aburrida, en los comerciales Marisa no paraba de dar maldiciones al refresco y también decía consecuencias por beber Coca-Cola, ella era como uno de esos artículos de internet, los abres y te redactan todo como si te fueras a morir.

El como todo un caballero, se ofreció a llevar a la chica a su casa y así lo hizo.
El camino estuvo lleno de música basura.
Marisa se sorprendió al mirar tantas latas vacías de soda en el automóvil de aquel joven.
Ella imaginaba que eran algunas viejas y que otras eran recientes y eso le repugnaba demasiado.

Los dos avanzaron hasta la puerta de la pequeña casa de Marisa y pararon antes de que ella pasara.

"Creo que sé cómo hacer que dejes ese refresco." Dijo ella suspirando.

"Vamos dímelo." El la reto.

"Ojalá funcione." Marisa suspiro.

Y sin más que decir la chica se lanzó con fuerza sobre Shawn y tomó su rostro, plantando un gran beso en sus labios. El quedo paralizado, pero al final continuo siguiéndole la acción a Marisa.
Shawn estaba muy emocionado y feliz por esto, aunque al mismo tiempo se sentía muy raro.

Shawn sabía a Coca-Cola y Marisa casi vomita.

Coca-Cola S.M Donde viven las historias. Descúbrelo ahora