Twins (FanFic Pretty Little Liars)

Capítulo 4 (Reanudado)

Me desperté por el despertador que sonaba al lado de mi cama. Tenía el iPad en mi mano, descargado. De repente vi que una almohada se revoleaba através de la
habitación, directo hacia el despertador, apagándolo de un golpe. Lara, aturdida por su sonido había lanzado su almohada hacia él. Me reí.

-Creo que alguien comienza el día con malhumor…- dije
irónicamente en dirección hacia la cama de Lara.

Esta se tapo con su frazada hasta la cabeza. Años antes, había pedido a mis padrastros que pusieran viviendo con nosotros a Fernanda y a Lara. Hicieron una casita en el final del patio para Fernanda y rogué que Lara viviera en mi cuarto. Era mi mejor amiga. Lara y yo ya teníamos 16 años, habían pasado 8 años desde mi llegada, íbamos a una escuela privada laica cerca del lugar. 
Cuando Lara se fue a bañar, aproveche para sacar el BlackBerry de mi repisa de libros. Siempre lo revisaba, con la esperanza que Vicky mandara un mensaje. Pero sin embargo, hace 8 años no hablaba con ella. Hace un tiempo, había llamado al ‘’refugio’’
preguntando por ella, haciéndome pasar por una prima lejana, me contaron que estaba muy enferma y que probablemente no mejore. Desde ese día me quedé
pensando ‘’¿Será parte del plan o simplemente se enfermó de veras?'' Esas preguntas son las que invaden mi mente desde ese día sin tener respuesta alguna. No podía irme allá aunque quisiera, tenia ganas de entrar al cuarto como siempre, que ella me explicara todo y seguir luchando. Aveces pienso que esta todo bien, en el ‘’no te rindas’’ de CeCe antes de irme. Pero la vida da vueltas y uno no planea las cosas. Si ella muere, yo tendría que seguir su plan, yo sola, sin ayuda de nadie. Vengarme de alguien que ni siquiera conozco no sería fácil, pero no imposible.
Estaba decidida, llamaría al ‘’refugio'' de nuevo.
Fui a marcar su numero y después de varios tonos me contestaron.
- PRIM. Ushuaia, ¿en que podemos ayudarlo?- la voz de
Amanda sonó en el teléfono.
-Habla Elisa- dije imitando una voz falsa. Supuestamente, ese era el nombre de la ‘’prima’’- Quería saber como sigue Victoria, llame hace unos días y me han
dicho que estaba enferma…
Amanda se quedo callada.
-Lamento decirle que… ayer falleció, sus padres no han podido venir al funeral pero han dado indicaciones de que hacer…
-¿Donde esta enterrada?- dije tratando de ocultar mi voz llorosa.
-No específicamente enterrada, hemos enviado su cuerpo al mar como han dicho sus padres, esta en las costas del….-corte amargadamente, habían tirado a CeCe al
mar. ¿Era eso posible? Tire el teléfono hacia la cama, para
no escuchar el insoportable ‘’PIP PIP PIP PIP PIP’’. En ese momento, Lara salio del baño ya vestida, maquillada y peinada. Me abrasé a ella y lloré con todas mis fuerzas.
La vida de Victoria había acabado, pero la mía recién comenzaba.
…
-Trata de ponerte más maquillaje- indicó Lara
-Gracias Lara- dije, tratando de tranquilizarme.
Había desayunado normalmente pero antes de llegar a la
escuela, en el auto de Lara, había llorado de nuevo.
-Mira, no necesito explicaciones, pero si quieres dármelas, tendrás que hacerlo después de la escuela, ahora solamente tranquilízate.
-Eso haré- dije. Me miré en el espejo retrovisor, apliqué máscara a mis pestañas, practique una sonrisa y salí del coche.
Mis ojos, todavía húmedos y sensibles, se achicaban con mi sonrisa. Sentía como se secaban a medida que caminaba hacia la escuela.
Caminé por los pasillos hasta mi taquilla, dejé mi mochila y tomé los libros de Biología. Lamenté que Lara no estuviera en la misma clase. Subí las escaleras, sintiendo el habitual cosquilléo en mi nuca de miradas curiosas y mis oídos sentían los murmullos de la gente. Ya era cosa habitual. Irritantemente habitual. Traté de no torcer mis frágiles tobillos con los tacones de 10 centímetros que llevaba ese día, entre al aula de Bio y me senté. Me odié por un momento por no apagar el iPad antes de dormir. Revisé en mi bolso buscando mi celular, cuando mi mano se choco con el Black Berry. Lo miré por unos segundos y lo prendí. Seguía teniendo la esperanza de que siguiera aquí y me mandara un mensaje diciendo que estaba todo bien. En ese momento entraron los alumnos y el profesor, mirándome sorpresivamente ya que era poco habitual verme en horario en clases.El profesor empezó la clase. Como siempre hacia que prestaba atención, estaba en el ultimo banco por lo cual, nadie se fijaba, además a mitad de la hora me dormía.

-La fotosíntesis, esta formada por la luz del sol…- la explicación de el profesor se
interrumpió por un sonido de mensaje nuevo. Todos se dieron vuelta hacia mi banco, pero sin embargo ese no era el sonido de mensaje de mi celular. Abrí mi bolso. El
Black Berry estaba iluminado. Me quedé paralizada.
-Kate, apaga ese celular por favor.
-s-si, ahora lo apago. -dije fingiendo que lo apagaba. El profesor volvió a darse vuelta siguió su explicaciónmientras anotaba algo en la pizarra. Cuando baje mi
bolso, discretamente saqué el Black Berry. El profesor se dio vuelta y guarde el móvil entre mis piernas. Noel, que me estuvo mirando, preguntó:
-Profesor, no entendí la parte de ummm… las hojas y eso-dijo volteándose hacia mi y guiñándome un ojo. Noel tenía el pelo negro, facciones perfectas y ojos verdes claros. Era el chico mas guapo de la escuela. Nosotros habíamos estado saliendo hace un tiempo pero, cuando empezaron los rumores, tuvimos que separarnos, ya que a su familia no le cae bien la mía. Daria lo que fuese por volver a salir con él. Por ahora, somos  amigos. El profesor, frustrado, volvió hacia el pizarrón a explicar
de nuevo esa parte. Yo aproveché y guardé mi teléfono en el bolsillo de mi campera de cuero negro. En ese momento Noel me tiró un papelito por el piso. Tiré un
lápiz y lo levante. ‘’Pide ir al baño y vee el mensaje. Después me cuentas de
donde salio ese teléfono’’ Como siempre. Noel estaba en todos los detalles, lo que
significaba algo bueno y malo. Le asintí con la cabeza. Esperé hasta que el profesor se sentara y fui hasta él.
-Profesor.. ¿Puedo ir al baño?
El profesor me miro con cara de pocos amigos.
-No.

-Pero ummm… estoy en…-intenté decir, poniendo la
mejor cara de santa que se me ocurrió.
El me miró, todavía sin creerme, puso los ojos en blanco y asintió dejándome salir del aula.
Una vez en el baño saqué, con las manos temblorosas, el móvil de mi campera. Lo desbloqueé. El mensaje era de un numero desconocido lo cual podría significar que era CeCe o alguna persona que se había confundido de
teléfono.
Abrí el mensaje.