Capítulo 5

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¡¿Qué demonios estoy viendo?!

No sé qué sucedió, cómo fue que pasó, pero, algo en este planeta se detuvo, porque sólo podía ver moverse a una sola cosa. Me sentía vulnerable, atraído como un imán en mis ojos hacia una sola dirección.

Detrás de mi amigo, la mano de una pequeña mujer cubría su hombro. Era difícil describir lo que veía y descubrir lo que en me obligaba a seguirla mirando; fueron sus pequeños ojos, el castaño claro de su cabello, su tes color a la leche con un poco de café, o esa sonrisa tan cómoda que poseía. Era hermosa, de eso estaba seguro. Tenía una hermosura única en su especie, una que sólo descubres si tienes suerte y se denotaba desde lejos lo diferente que era. Lo que podía saber en ese momento es que estaba disfrutando lo que veía, y esa sensación la había dejado de sentir ya hace mucho tiempo; mucho antes de haber terminado con Arielle.

La seguí con la mirada hasta que sus ojos se posaron hacia los míos, no borró su sonrisa, no me miró con rareza, simplemente me veía feliz, como si ser así de alegre fuera tan habitual para ella, como respirar o algo así. Cuando sentí su mirada en la mía, no pude evitar sonreír con cinismo y vergüenza. No me percaté por tantos y ningunos pensamientos de que ya estaba demasiado cerca de mí, incluyendo a Matt. Moví como licuadora mi cabeza y reaccioné por fin, al igual que reaccioné que me encontraba aún con esa pelirroja parlanchina.

—Lamento llegar tarde hermano. —me abrazó como saludo.

—Mi culpa —dijo la chica alzando sus manos repletas de pulseras de tela vieja—. Mi turno de los sábados es demasiado extenso.

Estaba a punto de responderle hasta que Gemma decidió hablar. Más de lo que estaba haciendo era imposible, pero ella lo logró.

—No se preocupen, aquí todo está muy bien. Alex ¿qué no me vas a presentar a tus amigos? —me miró irritada.

—Oh, sí, perdón; Matt, chica de Matt, ella es Gina —debí decir "Matt, chica de Matt y no mía."

—Gemma —soltó molesta la pelirroja.

—Gemma, sí —corregí.

—Un gusto —Matt la saludó y me miró, la volvió a mirar y me hizo una seña con la mano de desaprobación—. Pues ella es Vivianne, Viv, él es Alex, mi mejor amigo.

—Un gusto —estrechó su mano sonriente con la mía amistosamente—. Llámame Viv.

Mis manos en esos momentos eran agua por lo sudorosas que estaban. Traté de no ponerme nervioso.

—No, el gusto es mío, Viv —solté por fin—. Mattcito me ha hablado demasiado de ti. Al parecer eres ruda —soltó una risita.

—Ruda no, segura —respondió dando una mirada a Matt —. Siempre tienes que demostrar seguridad al estar con un chico. Pero... Matt nunca me había hablado de ti —confesó apenada—. ¿Son primos o qué?

Hubo un silencioso incómodo, evitaba la mirada de ambos mientras ellos se miraban entre sí. Creo que Matt me trataba de ocultar por el mismo motivo que ahora yo estoy pasando, o simplemente tenían mejores cosas de qué hablar antes que yo, porque no soy el centro de atención en esta cosa llamada mundo. Intentaba no sentirme ofendido pero me pareció cruel de Matt no hablarle de mí, o hablarle lo bueno de mí.

—¡Es una broma! —exclamó y ahí me di cuenta de que eso estaba planeado—. Si hasta lo que me ha dicho eres como su hermano.

Do me a favour. (Alex Turner)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora