Do me a favour. (Alex Turner)

Capítulo 3

Ya era el día de la reunión con el señor Zhao, conducimos el tramo necesario para llegar a algún hotel accesible y cercano a los clubes de la region. Matt y yo nos levantamos temprano para pasar por los chicos en el cuarto de Jamie, nos arreglamos tan vanidosamente como lo hacemos con regularidad y nos fuimos.

Bajando los escalones Matt preguntó si sería buena idea llevar los instrumentos, pero decidimos no hacerlo, solo eran indicaciones de cómo trabajaríamos para poder encontrar una disquera buena que nos de una oportunidad.

Subimos al auto y Matt decidió conducir. Llegamos al edificio de Jamie para que bajara, llegó Nick y enseguida Jamie, y nos fuimos al Sanctuary House donde Zhao nos citó con algo de nerviosismo. No hablamos mucho y evadíamos un poco la situación haciéndonos poco caso entre nosotros. Fue realmente divertido que hasta no soportamos la risa. Entramos los cuatro en fila. Me percaté de que nuestros atuendos a pesar de ser de los más elegantes y apropiados que teníamos, a comparación de los demás parecíamos vagabundos: Abotonadas blancas, chaquetas de cuero, polos negras y botas. Parecería lo más inadecuado e informal pero es nuestra manera de representarnos, así somos y no permitiremos que nos quiten nuestra esencia, aún si eso nos cuesta unas 500 disqueras.

Zhao desde lo lejos nos vio y con la mano nos indicó que nos acercáramos hacía él.

Caminamos entre las personas de la tan alta sociedad, con collares de perla a un lado, relojes dorados del otro, en frente un rubí y atrás un can exageradamente esponjoso que seguramente estaba comiendo mucho mejor que yo en mi vida. Estábamos cerca de la mesa de Zhao y él se acercó rápidamente a nosotros.

—¡¿Qué tal?! ¡Chicos! —dijo como sí estuviera viendo un enorme cheque con muchos, muchos ceros—. Qué bueno que estén aquí —estrecha su mano agitadamente uno a uno—. Vengan, tomen asiento. ¿Mesero? ¡Tráigame su mejor botella de vino! —se dirigió al mesero y éste asintió con la cabeza. Nos sentamos.

—Lo vemos demasiado feliz como para ser real Señor Zhao ¿está todo bien? —Jamie se atrevió a preguntar.

—¿Que si está todo bien? ¡Está más que bien señores! —exclamó alzando sus manos a la altura de su cabeza—. Mandé a ocho disqueras el CD con su canción que me dieron, y adivinen cuántos han llamado.

—¿Seis? —Matt intentó responder.

—¡Siete! —velozmente el Señor Zhao respondió tronando sus dedos y señalando a Matt—. El octavo aún no da ninguna señal...

El sonido de su propio teléfono lo interrumpió, miró la pantalla y nos sonrío. Dejó que el mensaje de buzón sonara:

—"!Hey Zhao! Soy Benjamin Blast de BB Records. Sólo quería preguntarte sobre esos chicos del CD que me enseñaste el otro día. Son realmente buenos, me gustaría verlos en persona y charlar sobre algunas ideas que tengo para ellos; soy la mejor opción para comenzar bien su carrera, llámame en cuanto escuches esto"

Después colgó. Matt me miró con ojos sorprendidos, yo encogí los hombros diciéndole que no tenía idea. El mesero con el costoso vino llego a impedir nuestras dudas.

—Hace dos años fuimos a BB Records para poder lanzar un sencillo a la radio, pero fuimos brutalmente rechazados —Nick dijo lo que todos estábamos pensando.

—Nos dijeron que éramos unos universitarios básicos, que no teníamos oportunidad —aumentó Jamie.

—Y, ahora quieren que grabemos nuestro primer disco con ellos —me dije para mí mismo, pero lo suficientemente fuerte para que lo escucharan en la mesa. Zhao echó una carcajada mientras servía el vino a cada uno.

—Ha crecido un enorme talento en ustedes, y yo lo sé perfectamente, sabía que había algo en ustedes desde su invitación al ensayo en su sucio departamento —«¡hey! ¡Más respeto al santuario!» pensé—. Era cuestión de unos meses para perfeccionarlo, y ¿ya ven? Las disqueras más importantes del país los piden a gritos y sollozos. Deben de tomar la decisión de en dónde será mejor, qué es lo que quieren y cómo, porque ustedes ya van para los grandes, van para los mejores.

Admito que mi corazón comenzó a latir con una fuerza impresionante, como si estuviera corriendo, no pude evitar imaginarme en frente de diez mil personas con mis amigos alrededor cantando conmigo "I Bet You Look Good On The Dancefloor" y moviendo sus cabezas al ritmo de la batería de Matt, pero era inevitable pensar en el futuro que a la banda le esperaba.

—Para eso, todos sabemos que se necesita un representante que se encargue de las peores y más difíciles situaciones, y me interesa ser la persona que los acompañe por el "intenso camino de la fama" — las manos del Señor Zhao se lanzaron como estrellas. El hombre estaba enloqueciendo—. Si ustedes quieren claro.

—¿Está diciendo, que quiere ser nuestro representante? —preguntó Matt con el mismo asombro que todos.

—Así es —guardamos silencio junto con él, expulsó un gruñido de resignación y comenzó a hablar—. Miren, la verdad es que en el principio no creía en ustedes, los veía muy verdes y pensé que necesitaban más potencial, pero veo que a la gente les gusta lo que hacen, y eso significa que son buenos, y si eso es lo que se piensa es porque es cierto. Ahora creo en ustedes y quiero que ustedes a pesar de lo que hayan oído de mí lo hagan de igual forma. Así que, ¿qué dicen chicos?

Estábamos hablando de Sebastian Zhao, el manager pionero de bandas y cantantes Indie y Rock Alternativo de las últimas décadas, que conoce el mundo entero gracias a las giras mundiales e invitaciones importantes por sus socios; pero cabe a mencionar que el hombre ha tenido una muy mala racha, y está desesperado.

Hace un año el Señor Zhao fue acusado de fraude por una de sus cantantes Pop que no recibió su dinero durante meses por parte de la persona que estaba cobrando por ella; ese era él. Fue a juicio y estuvo un mes y medio en prisión. El probre hombre perdió el ochenta por ciento de sus contratos con bandas y artistas que se encargaron de investigar el caso. Casi se va a la mierda del juego hasta que se fue por el lado de caza talentos, y así encontró personas con épicos sencillos que han estado en varios top's y recibiendo premios y los que tuvieron oportunidad se han mantenido en el mundo musical plenamente. Se salvó milagrosamente y fue así, sin más, fue como lo encontramos a ese perdonaje comiendo un muffin en el Starbucks del centro.

Jamás vi a alguien que nos solicitara con tanta urgencia y aquel hombre que nos pide una oportunidad, a nosotros nos asegura su total compromiso por llegar lejos. Realmente estoy comenzando a creer que es una estúpida broma de la vida, de hecho, en estos últimos días pienso eso de todo constantemente. Pero aún no llega el tipo que dice "¡hey, caíste! ¡Esto es una broma, pequeño imbécil!" No veo algún rostro que me lo delate, simplemente aquí estoy, esperando dar una respuesta a la pregunta de aquel tipo de traje con ojos rasgados por sus descendencias me da.

Los chicos me miraron con una respuesta clara. Acercamos juntos las copas y brindamos.

—Aceptamos.