Prólogo

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Una chica de pelo castaño se despertó, dio un pequeño bosteza para luego caer de nuevo a aquella cama en la que estaba durmiendo hace un momento.

Ese día no tenia nada importante que hacer, no quería levantarse para acabar paseándose por todos lados. Sin otra opción se levanto y se dirigió a su ropero para coger unos vaqueros oscuros, una camiseta de tirantes negra y unas botas con tacones marrones.

Se dirigió a la base de la Port Mafia totalmente aburrida hasta escuchar “Han atrapado a Dazai Osamu”, decidió ir a buscarlo, claramente ya tenía una idea de donde estaba, lo conocía gracias a Mori y Chuuya. Ese hombre es increíble para aquella chica.

Cuando llegó al lugar donde estaba Dazai, estaba con una mirada seria y dispuesta a matarle si hacia falta.

–¿Eres Dazai Osamu?– Dijo por primera vez del día aquella voz femenina que sonaba con inocencia.

–¿Me conoces? Me alegra que una bella dama lo sepa.– Miro a la chica con una de sus sonrías. –¿Vienes a intetrogar me?–

–Se podría decir así. ¿Por que motivo dejaste a la Port Mafia?–

–Puedes preguntar le a Mori-san, el debería saberlo. – Ahora su sonrisa era una desafiante hacia la chica.

–¡Contesta! No tengo tiempo que perder.– Mostraba estar molesta, mas que molesta era solo nervios.

–¿Por que estas en la Port Mafia? Deberías dejarlo.–

–¿Qué...? ¿A qué viene esa pregunta?– Ya estaba confusa, ¿que tramaba ese chico?

–Yo era como tú, esto solo te hará trizas, deberías irte.– Dejo su sonrisa de lado para mostrar preocupación.

–¡Calla te!–

Dio ese grito para irse de ese lugar para caminar un esto por Yokohama, antes de salir de la base se encontró a un pelirrojo.

–¿De que hablaste con el vagabundo?–

–Nada importante, no conseguí sacarle nada.– Cerro los ojos dejando escapar un suspiro de resignación. –Volvere a casa, no tengo nada que hacer.–

La chica se fue dejándo a su compañero atrás, decidió tomarse el resto del día libre. Decidió pasearse por Yokohama.

Mientras caminaba viéndolo todo a u alrededor no se percató de haberse chocado un chico.

–¿Estas bien? –

Aquel chico le tendió la mano para ayudarla a levantarse, ella acepto. Miro al chico atenta.

–¿Quién eres?– Pregunto con curiosidad.

–Soy...–


Y lo dejo hay. ¿Les gusto como quedo?

Os pido opinión ;;

Bueno.

Ya me voy.

Adiosito.

Amor de mi imaginaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora