Sus ojos ya no podían llorar, la pena era tan grande y profunda en su alma que era imposible que saliera toda por sus bellos ojos grises. Su pelo estaba tan enmarañado que parecía una trampa, una abundante telaraña que atrapaba las penas para exprimir las y alimentar su mente trastornada y afligida.Miró fijamente el silencioso camino y casi gritó al percibir una oscura bruma que se levantaba y avanzaba lentamente engullendo todo a su paso. La oscuridad ya era sofocante pero aquella bruma la hacia tenebrosa y siniestra.
El puente no era muy bonito pensó y el agua que corría debajo de el no era para nada amigable.
Se pasó la mano por la cabeza y se detuvo un momento a pensar en el espectáculo de su cuerpo hundiéndose allá abajo bajo litros y litros de agua verdosa y fría. Luego con un estremecimiento pensó en su piel siendo devorada por los peces hambrientos.La noche seguía serena, tan callada. de vez en cuando algún grillo emitía un estridente canto que se perdía en el vacío de aquella lóbrega noche. Salvo unas cuantas tristes estrellas de lejana y fría luz no había ninguna fuente de luz que alumbrara la pena de su rostro.
En otros tiempos hubiera hecho una oración a algún dios invisible pero ahora ya no creía en nada de eso. Estaba convencida de que estaba completamente sola en tan basto universo, que nadie ni nada jamás la entendería.
Tocó tímidamente la barra cilíndrica, la cual se extendía a todo lo largo del puente de mas de quinientos metros de largo. El metal estaba frío y húmedo al tacto por la fresca temperatura nocturna. Le tomó cierto esfuerzo subir por sobre la barra y colocarse en la peligrosa posición que quería. Abajo a una distancia de unos doce metros las pálidas aguas le devolvían ocasionales reflejos portentosos, un claro aviso de peligro.
Al estar allí en la soledad y lista para poner fin a su angustia, las lágrimas parecieron por fin encontrar camino de salida y un torrente de lágrimas tenuemente iluminadas por dos o tres estrellas ingratas se resbaló por su rostro acariciando sus mejillas.
Lloró angustiosamente, con una amargura que daba verdadera lastima. Y todo había sido su culpa. Por mas que le doliera esa era la verdad. Entre sollozos pensaba que todos tenían razón para odiarla. ¿como fue capaz de ser tan irresponsable? Era su deber manejar y hacerlo de manera segura.
¿Porqué decidió responder a ese mensaje justo en ese momento? Su mente se deshacía pensando en su hermana, tan tierna, tan inocente. Su sonrisa, sus caprichos, sus infinitas ganas de vivir. Sus sueños. La gran amistad que las unió.
Por mas que trató no pudo apartar de su mente vívidos momentos, como cuando susy tenia miedo por las noches y venia tímidamente a pedirle que la dejara dormir con ella. Su cama siempre tenia un espacio para ella. Pero ya todo eso era pasado. Susanna ya no era mas que carne para los gusanos.Cuando cesó el llanto se armó de valor para completar lo que había venido a hacer.
Pero detalles insignificantes no paraban de llegar a su mente y aunque temblaba y sentía casi la necesidad de saltar de allí, era como si alguien le diera motivos para no saltar.Miles de pequeñas imágenes le asaltaban cosas sin sentido como que no había escrito una nota. Esto le parecía tonto pues pensaba que no estaba tratando de llamar la atención solo quería desaparecer.
Además pensó que a nadie le importaría. Y sin embargo al pensar en esto un enorme rayo de luz atravesó las densas tinieblas de su mente y le hizo ver lo injusta que estaba siendo. thomas no se merecía eso. Como pudo ser tan desconsiderada? El siempre la había amado. Ella era su motivo de vivir. Y si ella había sobrevivido los últimos seis meses fue todo gracias a thomas, incluso trató de convencerla de irse lejos. Ella solo tenia 16 pero el le prometió que vivirían como hermanos hasta que ella fuera mayor de edad.
Pensando en tales cosas ya su empresa de poner fin a su existencia tendría que ser aplazada. Pues aunque era novia de thomas solo era por pura pena pero era tan buena persona que no merecía ese disgusto.
Envalentonada con esto, trató de abandonar el borde exterior del puente y regresar andando. Acto por lo mas espantoso debido a lo tarde que era. Pero ella jamas pensó en hacer ese viaje con boleto de vuelta.
Sus frágiles dedos se aferraron cuidadosamente al duro y frío metal, pues ahora veía la locura de lo que había querido hacer. Hizo un esfuerzo flexionado las rodillas para subir de un salto, cuando trastabilló y no pudo precisar si lo imagino o no pero sintió como una mano brusca la empujó al vacío.
La horrible sensación de caer libremente fue peor de cuanto había imaginado. La caída pareció durar eternamente.
Sintió su cuerpo flotar en el vacío mientras que todas las escenas de su vida transcurrían frente a sus ojos. Imágenes a vertiginosa velocidad se amontonaban en su cerebro y eran tan reales y vívidas. Algunas de inmenso placer otras de nefasta pesadilla. Las veía sin poder interactuar con ellas como si flotaran a su alrededor.
Las mas grotescas eran las del cadáver de su madre en la tina. Justo como ella la había encontrado. El agua rojiza por la abundante cantidad de sangre que salia de sus muñecas cortadas. O el cuerpo sin vida de su hermana Susanna con los ojos vidriosos mirando hacia algún punto lejano.
De pronto el contacto y el agua salpica en un estruendoso chapoteo acallado por la inmensa corriente.
Lo que siguió fue confuso y espantoso. La imposibilidad de movimientos debida a la mala forma en que calló. El tremendo dolor en sus costillas, la fuerza brutal que la arrastraba y le daba mil vueltas. Agua y mas agua entrando sin clemencia por su boca y nariz. Finalmente silencio quietud, negrura total. La nada.
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Infernum
Horrormorir, caer al atroz vacío cruel. caer y nunca ser escuchado, gritar y nunca conocer la compasión.