Capitulo 2 (parte 1 )

572 29 3
                                    

Luego de cortar, me pare de la cama y fui al cuarto de mi madre a decirle que mañana a medio día saldría mi vuelo.

–     Mama, mi vuelo sale mañana al medio día.

–     Ok, ¿ya preparaste tus maletas?

–     Una, me faltan dos o tres.

–     Te vas por unos meses no a vivir alla.

–     Si pero Victoria no me dijo cuantos meses exactamente así que me llevo ropa de más por si acaso.–     Y luego vuelves con cinco maletas más. – la mire extrañada por su comentario.

–     No me digas que estando alla no vas a comprar ropa. Por eso digo lo de las cinco maletas más.

–     No voy a llenar tantas maletas con pura ropa.

–     A mí no me engañas señorita. Yo se la cantidad de ropa que compra usted, ve algo que le fascina y no duda dos veces en comprarlo.–     Tienes razón. Voy a terminar de empacar todo.Salí de la habitación de mi mama, agarre mi teléfono y escribí en twitter: Buenas noches a todos, mañana me voy a Londres, los amo. Deje el teléfono en la mesa y encendí el televisor en un canal de música. Me dispuse a empacar todo, cuando termine eran la una de la mañana. Me acosté en mi cama y caí en los brazos de Morfeo. A la mañana siguiente, desperté por culpa de la alarma, eran las diez de la mañana, me pare y fui directo al baño, me vesti. Al bajar, encontré a mi madre haciendo el desayuno.

–     Buenos días _______. – dijo mi mama volteando para verme.

–     Buenos días. – dije acercándome a ella para besar su mejilla.Nos sentamos en la mesa a comer tranquilamente. Luego de desayunar vi la hora en el reloj de la cocina, las 11:15 de la mañana, en 45 minutos salía mi vuelo. Subí a mi habitación y baje con el equipaje en la mano.

–     Mama, voy a llamar un taxi para que me lleve al aeropuerto, el avión sale en 40 minutos. – dije dejando las maletas a un lado del sofá y sentándome en este al lado de mi mama.

–     Yo lo llamo. – se ofreció.Luego de cinco minutos, el taxi llego, y con él, el momento más difícil, despedirme de mi mama. De la mujer que me tuvo nueve meses dentro. La que soporto mis rabietas durante mi adolescencia.

–     Ma, ya me voy.

–     Lo sé. – su voz sonó entrecortada, fije mi vista en ella y tenía los ojos cristalizados.

–     No llores, no me voy para siempre.

–     Te voy a extrañar demasiado. – dijo abrazándome.

–     Yo también te voy a extrañar.Dicho esto, salí de la casa y mama me ayudo a llevar las maletas hasta el taxi, el taxista se bajó y subió el equipaje a la maletera. Subí y nos dirigimos al aeropuerto. Al llegar, le pague al taxista, él se bajó para ayudarme con las maletas.

–     Gracias. – le dije cuando termino. Él subió al auto y se fue. Agarre el equipaje y entre a la gran construcción que se encontraba delante de mí.Saque mi teléfono y vi la hora, 11:35 am, aún faltaba para que el avión llegara. Lleve el equipaje al lugar donde los envuelven con un plástico transparenté o de color verde amarillento. Solo me quede con un bolso de mano. Al terminar me dirige a la cafetería, estaba casi llena, solo quedaba una mesa libre.

–     Un capuchino, por favor. – le dije a la muchacha que se encontraba detrás del mostrador.Al entregármelo le pague y me fui a sentar en la mesa que continuaba libre. Me puse a pensar las cosas que hice y viví en Nueva York, en mi madre y lo mucho que me extrañara y yo a ella, en Victoria, en las modelos que eran mis amigas. En mi padre que me hacía mucha falta, si estuviera con vida estaría orgulloso de mí. En cómo serían las cuatro chicas que irían por mí al aeropuerto. Como seria la ciudad, ya la he visto por fotos pero no es lo mismo verla en un pedazo de papel que tenerla en frente y contemplar su belleza.

–     Pasajeros del vuelo 439 con destino a Londres, por favor abordar el avión. – dijo una voz por el alto parlante sacándome de mis pensamientos.Abandone la cafetería y me dirigí al pasillo para entrar al avión. Al llegar, fui a uno de los asientos que se encontraban libres. Me senté al lado de la ventana.

–     ¿Quiere algo de tomar? – pregunto una aeromoza.

–     No, gracias.

–     Por favor, abrochen sus cinturones, estamos a punto de empezar a volar.El avión comenzó a moverse por la pista y pronto tomo la velocidad necesaria para despegar. Asome mi vista por la ventana y vi por última vez, la ruidosa ciudad de Nueva York, la ciudad que me dio muchas oportunidades las cuales no desaproveche, a los diez minutos de haber despegado me quede dormida. El viaje iba a ser largo, más o menos once horas. Luego de dos horas desperté, aún faltaba mucho para llegar, saque un libro de había empezado a leer un mes atrás pero no me había dado tiempo de terminarlo, tres largas horas pasaron, había terminado de leer hace casi media hora, no soy de las personas que duermen durante los viajes, siempre estoy consciente de lo que pasa a mi alrededor. Si dormía, no pasaba de dos horas y media, excepto si estaba demasiado cansada, me puse a ver una película que estaban pasando en la pequeña pantalla del avión y cuando faltaba casi una hora para llegar, volví a quedarme dormida.–

     Señorita despierte. – escuche una voz femenina. –el avión ya aterrizo. – dijo luego de que yo abriera los ojos y estos se acostumbraran a la brillante luz del sol.Mire a mi alrededor y solo quedaban unos pasajeros que estaban en las mismas condiciones que yo. Salí del avión y fui a buscar mi equipaje, luego de eso, me dirigí a una habitación abierta llena de gente esperando a sus familiares o amigos. Vi a cuatro muchachas con un papel que contenía mi nombre, me dirigí a donde ellas estaban

Unidos por la famaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora