Unidos por la fama

Capitulo 40

Fontana de Trevi.

Llegaron a la fuente en bus, para la temperatura que había, se encontraba mucha gente en el lugar. Caminaron hasta la construcción. En el agua se hallaba una muy fina capa de escarcha. Harry se quitó un guante y pasó la mano por el agua, haciendo que la escarcha se removiera de ese lugar y se formaran ondas.

- Solo a ti se te ocurre hacer eso. - dijo Jen.

- La tienes agarrada conmigo, ¿o qué? - replicó el ruloso. - todo lo que hago, lo criticas.

- Él no es perfecto, Jen. - defendió Sam.

- ¡ves! Ella si me entiende. - dijo Harry con entusiasmo, dándole un beso en la mejilla a la castaña y abrazándola por los hombros. Bajó la mirada.

Estaban todos hablando, cuando un grito los sobresalta a todos, principalmente a alguien.

- ¡Gabriela!

La nombrada volteo, llevándose una sorpresa que realmente se la había esperado pero no en ese momento. El neutro presentimiento que había tenido días atrás era por algo, y ese algo -o mejor dicho, alguien- estaba parado delante de ella con unos metros de diferencia.

- ¿Quién es ella?; ¿la conoces? - preguntó Niall. Gaby aún estaba inmóvil. - ¿Gaby?

- Si, si la conozco. Es mi madre.

Camino rápidamente, casi a **** de correr, hacia donde se encontraba su madre.

- Mami. - la abrazó fuertemente.

- ¿te ovidaste de mí? - pregunto su hermana.

- Claro que no, Maeve. - la cargó, uniéndola al abrazo. (se pronuncia Meiv)

Maeve era una niña de dos años y medio, pelo ondulado y dorado hasta la mitad de la espalda, piel pálida, mejillas levemente sonrosadas, ojos color café muy claro.

- Tenemos que hablar de unos cuantos asuntos, señorita. - le susurró su madre.

- Lo sé.

- Pero ahora no.

- Mama, ven conmigo. Tengo que presentarte unos amigos.

- Chicos, ella es mi mama.

- Hola. - dijeron al unísono. Luego de que cada uno se presentara formalmente diciendo sus nombres, la pequeña Maeve habló.

- Ota ve te ovidaste de mí.

- ¿Quién es esta lindura? - pregunta Sam, colocándose a su altura.

- Mi hermana. - Niall la mira.

- ¿Qué edad tienes, linda?

- Dos año. - respondió mostrándole los dedos.

- Gaby, quedo helado.

- ¿con este frio, Maeve?

- Ti. - Bueno, ¡vamos!

- Las acompaño. - dijo Gaby.

Al salir de la heladería que estaba cerca, volvieron al lugar donde estaban los demás.

- Gabriela, ven un momento.

- Voy. Sam mantén a la niña, ahora vuelvo. - la castaña asintió.

- Mira, sé que tienes cosas que hacer, aunque si no me equivoco estas de vacaciones, - comenzó - te quería pedir si podrías cuidar a Maeve.

- Claro. ¿puede quedarse con nosotros hasta que nos vallamos de Italia?

- ¿Cuánto tiempo van a estar aquí?

- Nos quedan cinco días aquí.

- Ok. La paso buscando dentro de cinco días. Aquí tienes su maleta, iba a llevarla con su niñera pero apareciste.

- Adiós, Maeve. - dijo su madre, al volver con los demás.

- ¿a dode vas?

- Tengo un asunto en el trabajo, te quedaras con tu hermana por cinco días.

- ¿!en terio!?

- Sí.

- ¡siii! - corrió con su hermana, abrazando sus piernas.

- Adiós, linda. - la abrazo, dándole un beso.

- Chao, mami.

Se fue.

- Pensé que ella se iba a ir con su madre. - comenta Harry.

- ¿Qué tiene de malo que se quede con nosotros? - pregunta Niall - a mí me agrada la idea.

Se agacho, quedando a la altura de la niña, deposito un corto beso en una mejilla. Ella coloco sus cortos brazos alrededor del cuello del rubio, él, entendiendo lo que Maeve quería, la levantó. La niña sonrió al no sentir el suelo bajo sus pies.

- Ves - continuo Gaby - él sí sabe tratar a una niña.

- No soy niñero, Gaby.

- Yo tampoco- dice Niall.

- Tu adorabilidad te ayuda con los niños. - sigue Harry - en cambio, lo mío ayuda con las chicas.

- ¿y qué es lo tuyo? - reta Niall.

- Lo sexy.

El rubio frunce los labios y el ceño, levemente.

- Él también tiene su lado sexy. - defiende Gaby.

- Ella me entiende.

- Pues, Sam me entiende a mí. - añade el ruloso. - ¿o no, Sam?

- Un poco.

El pequeño cuerpo de la niña se estremece a causa de una brisa fría, apegándose mas a los brazos de Niall.

- ¿tienes mucho frio?

- Ti.

La apretó aún más.

- ¡suetame, no tan dudo! ¡Me vas a asficiar!

- No te apreté duro, Maeve. - soltó su agarre - ¿mejor? - la niña asintió. - Gaby, ¿puedo llevarla para que vea mejor las estatuas?

- Sí.

- Gracias. Vamos, Maeve.

Niall camino con la niña en brazos. Al llegar se inclinó rápidamente hacia adelante, Maeve reaccionó inmediatamente agarrándose por el cuello de él.

- Ahora eres tú la que me va a asfixiar. - rio.

- No buevas a hater eso.

- ¿Por qué no?

- Po tu cupa cati me caigo.

- No dejaría que te calleras, me caes muy bien, además, el agua es fría.

- ¿po qué mi hemana se fue de casa? - su cuerpo se tensó, ubico a Gaby con la mirada.

- Eso pregúntaselo a ella.

- ¿no tabes po qué?

- Si se, pero es mejor que ella te lo diga.

Maeve era muy pequeña para entender eso, tal vez solo entendería un poco, ¡ni siquiera tenía tres años! A parte de que él tampoco sabía cómo explicarle un tema que no era de su vida.

- Si ella te lo dice, posiblemente no entenderás.

- ¿po qué?

- Eres muy pequeña, apenas eres una bebe.

- ¡no entieto! Io sono una bambina grande.