Cap. 1 Cuidarte

733 13 0
                                    

Actualidad


Mire por segunda vez el plato de cereal que tenía justo afrente mío, mis ojos después veían a mis padres, mi papá sentado en el otro extremo de la mesa y mi mamá a su lado. Yo me siento en el otro extremo, por otras sillas que nos separan.

Mi madre lleva puesto un vestido azul marino, con unos tacones a color y mi padre lleva un traje igualmente azul con corbata gris. Si no fuera de que soy consciente que duermen juntos, entonces pensaría que se odian. En la mesa siempre lo único que hacen es comer su desayuno, comida o cena; pero nunca se hablan, ni se dan una sonrisa, nada por el estilo....bueno, cuando yo no salgo con ellos ni nada, se tratan con mucho amor.

Escapo de mis pensamientos, cuando veo a mi madre, me mira con sus ojos maquillados y mueve algo sus labios pintados de rosa.

-Adara, come antes de que Mafalda lo haga-dice mi mamá de forma tranquila

-¿Quién?-pregunto aún en shock

-Mafalda-señala con su tenedor, a nuestra perrita pastor australiano

Me percato de que Mafalda, está intentando comer mi desayuno, pero puedo empujarla, hasta que baja. Al momento de quitar la, pongo mi mano izquierda en mi mandíbula, donde recargo mi codo en la mesa y en mi mano derecha aún sigo con la cuchara y revuelvo más el cereal, nuevamente no tengo hambre este día. Mi madre hace un ruido en su boca, disgustada por mí poca alimentación.

-¿Cuál es el punto para no comer?-dice mi mamá y levanto a verla-No estás gorda, ni fea, come de una vez-dice mi mamá enojada

-Hay más cosas por las que no sé come, Selma-dice mi padre a mi defensa-La anorexia y la bulimia no es la única consecuente de la falta de apetito

-Pues entonces, dime el porqué no come nuestra niña-dice niña en forma aguda y molesta

-Ayer, leí que el estrés y la depresión, son causantes de ello y que además, al acusar de anorexia y bulimia, sin conocer, hace más daño-dice mi padre inclinándose más

-¿Y tú qué dices?-pregunta mi mamá viendo a mi papá

-Seguro está estresada, por los trabajos de la escuela, el tiempo y contando sus actividades pesadas, ¿verdad cariño?-pregunta mi papá viéndome

-Sí, es verdad-digo viéndolos a ambos

-¿Es suficiente para tí?, Selma-dice mi padre viendo a mi mamá

-Sí-dice algo molesta

-Bueno, será mejor que me vaya-digo levantándome de mi lugar

-¿No quieres que te vaya a dejar?-pregunta mi mamá viéndome ya calmada

-No gracias, necesito caminar-digo caminando al sofá y agarro mi mochila de lado-Hasta el rato

-Adiós-dice mi papá tomando su café

Mi mamá se despide con la mano, sonrío y camino hacia la puerta, agarro mis llaves de la casa, para luego abrir la puerta, salir y cerrarla. Miro hacia delante y veo la casa vecina de al frente, el sol a mañana; respiró hondo y cierro un momento mis ojos. Abro de golpe mis ojos, a cómodo mejor mi mochila de lado, empiezo a caminar para salir de casa, hasta girar a la derecha, para estar en la banqueta-Ojalá y Dios se apiade de mi alma-empiezo a caminar más hondo y mi respiración se agita un poco.

-¡Adara!-grita una voz masculina

Me detengo en shock, giró un poco mi cuerpo a la derecha, viendo la casa de a lado y ahí está no solo la figura, si no el mismo Ellek. Está su cuerpo sosteniéndose en su auto, cuál tiene las llaves de a afuera-Supongo que ya se iba-Empieza caminar hacia a mí, cuando veo su acercar, examino detenidamente su uniforme, a diferencia del mío, el de él es más elegante. Contiene un saco azul marino, con una camisa de botones blanca, un chaleco negro, su corbata es negra y sus pantalones azules, además de sus zapatos negros. Mi uniforme es de color negro, es un vestido, como a empezado a hacer frío, llevo camisa de botones de manga larga, unas medias blancas y los zapatos negros escolares.

Sumisa. Facetas de una tentación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora