Un día dificil

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Parte 3

-Me alegro mucho de que estén disfrutando a su bebé.-les dijo magdalena entrando a la habitación.-solo paso a despedirme de ustedes. Magnus recuerda que debes llevar a Sam cada mes para que pueda revisarlo.

-por supuesto y muchas gracias.-respondió Magnus cansado.-por todo.

-no tienes nada que agradecerme.-sonrió ella.-por cierto los ojos de tu bebé los podrás ver dentro de un par de días. Ellos tardan un poco en abrir sus ojitos.

-asi que el color de ojos de mi hijo seguirá siendo un misterio.-suspiro Magnus.

-al menos ya lo tienes en tus brazos.-respondió isabelle.

Magnus asintió sonriendo complacido.

-¿Magnus?.-lo llamo Robert atrayendo la atención de todos en la habitación.-me dejarías cargarlo.

-claro que si Robert.-respondió el brujo. Sabiendo que el hombre no sería capaz de lastimar a Sam estando rodeado de toda su familia.

Robert se acercó a la cama recibiendo de los brazos del brujo a su nieto. Era bastante extraño verlo ahí, de esa forma, con la mirada enternecida por tener a su nieto en sus brazos, murmurando algunas palabras que nadie lograba escuchar pero que Robert las decía con el corazón en la mano. 

-bien.-dijo isabelle acercándose a su padre.-ya fue suficiente dámelo.

-no isabelle es mi turno.-se quejo su padre.-Tú lo tuviste ahí afuera.

-soy su tía.-reclamo isabelle.

-y yo su abuela.-interrumpió maryse.-así que Robert dame al bebé.

-esto va a ser una masacre.-murmuro Magnus.

-Sam es un niño con mucha suerte.-respondió alec. Observando a su padre ser acorralado por ambas mujeres

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Una semana después Magnus estaba sentado frente a su escritorio, después del nacimiento de su hijo Magnus había regresado a hacer los trabajos pendientes que tenía y algunos otros que eran nuevos. Sam era un niño bastante tranquilo solo lloraba cuando tenía hambre o necesitaba un cambio de pañal, por lo demás no había ningún problema. Incluso habían conseguido que una mujer les diera leche materna para que el pequeño no se alimentara de formula.

-Ya es muy tarde para que sigas ahí.-le dijo Alec entrando a su departamento.

-lo se. Me iré a dormir en cuanto termine esto....-antes de que Magnus pudiera continuar Sam comenzó a llorar.-yo iré.

-no yo voy.-le dijo el nefilim.- tú estas muy cansado.

Alec se acercó al cuarto de su hijo notando que la ventana del cuarto estaba entre abierta haciendo que la habitación estuviera un poco fría se acercó a ella y la cerro. Era la cuarta vez que la encontraba de esa forma y eso le molestaba pues temía que Sam se enfermera.

-Hola campeón.- susurro alec después de haber cerrado la ventana.-¡Magnus!.-gruto alec sorprendido. Su bebé ahora lo observaba, sus dos ojitos preciosos estaban por fin abiertos.

-que sucede.-pregunto Magnus entrando rápidamente la habitación.

-mira a Sam.-sonrió alec señalando dentro de la cuna.

Magnus se acercó un poco más a la cuna notando que su hijo al fin tenía los ojos abiertos observandolos tranquilo de ver a sus papás juntos.

Eran azules tan azules como los ojos de Alec.

-como dos gotas de agua.-murmuro Magnus.-siempre supe que serían como los tuyos.

-mantenía la esperanza de que fueran como los tuyos.-dijo alec tomando a su hijo de la cuna.

Lightwood-Bane [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora