Te esperaré. Te amo {en revisión}

Sonríe

Algunas semanas habían pasado de aquel día. Era un viernes, en el cual no iríamos al colegio. Esa misma noche sería el baile.
Realmente no quería asistir, pero Aledis me hizo lo prometer. Nadie me había invitado, realmente no había razón alguna de ir.
Aledis estaba muy entusiasmado, me acompañó a ver vestidos. Eligió uno algo infantil. Un vestido corto celeste con la pollera hecha de tul. Realmente odio los vestidos pero aún conservo este.
Unas horas antes de ir vino a mi casa. Dijo que era una urgencia el que me vea linda. Me hizo un hermoso peinado que nunca imaginé usar. Realmente no lo entendía, ella se estaba preocupando mucho de mi apariencia. Lo ignore.
Fuimos al tan aclamado baile. Aledis se fue con Nil cuando empezó la música. Se veía feliz ,aunque de tanto en tanto miraba hacia la mesa en la cual me sentaba. La saludaba de tanto en tanto. Aún no entendía lo que sucedía.
Pasó un poco más de la mitad de la fiesta y yo seguía en el mismo lugar, mirando como mis dos amigos bailaban felices. Nadie se había acercado a mi en todo este tiempo. Aledis me miró nuevamente pero está vez se veía preocupada, hasta asustada.
Vi como ella le susurró algo a Nil. Las mesas estaban lejos de la pista así que no los escuche. Se fueron a otra habitación, yo los segui. Sabía que no harían algo extraño, y si lo hacian quien era yo para detenerlos.
Me puse cerca de la puerta que habían dejado abierta. Estaba teniendo una conversación la cual yo no quería escuchar hasta que oí mi nombre.
-Yelina me preocupa, he hecho de todo para que se vea guapa y nadie le hablo.- me sorprendió el oír esa confesión. Yo estaba preocupando a Ale, sin darme cuenta.
-Mira, sabes que todos aquí son idiotas.-
-Pero ella no se ve feliz de esta forma.- el no respondió pero estoy segura de que había concordado.
-¿Puedes bailar con ella? Se que no debería preguntarte esto pero sé que la quieres igual que yo.- esto me sorprendió de masiado. Corrí devuelta a mi asiento. No importa si el aceptaba o no, debía parecer que yo no oí esa conversación.
Después de unos pocos minutos Nil y Ale se acercaron a mi. Él me pregunto si quería bailar con él y mi amiga me miraba con una sonrisa. Ella aceptaba esto y quería que lo hiciera. Acepté la mano extendida de mi amigo y me fui con él. No voy a mentir, fue divertido y mi sonrisa estuvo más tiempo de lo normal.
-Sabía que era cierto.- No entendí a lo que se refería.
-Es cierto que te ves mejor cuando sonríes.- me apretó la mano en forma en la que cayera en el y nos abrzamos. No era como los abrazos de Aledis pero igual me gustaba.
Desde ese día Nil se volvió el tercer mejor amigo de nuestro grupo. A Ale no le gustaba más, le había dejado de gustar antes del baile.
Nunca me olvide de lo que me había dicho Nil. Comencé a sonreír más frecuente. Aunque no era necesario fingirlo más. Gracias N.