Tómates

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Ya habían terminado las vacaciones y comensariamos nuestros años de secundaria. Los tres pasábamos todos los recesos juntos. Era divertido no estar sola.
Estaba saliendo del colegio cuando una mano me agarra y llevar con ella. No hubo forcejos, porque conocía a esta persona muy bien. Me conducio a un pequeño callejón. El tacto de su mano era distinto al que estaba acostumbrada, era más cariñosa.
-¿Que pasa,Yeli? ¿Te olvidaste del reto de Nil?- No podia estar hablando en serio. Aledis me estaba obligando a cumplir aquel reto que no hace muchas horas había negado.
Mis mejores amigos y yo jugamos a verdad o reto en el receso. Cuando fue el turno de Nil me reto a besar a Ale. Yo me negué con mi cara ardiendo de vergüenza. N me llamo gallina todo el resto del día.
No entiendo por qué Ale quería hacerlo. Tal vez quería que nuestro amigo pare de molestarme. Decidí que era mejor hacer que Ale parara de tratar convencerme y simplemente hacerlo.
Me paré en una de las cajas que había para no ser tan petiza a comparación de ella. Pude sentir el sonrojo de mi cara pero ella pareció ignorarlo. La besé, fue tierno como los besos de mejilla. Las únicas diferencias eran que este era en la boca y era mi primer.
Se sintió raro,era algo que jamás creí sentir. No entiendo que siento ante este beso hoy en día, fue algo muy extraño.
Aledis no tenía miedo de contárselo a Nil. Él se rió más de lo que debió por el simple hecho de la caja. Aunque lo peor fue que estaba más roja que un tomate. Me alzó ya que soy muy petiza para él. Odio que hagan chistes sobre mi estatura pero es mi culpa por tener gigantes como amigos. Me llevo en su espalda todo el camino a casa.
Cuando Ale se fue, Nil me susurró que me ayudaría. Aún no entiendo lo que quizo decir

Te esperaré. Te amo {en revisión}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora