Compañeras

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La clase con Aledis tomó sus frutos. Mis notas no podrían estar mejores, lo que alegra a mis padres. Pero hay algo extraño en ella.
Hace un tiempo ya mi amiga no está viniendo a buscarme en los recreos. Si ella no lo hacía yo la buscaba. No me gusta estar sola y menos si no sé que está ocupada.
Fui a su clase esperando que esté allí. Efectivamente, pero no estaba sola. Era esa chica, Sofi. Pensé que tal vez era algo de los apuntes de la clase así que me acerque a ellas.
Aledis me sonrió como siempre lo hace. Por el contrario Sofi me miraba con odio. No sé que le pasa a esta chica, ni siquiera me conoces. Mi amiga le estaba enseñando algo de biología. Ella me dijo que esperara un segundo, pero la chica dijo que tal vez les tomaría un tiempo.
Decidí no molestarlas y salir de la clase. Lo último que quiero es que Ale me vea como una molestia. En la puerta estaba Nil, quien ocupaba todo el espacio por culpa de su altura. Se veía un poco molesto consigo mismo. Aunque se burle de mí de vez en cuando se que es mi mejor amigo y me preocupa. Le pregunté, pero su respuesta fue más sorprendente de lo que creí.
Él quería llegar antes de que Sofi y Aledis se juntaran. Al principio no entendí el problema pero él continuó.
-¿No es obvio? So gusta de A.- En ese momento, volví a mirar hacia atrás. En realidad se podía notar que estaban muy juntas pero no era tan obvio. Aledis no es tonta como para no darse cuenta.
-No te preocupes hormiguita, yo estoy de tu lado.- Odio que me llame de esa forma. Nil siempre tiene sus apodos propios. Como Sofi es So, Aledis es A y Yo hormiguita. Realmente no se le ocurrió mejor apodo. Aunque hay algo que no entendí bien ¿"Mi lado"? Pero si yo no competiría contra Sofi. Realmente si Ale gusta de ella yo estaré, triste. Si es verdad lo admito estaré triste, pero me alegraría por ellas. Mi amiga sería feliz con la persona que ama.
Me quede pensando en ello por un momento hasta que N me saco de mi transe. Me empujó hacia las chicas. Le dijo a Sofi que tenían algo que hacer. De seguro se lo inventó en el momento pero ella fue con él. Hace falta mencionar que fue de mala gana.
Aledis me miró con su sonrisa y fuimos juntas al kiosco por caramelos. Nos sentamos en uno de los bancos de patio y charlamos. La verdad es que tenía una duda muy grande y quería saber si respuesta. Tal vez la sorprendiera, pero yo tenía que saberlo.
-¿Que opinas sobre los homosexuales?-

Te esperaré. Te amo {en revisión}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora