Mejor Amigo

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Nil me había dicho que ponerme. Eligió un vestido de verano con unas zapatillas. No entiendo porque siempre me eligen vestidos.
Llegue un rato antes de la hora acordada. Me senté en un banco a esperarla, pero no tardó tanto el llegar.
Hablamos de muchas cosas, pero nunca de nosotras. Ale en un momento se para y me pregunto si quería algo del kiosco. Acepté siguiéndola hasta el local. Sin preguntarme agarro una caja que decía "Pocky". No me queje ya que nunca los había probado.
Caminamos por el parque mientras ella comía las galletas. Era divertido estar con ella, no era como siempre.
Las horas pasaban, nosotras nos abrazábamos siempre que podíamos.
Aledis de pronto se quedó paralizada por lo que había al frente nuestro. Sofi estaba llorando descontrolada. Nos acercamos a ella pero solo se alejó.
Me culpa de todo. Cada cosa mala que le había ocurrido en su vida, creía que era mi culpa. Ale se enojo más de lo normal. Me defendió como si no hubiera un mañana.
La verdad es que me sorprendí. Jamás creí lastimar a alguien, menos a una persona que apenas conozco. Le pedí a mi amiga que se calmara.
Ale me tironeo del brazo, caminamos lejos de la chica, detrás de unos árboles. No entendía bien que ocurría. Ella me abrazo y me dijo al oído que no le prestara atención a lo que Sofi dijera.
Asentí con la cabeza recordando que Nil me había contado que ella gustaba de Ale.
Mi amiga sonrío. Caminamos un rato más hasta que ella me quería contar algo. Me pregunto si me acordaba del baile, respondí que si.
-Yo sabía que Nil gustaba de ti desde antes del baile. Le dije que te pidiera a ti ir con el, pero lo rechazaste por mi. Yo ya no gustaba de él. Planeé para que bailaran juntos, Se veían felices. Creí que ya no estaría con ustedes para no interrumpir, pero el no se declaró. Tú pensaste que él solo quería tu amistad. Yeli, el sigue gustando de ti ¿Por qué no lo aceptas si ya no me gusta? ¿No sería justo darle una oportunidad?
Me miró con una sonrisa fingida. Realmente quería una respuesta, pero yo no puedo dársela. Ella solo me odiaría, pensara que soy cruel con Nil.
Los nervios no me dejaron pensar bien.
-¡es que tú me gustas!-
Lo grite con todas mis fuerzas, para después darme cuenta del error. Aledis estaba sorprendida. Se podía notar que no se lo esperaba. Justo antes de que contestara salí corriendo a mi casa.
No escuche pasos detrás de mi, pero tampoco preste mucha atención. Al llegar Nil estaba en mi puerta. Me pregunto qué sucedía.
¿Como podría contarle que se de sus sentimientos?¿Como se lo explico? Me quede callada. Se veía muy preocupado por lo que me alzó como hacer. Entramos a mi casa, N cerró la puerta y se que si con la llave para que no me vaya. Le pregunté que quería.
-¿que ocurrió? Esas lagrimas esconden tu hermosa sonrisa otra vez.
Se sentó a mi lado en el sillón. No podía decirle lo que dijo Ale, pero si lo que yo dije. Se lo explique cómo pude. Me pregunto por qué no espere una respuesta. No le conteste, pero le conté lo de Sofi.
El suspiro, se culpó pero yo no lo culpaba. Me dijo de ver una película para calmarnos. No era mal idea, así que acepté.
Nos quedamos hasta tarde viendo películas. No pude evitar dormirme en su hombro.
El Lunes nos despertamos por mi alarma. El salió hacia su casa por el uniforme, mientras que yo me bañe. Me vestí y salí rumbo la escuela.
Mientras caminaba no pare de pensar que iba a hacer para no encontrarme con Aledis. No quería ser rechazada. Ya había cometido el error. No había vuelta atrás.
Me fui a mi salón del cual no salí. Nil se quedo conmigo para calmarme.
Los recreos pasaban y nosotros no salíamos. El me propuso hablar con nuestra amiga. Decía que no debía temer. Lo dice alguien que nunca logró declararse ,pensé. Eso fue cruel.
Nos quedamos allí hasta que las clases terminaron.
Mientras salía del colegio escuche los pasos de alguien corriendo. No le preste importancia, hasta que sentí que está person paro. No paro lejos de mi así que me sorprendí.
Di media vuelta, no había nadie. Me decidí por seguir caminando, pero mi mirada bajo. Pude ver una pequeña carta que estaba en el piso. La levante, raramente mi nombre estaba escrito en ella.
La abrí en ese mismísimo momento. Las lágrimas brotaron de mi ojos. No podía creer lo que leí. Todo había cambiado, ya no tenía sentido esconderme.
Corrí en otra dirección. No debía dejar las cosas así, menos lo haría ahora. Las lágrimas no pararon de brotar de mis ojos ni un segundo.
Mi objetivo estaba enfrente de mi. Me tire sombre él abrazándolo con todas mis fuerzas.
Ella correspondió a mi abrazo, no era la única llorando. Levante mi cabeza para verla. Se veía tan hermosa como siempre.
La gente caminaba al lado nuestro con caras de desagrado. Pero no nos importaba.
Me sonrió, pero no como siempre. Se veía que realmente era feliz. No quise sacarle esa felicidad. Le devolví la sonrisa.
Nuestra union sería para siempre.
Recordé que la había dejado sola todo el día. Ella volvió a sonreírme, apretando mis mejillas. Me consoló, diciendo que ella hubiera hecho lo mismo.
No lo creo de alguien tan amorosa como ella. Me beso la frente para decirme que todo estaría bien.
Mi sonrojo fue inevitable. Me agaché un poco al sentir sus labios en mi rostro. No le pareció molestar.
Saco los pocos mechones de pelo que tapaban mi mejilla. Me sorprendí al sentir sus labios besar esa zona de mi rostro.
Al verla note mucha felicidad en su rostro. No podía dejar de ver sus ojos azules brillar. Ellos miraban justo a mi.
-Yeli, te amo.
-También te amo, Ale.

Te esperaré. Te amo {en revisión}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora