「Cielo」| completa.

2. Ángel

—Soy la persona que necesitás para volver a confiar en vos.

—Vos no existís, sos irreal. —Dijo la rubia confundida-.

—Puede ser... pero ten por seguro que...

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Voz en Off: Autora

Cielo se despertó totalmente confundida por aquel sueño que tuvo. ¿Qué significaba soñar con "un ángel"? ¿Qué quería decir él?

Decidió que sería mejor salir a caminar un poco, con sus auriculares puestos para distraerse un poco del mundo.

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La caminata era agradable; con un sol que irradiaba luz, con un cielo brillante... la siesta le había venido bien después de todo ¿No?

¿Quieren saber la historia de desamor de Cielo? Se las contaré: Cuando ella comenzaba el secundario, apareció un chico totalmente hermoso, dos años mayor y, como toda adolescente... "cayó enamorada" de él. Sin embargo, había un problema: jamás serían pareja; él, el popular y ella... no.

A pesar de que Cielo tuvo presente desde el principio que su amor sería algo imposible, ella llegó a quererlo a la distancia, a pensar que él era la única persona que con solo verlo, ella podía ser feliz.

Nunca se hablaron, nada. Pero ese amor crecía y crecía.

Hasta que nuestra rubia cayó en la realidad: él terminaba el secundario y jamás lo volvería a ver. Fue entonces, que sintió que tenía que hacer algo; jugársela. Porque "el que no arriesga, no gana" dicen.

Tantos días pensando en qué hacer, no tuvo mejor idea que escribirle un mensaje por Facebook —que por cierto, no eran amigos ni siquiera por la red— y expresarle un siempre "gracias" por todo lo que había sentido por él.

Que tonta fue.

El jamás respondió, ni siquiera lo vió.

Desde aquel día, Cielo ya no sonríe como antes, perdió esa luz que tanto la caracterizaba, y encima, sus padres divorciados, la complicaban aún más: muchas veces era la que transmitía los mensajes entre ellos, o también la que soportaba las quejas de cada uno, junto a la rebeldía de su hermana menor, que aún no puede superarlo.

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En fin, luego de una hora de tanto caminar, volvió a su casa, saludó a su madre y a su hermana y se fue a su habitación para estudiar, ya que pronto tendría el examen de ingreso a la Facultad de Letras.

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—Hola princesa, he vuelto. —Dijo aquel misterioso chico de tez blanca y cabello rubio-. ¿Cómo estás? Puedes confiar en mí.

—Hola... ¿No me dirás quién eres?

—Linda, yo no tengo nombre. Sólo te digo que soy tu ángel. Elige el nombre que quieras.

—Cielo se detuvo un instante a pensar-. Bueno, en ese caso... Hola Mateo. —Dijo tendiendo su mano-.

—Hola Cielo, al fin te has dignado a hablarme como corresponde, ya que tú y yo, pasaremos un gran tiempo juntos.

—Y... ¿Se puede saber por qué?

—Ya te lo dije, soy tu ángel y estoy acá para ayudarte.

{...} 

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