El cielo se cubrió con una espesa capa de nube gris y las primeras gotas de lluvia se estrellaron contra las ventanas y el techo de la iglesia, cinco minutos después llovía a cantaros.
Miré a mi alrededor, la iglesia estaba llena de velas y flores que adornaban el altar principal.
El lugar era tranquilo, se podía sentir esa paz que solo un lugar así te podría brindar. Por unos instantes me olvidé de lo que pasaba allí afuera, pero un golpe seco en una de las puertas cercanas al altar me hizo recordar el miedo.
— ¿Que fue eso? — pregunte con cierto temor.
—Es el sacerdote — respondió Ada — está infectado y ha estado allí desde que entramos.
El hombre profería unos gemidos lastimeros, golpeaba la puerta de la pequeña capilla con vanos intentos por salir. Me levanté y caminé hasta él, miré a través de la abertura que separaba las dos puertas y vi al sacerdote que se mantenía inmóvil mirándome desde la puerta, sabía que estaba allí. Una mancha de sangre le cubría el pecho, manchando su camisa blanca, abría y cerraba la boca como si masticara algo, pero luego como si no le importase más mi presencia comenzó a alejarse a paso torpe oteando el lugar.
— ¿Qué crees que les pasa? — dijo Ada a mis espaldas causándome un pequeño susto.
— No lo sé — dije apartando la mirada de la puerta — ¿tú qué opinas?
— Se habló de un virus que se transmite por el aire, quizás fue eso lo que los convirtió.
— Puede que sea así ¿pero te has preguntado por qué no afecta a algunas personas? ¿Como a nosotros?
Ada pensó por unos segundos y volteó la mirada a Jesús que se paseaba por la iglesia, luego miró a una pintura donde estaba Jesucristo sanando a un enfermo en su cama.
— Creo que Dios nos eligió — dijo.
— ¿Nos eligió? — negué con la cabeza.
— Si bueno no lo sé, se me acaba de ocurrir.
— Ya habrá tiempo para la plática — interrumpió Jesús —. Será mejor que busquemos la manera de salir, no podemos quedarnos aquí para siempre ya que no tenemos agua ni alimento, tendremos que salir a buscar comida y un lugar mejor para refugiarnos.
— ¿Y si mejor esperamos a que vengan a rescatarnos? — propuso Ada.
—Nadie vendrá a rescatarnos — contrapuso Jesús — Si los del ejército aún siguen con vida, estarán ocupados intentando salvar a la gente importante y pasaran semanas, quizás meses hasta que vengan a rescatarnos, si es que lo hacen, ¿y hasta entonces que?, ¿rezamos? Sin comida ni agua no duraremos ni una semana, así que no pienso quedarme aquí a esperar un rescate que nunca llegará.
— Que negativo eres — dijo Ada algo decepcionada, porque incluso ella sabía que era verdad.
— Yo solo les digo lo que para mí y creó que para ustedes también es la verdad.
— Quizás Jesús tenga razón — le dije a Ada — ¿pero y entonces que propones? — esta vez me dirigí a Jesús.
Jesús propuso en buscar una salida, una puerta o una ventana accesible a la calle, de allí tomaríamos un auto para luego ir a un lugar más seguro.
Nos tomamos unos minutos para trazar un mapa imaginario, y al cabo de unos minutos más ejecutamos dicho plan.
Caminamos por un pasillo que había en la parte izquierda del altar, que conducía a una sala, algo así como un convento.
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Apocalipsis Zombie - Brote Z (Terminada)
Science Fiction¿Que harías si en la ciudad en donde vives escapara un virus mortal que mata a las personas en cuestión de minutos? ¿Que harías al saber que tu gobierno a declarado el exterminio en tu ciudad para a si evitar que el virus se expanda? ¿Que harías...