Baek Seung Jo y Oh Ha Ni llevan un matrimonio con altas y bajas debido a sus personalidades diferentes y aunque no han dejado de amarse ni un solo día. Ahora están separados y a punto de divorciarse por malos entendidos que tratan de quebrar su amor...
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Arribaron a Seúl sin ningún contratiempo, Han Sung tuvo que quedarse en el hospital hasta que sus heridas sanaran por completo. Por supuesto Seung Jo no olvido el reclamo que tenía para su mamá, por los <<consejitos>> que le había dado a Ha Ni. Ella desde luego tomo a broma el enojo de su hijo, más lo vio más serio cuando amenazo con irse lejos con Ha Ni un buen tiempo para que ella no tuviera sus malsanas influencias.
Después de algunos días el pie de Ha Ni estaba completamente recuperado y su relación con Seung Jo estaba mejor que nunca. Aunque tenían ambos mucho trabajo y llegaban cansados a su departamento, nada los detenía cuando se prodigaban amor en el silencio de la noche.
Eran las cinco de la tarde aquel día jueves, cuando Ha Ni cumplía con su ronda antes de que su turno terminara, toco la puerta de la habitación donde se oyó una voz desde el interior
-Adelante –ella entro y lo saludo no solo con una reverencia sino que con una sonrisa
-Hola –le dijo ella
-Hola –le respondió él sonriéndole también, estaba sentado en un mueble de la habitación leyendo un libro
-¿Cómo sigues? –le pregunto acercándose a él
-Pues mejor –Y era verdad, las costillas ya se la habían sanado casi en su totalidad, así como él golpe que tenía en su cabeza. Lo único que aún no sanaba y tardaría más tiempo era su pierna rota
-El doctor Lee me ha dicho que mañana te dará el alta –le dijo acercándose a él
-Sí, la verdad yo se lo pedí. Estoy aburrido aquí encerrado –le dijo- Yo soy un ave libre que necesita mucho del aire para poder vivir
-Pero aquí podemos cuidarte, en cambio en tu departamento solo ¿Cómo cuidaras de ti mismo? –pregunto ella
-Si quieres me puedes visitar –le dijo él levantando las cejas con una enorme sonrisa, ella entrecerró los ojos y él rio más fuerte- Ok... ok solo bromeaba –dijo- Me conformo con que te sientes aquí un rato –dijo y al segundo siguiente jalo de su mano haciendo que la joven se sentara junto a él
-Han Sung...
-¿Qué? ¿Acaso los amigos no pueden hablar? –le pregunto, una vez que soltó su mano e hizo a un lado el libro que leía- Dime, ¿Cómo van las cosas con ese egocéntrico? –de nuevo ella lo miro feo por expresarse así de su esposo
-¡Óyeme Han Sung! Seung Jo no es un egocéntrico ni...
-¿Eres feliz? –le pregunto cortando sus reclamos. Ella lo miro, la seriedad con la que él le había preguntado muy pocas veces la había visto en su rostro
-Muy feliz –contesto sin vacilación y mirándolo a los ojos. Él asintió y mostro una media sonrisa
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