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— Oh, Mila, invité a Lauren a venir con nosotras esta noche.

— ¿Qué? —La miro, confundida. ¿Cuándo hablaron?

Sí, le mandé un texto y le pregunté si tenía tiempo. ¡Fue idea de las niñas! —Explica.

Por supuesto que fue idea de las niñas. Hace dos semanas desde nuestro paseo familiar a la playa y las niñas están de vuelta en la escuela, para decepción de ellas. Lauren se las arregló para tener tiempo libre de trabajo para pasar tiempo con Emelia mientras estaba de vacaciones. Desde el viaje a la playa, las tres hemos pasado bastante tiempo juntas.

La primera cosa que hicimos fue ir al cine, solo nosotras tres. Lo planeamos Lauren y yo, y nuestra hija estaba más que emocionada al escuchar que iba a salir en la noche con sus dos madres. Algo de lo que había presumido cuando volvió a la escuela. Por solicitud de Lauren, vimos Inside Out. Yo pensaba que el concepto de la película iba a ser algo complejo para niños, pero creo que no fue el caso con Emelia, ella estaba tan cautivada por el filme como lo estaba Lauren. Y como lo estaba yo, siendo honesta. Nuestra hija se sentó en medio de ambas, por supuesto, pero eso no evitó que Lauren y yo nos miráramos cada vez que estallaban las risas en la audiencia, asegurándonos de que encontráramos gracia en las mismas cosas. Ella de verdad tiene una risa hermosa y dudo que alguna vez me cansaré de escucharla.

Un día a la hora del almuerzo, Lauren nos llevó a ambas a Pizza Express para hacer nuestras propias pizzas, lo que creo que planeó más para mi felicidad que para la de Emelia. Otra cosa para la que Lauren es buena, es para hacer su propia pizza, como era de esperar. Después de lograr hacer su masa, le ofreció sus servicios a nuestra hija, solo para ser rechazada con un "ya casi acabo". Eventualmente empezó a ayudarme a mí con la mía, porque de verdad que no lo estaba haciendo bien. Inicialmente porque no podía girarla adecuadamente, pero luego aprendí, solo que fallé a la hora de mostrárselo a Lauren. Me gustó que me ayudara. Empezó moldeando la masa ella misma, pero pronto estaba sosteniendo mis manos con las suyas y maniobrando mis dedos en correcto movimiento. Recuerdo lo lindo que se sintieron sus manos en las mías, no tanto como se sintieron en mi piel cuando me estaba aplicando protector solar en la playa, pero la ternura era cálida y no falló en provocar que me sonrojara. El hecho de que estuviera más abierta a tocarme, no como cuando fuimos al mini golf, se sintió igual de cálido.

Su actitud abierta a tocarme fue exasperante aquella vez que nos llevo a Emelia, Khiara y a mí al parque. Empezó como un día normal en el parque. Cada una tomamos turnos para alimentar a los patos con los suplementos de comida que Lauren había llevado a ese evento. Aparentemente el pan puede ser peligroso para los patos, como me informó ella en una de nuestras llamadas nocturnas, por lo que acordamos que sería mejor si ella llevaba la comida. Fue nuestra llamada nocturna la noche antes de nuestro día en el parque, no fue solo una llamada random sobre los hábitos alimenticios de los patos, también hablamos sobre temas raros y otros buenos, pero no estaban tan mal.

Después de estar sentadas un rato en el césped, hablando y disfrutando, las niñas quisieron jugar soccer. No tenía sentido armar equipos, ni crear porterías para darle propósito al juego, la pasamos bien solo corriendo alrededor, pasándole la bola a cualquiera y bloqueándonos entre todas. Lauren parecía ser la única que realmente sabía jugar y usó trucos simples para humillarnos. Al final las niñas y yo jugamos sucio y nos fuimos contra ella, las tres al mismo tiempo. Khiara y Emelia saltando sobre ella para desequilibrarla, mientras yo iba por la bola a sus pies. Usé mi cuerpo para alejarla del balón ahora a mis pies, ella estaba inclinada sobre mi espalda, y en medio de toda la diversión, no pareció cruzar por su mente ni por la mía que ella estaba aferrándose a mi cadera y cintura, tratando de moverme fuera del camino. Finalmente captó mi atención cuando Khiara y Emelia se alejaron un poco, esperando por mi pase, mientras yo continuaba frente a Lauren, protegiendo la pelota para que no me la quitara. Su cuerpo estaba moldeado al mío, su parte frontal contra mi parte trasera. Su antebrazo estaba presionado contra mi abdomen desnudo, pues mi camiseta se había subido, su mano arriba de mi muslo, tratando de mantenernos equilibradas y sus labios haciéndome cosquillas detrás de la oreja. Rápidamente me las arreglé para pasar la bola a una de las niñas, para girarme de frente a Lauren y ver que ya ninguna de las dos se estaba riendo. Solo nos miramos con las mejillas sonrojadas y sonrisas ocultas.

The Donor (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora