Tragate el orgullo.

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Suponiendo que las cosas entre David y Bryanda fueran bien, y yo estuviera en mi etapa mas de la mierda que se pueda tener ¿Cual era la posibilidad de que me suicidara? Ninguna, en mi vida no hay nadie especial pero, oye, que es vivir.

En la escuela durante una hora de clase X porque tampoco soy un dios lovecraftniano como para recordar hechos y detalles así, nos pasaron el informe de que se aproximaba una kermés, una de esas ferias de escuela pobre tercermundista en la que repartes sudor y comes pura basura insípida, en esos momentos David nunca había hablado con Bryanda realmente, el pensó que sería buena idea verla por allá, durante el resto del día empecé a evitar su compañía, solo hablaba de sus deseos cochambrosos de hablar con "ella" yo no me daba tiempo de escuchar si quiera puesto, que, no es que fueran celos, porque entonces ya la habría buscado YO, me molestaba que ni siquiera tuviera la dignidad de ahorrarse el aliento y dejar de hablar a las paredes, posiblemente estuviera bajo influjo de estupidina, no ví a Bryanda en ninguno de los dos recesos, raro de mi, quizás porque en aquel entonces me juntaba con otro de mis mejores amigos: Joel, si, obvio cabeza de huevo que doy su descripción.

Joel: Era una especie de pseudo otaku combinado con gamer, me caía bien a pesar de que no habláramos de anime, pues el sabía a la perfección que me daba pena ajena esa gente, considerado repelente de mujeres por excelencia, con el apodo de tío Moy como chingados no.

Joel era muy firme respecto a su posición de las mujeres: Para eso tengo a Manuela. Era un sujeto muy agradable hasta eso, caminábamos, acosábamos cientos de chicas, resultaba divertido, como podía uno hacer una violación mental a una chica sin que se diera cuenta, recuerdo ese dia también porque andaba en chinga armando todo lo relacionado con la kermés en puerta, que ahora que me acuerdo era la de Halloween (así es, si tomas coca-cola ¿porque no celebras Halloween pinche hipócrita?), pasó mucho tiempo en el que pude aprovechar a Bryanda y nada de nada ahora que me doy cuenta, dio el toque del segundo receso y al volver David no estaba, salí corriendo para asegurarme que no había cometido ninguna estupidez, no, efectivamente no, pero tampoco hubiera sido malo que por lo menos tuviera contacto con una mujer que no fuera Héctor, tratando de regresar al salón me detuvieron por andar vagando, ¿Moraleja? Nunca te preocupes por tu amigo en gordo traicionero.

Mi novia es una feminista.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora