Parte II

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Al principio voló a poca altura, en círculos. Sentía que sus alas estaban tiesas, sin experiencia. Le dolía dejar atrás a su granjero y aquellas aves de buena fe. En esos momentos, temblaba de emoción y de gozo. Conforme pasaba el tiempo, volaba cada vez más alto. Sus ojos estaban ávidos de lo desconocido. Temía lo que iba a encontrar allá arriba. 

Al subir, le embriagó la altura, la velocidad: ¡la liberta! Era tal su emoción que los vientos, las corrientes y las tormentas de la vida la zarandearon y dirigieron a otros lugares, casi sin darse cuenta. No podía controlarse, como que todo escapaba del dominio de su voluntad y... se dejó llevar. Voló sin rumbo, durante todo el día y toda la noche. Se sentía agotada, cuando se dio cuenta de que volaba sobre un lago tranquilo.

Allí, se encontró con dos barcos. Decidió posar sobre uno de ellos. Escuchó como dialogaban:

-¿A dónde vas?

-No lo sé.

-¿De dónde vienes?

-No lo sé.

-¿En dónde estás?

-No lo sé.

-¿Sabes quién te guía y cuál es tu destino?

-No lo sé. Pero ¿por qué preguntas tanto? -le contestó molesto y afirmó:

-¿Acaso no te han dicho que las corrientes y los vientos son los que guían nuestro destino?

Y... siguió indolente su camino.

Al escuchar esto, el águila sintió un estremecimiento: comprendió que inconscientemente ella también se había dejado manipular por la situación y por los dictados de los vientos y las corrientes. Había dejado de utilizar sus facultades de dirigir y controlar su destino. Le preocupó se actual situación y su futuro. Reconoció que no debía permanecer pasiva. Sintió entonces una imperiosa necesidad de dirigir su propio destino.


Y decidió enfrentarse y retar a la vida.


Emprendió su vuelo con mayor seguridad. Comenzaba a sentir dentro de sí una energía propia, que la impulsaba a reflexionar y decidir. Y se preguntó:

"¿Por qué siento dentro de mí esta energía?"

Empezó a escuchar su voz interior que lentamente le respondía:

"Es una fuerza interna que todos poseemos, pero que pocos la entienden y mantienen viva. A muchos, con las primeras lluvias, se les apaga. Otros, no la desarrollan y se les consume. Tú debes conservar esa energía interior, madurarla y engrandecerla. Es la llama que te fortalecerá en la búsqueda de respuestas, valores e ideales superiores: que otorgará expresión a tus actos". 

"Es una energía natural, que no te permitirá car en el fango de los instintos, y que te dará vitalidad en cada momento de tu vida. Sino la avivas, el ambiente y tu debilidad la apagarán. Comenzarás a vegetar, a conformarte con lo que tienes, a esperar que todo te lo den. Aprovéchala y dirígela hacia tu realización: no permitas que se te apague. Será tu compañera hasta la muerte..."

Y su voz interior, dulcemente se fue perdiendo.

Segura de sí misma, comenzó a controlar sus ansiedades y temores, a reflexionar sobres opciones, barreras, alternativas y oportunidades. A dirigir su propio destino.

Conforme adquiría conciencia de su realidad y de su reto, se iba despertando en ella la necesidad de profundizar, de buscar un significado real a su existencia, de encontrar:


¿Cuál es el destino de las águilas? 

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