Parte IV

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El águila prosiguió su búsqueda. A su lado, casi chocando con ella, pasó a gran velocidad un águila llena de actividad. Corría agitada de un lado para otro.  

El águila se apresuró a seguirla, y le preguntó: 

-¿Sabes cuál es el destino de las águilas? El águila activa, sin detenerse, de inmediato le contestó:  

-No dispongo de tiempo para pensar en esas cosas. Tengo que decidir cómo descansar mañana, a quién engañar, a quién arrebatarle su presa sin esfuerzo. Y muchas otras cosas de suma urgencia.  

Y... el águila activa siguió su camino. Confundida por esta extraña actitud, el águila se detuvo de nuevo a reflexionar, a tratar de responder el porqué y el para qué de su búsqueda. Después de reorientarse y de adquirir nuevamente conciencia de la razón de su búsqueda, al pie de la montaña encontró a un águila pasiva. Y le preguntó:  

-¿Qué haces?

-Nada  -le contestó. 

Sorprendida, le dijo:

-¿Y por eso te pagan?

-Claro respondió satisfecha.

-Y ¿qué harás mañana?

-Mañana es mi día de descanso.

-Pero ¿de qué descasarás?

-pues ¿qué no has visto? ¡De trabajar!

Y el águila pasiva continuo descansando.  

El águila se entristeció al ver esa actitud pasiva de las águilas hacia sí mismas y hacía la vida. Y profundamente desorientada, comenzó a preguntarse: "¿Qué nos está pasando? Si la acción es el medio de expresión de las águilas, ¿porqué nos están enseñando a no expresarnos y a depender de los demás?"

Aún no se contestaba todas sus interrogantes, cuando a cierta distancia descubrió en la misma actitud (¡también descansando!) a un grupo de águilas.  

 Al acercarse escuchó lo que decían:-Hermanas- comentaba una de ellas -, debemos sentirnos orgullosas: hemos progresado. Las águilas ahora valemos mucho. Hemos logrado un máximo de seguridad. Nuestros esfuerzos comienzan a dar fruto. Y éstas son nuestras conquistas: muchas prestaciones, un mínimo de horas de trabajo, continuas vacaciones y puestos vitalicios. Es una satisfacción manifestar que cada día contamos con más adeptos,  y que nuestras ideas se han difundido por el mundo. Hemos logrado poder, seguridad y comodidad. 

 -Yo, hermana -respondió una de las otras-, no estoy tan satisfecha: nos falta mucho por conquistar. Aun hoy día, a veces, ¡hasta tenemos que trabajar.


Y el águila se preguntó a sí misma:

¿Será éste el destino de las águilas?

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