Ultra gay

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Mi espera de dos horas había terminado y tan pronto JongHoon había salido de su ensayo me le acerqué.

- ¿Listo, rosado?

- Ah~ ¿nunca dejarás de ponerme apodos respecto a mi cabello, verdad?

- Yep, es lo que te distingue de los demás. Y no es por que le ande diciendo a cualquiera esto pero te ves muy adorable, eres como una fresa.

- Las fresas son rojas, idiota.

- Shhh, fresa.

Todo el camino hacia la casa de Yesung fue tan gracioso, cada lo hacia enojar arrugaba su nariz y me miraba como si fuese un niño pequeño. Nuestra caminata iba a ser tan perfecta si tan solo hubiéramos notado la advertencia de la madre naturaleza y sus nubes grises.

Una lluvia se había comenzado a desatar, era de esas malditas lluvias que hasta te lastimaban las gotas que caían con fuerza.

La única opción que tuvimos fue correr hasta llegar a la casa de él, gracias a Dios estábamos a unas cuantas casas pero eso no evitó que nos diéramos un baño con agua de lluvia.

- Uh, ¿quieres pasar a secarte? Además la lluvia está muy fuerte aún.

- ¿Te estás preocupando por mi? - Le miré con una sonrisa desdeñada en cuanto le respondí.

- S-solo es cortesía, además si mis papás estuvieran en casa ni siquiera te hubiera invitado.

- Vale, vale, "cortesía"... Supongo que está bien, mi casa está a unas cuadras más.

Él solo asintió e ingresó al interior de aquella casa, y claro yo no me quedé atrás. Lo primero que vi fueron algunos trofeos de fútbol americano que estaban sobre la chimenea se me hizo algo extraño ya que considerando a Yesung, no tiene cuerpo para ser uno de esos cabeza de chorlito que se inyectan cada que van al gimnasio a entrenar.

- Son de mi hermano.

Rayos, se dio cuenta que los veía.

- Vaya, no sabía que tenías un hermano que jugara fútbol americano.

- No tiene mucho que inicio, pero es realmente bueno... Es el orgullo de papá.

- ¿Y qué hay de ti? También debería estar orgulloso de tener a un hijo que tiene una increíble voz.

- Umh, bueno... No saben que canto... estás mojando el piso.

Me cambió de tema, okey. Será mejor no preguntar para evitar momentos incómodos.

- Lo siento, tu igual estás mojandolo.

- Será mejor secarnos, ven.

Traté que mi mente pervertida y caliente no comenzara a recrear escenas que no sean debidas pues nos dirigíamos a lo que suponía era su habitación. Y no estaba equivocado. 

Su habitación era demasiado ordenada, tenía un gran terrario de tortugas en una de las esquinas de aquel cuarto.

- ¿Te gustan las tortugas?

- Sí, son muy lindas.

Me acerqué hasta aquel terrario para ver mejor a aquellos animalitos que solo se dedicaban a dormir o comer algo de lechuga.

- Si que eres raro.

- Cállate y toma esta ropa, ahí esta mi baño.

- Que exigente, ya vengo, no me extrañes.

Debo admitir que la idea que estemos nosotros dos solos en su casa me pone nervioso, si él fuera de esos chicos fáciles ya estaríamos cogiendo por todo el lugar.

♡.Pink Boy.♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora