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El valle sombrío



Era un valle sombrío por el que apenas pasaba nadie debido a una historia que se contaba en el pueblo sobre que todo el que se atrevía a adentrarse en él después de la medianoche acababa desaparecía.



Eso no echaba para atrás a nuestro buen amigo Marcos, ya que era un amante de los misterios y de los retos, por lo que decidió entrar en aquel valle y rebuscar entre las viejas casas abandonadas que todavía apenas quedaban en pie.

Nadie quería acompañarlo, por lo que se dispuso a salir él solo y empezó su caminata hasta que entró en el valle y empezó a ver los primeros tramos de carretera ya destruida por el tiempo. Más adelante, varias casas en ruinas aguardaban su llegada para poder desvelarle todos sus secretos.



Este pueblo fue abandonado tras un fuerte incendio en el que murió la mayor parte de sus habitantes ya que ocurrió de noche y no hubieron medios para poder escapar. Aún quedaba el negro del incendio y del terror de los ojos de aquellos fallecidos, pero a Marcos eso no le asustaba.

Comenzó a ir entrando de casa en casa y buscando algunos objetos de valor o que pudiesen demostrar que había estado en aquel valle encantado, pero cuando entró a una de las habitaciones que estaba en la vivienda que había sobre el bar del pueblo, comenzó a sentir un fuerte frío por todo su cuerpo, y acabó cayendo al suelo desmayado.

Al abrir los ojos no podían creer lo que veía, que era su cuerpo tendido sobre el suelo, y alrededor de él un montón de espíritus que se reían y celebraban la llegada de su nuevo vecino.

El espíritu de la pequeña niña



Se encontraba un conductor de autobús haciendo un viaje nocturno en una ruta entre ciudades. Se encontraba sólo conduciendo, ya que los últimos pasajeros ya se habían bajado en una parada anterior.



Poco a poco el sueño iba haciendo mella en él hasta que en un determinado momento acabó durmiéndose. De repente se despertó por un fuerte golpe que notó en el autobús. Al asomarse pudo ver que había atropellado a una niña.



El miedo le hizo decidir salir del lugar para que nadie lo viese y lo acusasen de asesinato por imprudencia. De repente, cuando ya creía que se encontraba lejos del lugar, pudo observar a través del espejo retrovisor que una chica iba sentada en el asiento de atrás del autobús y lo había visto todo.

Al volverse para cerciorarse había desaparecido. Pensaba que era su imaginación que le estaba jugando una mala pasada. De repente, volvió a verla de nuevo, y siempre que miraba a través del retrovisor la veía, no obstante, cuando giraba la cabeza dejaba de verla.

En ese momento, la pequeña comenzó a andar por el autobús en dirección al conductor pero al volverse seguía sin verla. Tanto se distrajo que cuando se quiso dar cuenta se salió de la carretera y cayó por un barranco, y lo último que pudo ver antes de morir fue la cara de la niña cerrándole los ojos.

Una fallecida en el autobús



Una fallecida en el autobús es una historia basada en una mujer que se encontraba yendo en el autobús durante el servicio nocturno y que se dirigía a su casa de madrugada tras trabajar. Comenzó a quedarse dormida hasta que de repente el autobús paró a recoger a nuevos pasajeros.



En el autobús tan sólo había otro chico hasta que subieron dos hombres que llevaban a una mujer sobre el hombro que aparentemente estaba inconsciente seguramente debido a que había bebido demasiado. El caso es que decidieron sentarse al fondo del autobús y permanecieron en silencio allí.



En ese momento, Sandra, que así se llamaba la chica que volvía del trabajo, no pudo evitar la curiosidad y miraba la escena hasta que los hombres se quedaron mirándola y ella se asustó. Como no podía evitar la curiosidad, sacó un espejo de su neceser y siguió observando la escena hasta que vio que la mujer levantó la cabeza y cómo los hombres estaban descuidados en ese momento se volvió para mirarla de nuevo. Fue entonces cuando la vio con la boca abierta y los ojos blancos de tal manera que parecía una muñeca.

Volvió de nuevo la cabeza y poco después el chico que también se encontraba en el autobús le dijo al oído que se bajase con él en la siguiente parada y que ni se le ocurriese mirar aquella gente. En su voz se notaba que estaba muy asustado.

Al bajar, el chico le dijo que pudo observar que la mujer estaba muerta, y que aquellos psicópatas la llevaban por la ciudad como si tal cosa.









Boo (historias de terror)Where stories live. Discover now