Cocktail

699 62 19
                                    

Narra Alejo:

-Estoy seguro de que dieron la vuelta en esta manzana boludo ¿no entendes que lo estamos perdiendo?.

-Alejo ese Caliber no era el del doctor.

-¡Que si era!

-Pero Alejo no puede ser por que aquel tenía las luces traseras menos brillantes.

-Juan escuchame, vos no viste cuando el auto en el que iba Pedro doblo en aquella curva. ¡Aun tenemos tiempo!.

- Alejo aqui en Bogotá hay muchos coches que son muy parecidos confia en mi.

Seguimos al auto por varios minutos.

- Mirá, el auto que decis vos se esta deteniendo en ese supermercado. La puta madre Juan, te lo dije. ¡Es un matrimonio de ancianos!

¿Ahora cómo coño los encontraremos?

Narra Pedro:

Marica todavía pienso en la pena que pase en ese restaurante. Es que cuando yo digo "La Divaza la va a dar" la Divaza no la da! La Tuberculosa entonces! Chama Era yo, Tosiendo como una loca!.

Pero esa vaina fue bien rara. Primero escuché algo, porque yo sé que yo escuché algo marica yo no soy lunatica y yo tengo un oído arrecho casi tan arrecho como todo yo.

Después me sentía como observada, no se chama como que me picaba el cuerpo y escuchaba soniditos. Y este hombre al frente y luego ese tipo que lo sentía casi que en la nuca marica. No sé chama no sé.!

Yo solo estoy aliviado de que nos fuimos finalmente de allí, de verdad que no me siento comodo, no estoy bien.

Mi cita esta conduciendo con lentitud a traves de estas calles bañadas con luces que adornan esta noche. Miro por mi ventanilla y... recuerdo ... a Israel.

Aquella vez en la que veía las luces de la ciudad en ese frío bus de vuelta al hotel, cuando empece a sentir un cálido aura rodearme. Era él... el chico por el que yo me vuelvo... volvía loco.

El reposó su cabeza y su brazo sobre mi. Recuerdo que había tantas dudas en mi sobre que era lo que pasaba entre nosotros. Pensandolo bien, no es diferente a ahora.

El dr. Pone su mano en mi muslo, su agarre es firme pero eróticamente delicado. Esto no se puede poner mas incómodo.

-No... por favor.- le dije intentando retirar su mano de mi pierna , pero no parecía tener intenciones de quitarla de allí. Intentaba subir poco a poco su mano pero tuve que usar un poco de brusquedad para deternerlo cuando se distrajo al volante.

-La noche es larga Pedro.- Dijo vencido al retirar su mano. ¿Que habrá querido decir?

*

Bueno pero Llegamos al bar del que me hablaba. Hay un olor fuerte a madera, luz tenue y un aire tibio, atrayente y familiar. Una hermosa y adornada barra, muebles acolchados de cuero de negro con pequeñas mesas al centro y al final una pequeña tarima iluminada, lo suficientemente grande como para que toque una pequeña agrupación con sus instrumentos. Supongo que alli es donde se presentan los comediantes.

-Usualmente empiezan a presentarse en poco mas de media hora. Aqui preparan unos muy buenos cócteles.

-¿Si? Mira no quiero...

-No me digas que no vas a tomar porque se que te gustarán. El que quiero que tomes se llama Sex on the beach.-Marica me hubiese dado la mierda esa Sin decirme ese nombre.

No, es que no me puedo engañar chama yo no estoy bien como para yo estar aqui inventando con este tipo que ya no me parece la gran cosa.

Todo me recuerda a el.

Me quede pensativo y antes que pudiese darme cuenta ya el había ido a buscar los cócteles.

No aguanto mas, yo tengo que ir y hablar con Alejo. Esto no pudo haber terminado asi y yo... voy a luchar por el.

No me importa Juan chama no me importa un coño pero yo siento que tengo que resolver esto, almenos escucharlo.

Bueno... eso es si aun quiere hablarme y...

-Aqui tienes, bonito. No me digas que no si aun no lo has probado.- Me saca de mis pensamientos y pone en frente de mi un vaso decorado con una rodaja de lima y lleno de un liquido color rojo en la parte superor y naranja en el fondo. Aunque un poco turbio.

Le iba a decir que me llevara al apartamento de Juan pero creo que es mejor que pida un taxi. Tengo unos cuantos pesos.

-Mira lo que pasa es que yo....

-No acepto un no como respuesta - me dice con una tan fija, tan fuerte, tan persuasiva, casi ansiosa.

-Es que debo irme, no creo que quiera quedarme a ver el show.

-Bueno...No hay problema. Pero almenos tomate este cóctel conmigo, y despues, me dices si quieres irte.

-Bueno.... esta bien.-Igual me voy a ir, y no volvería a verlo, asi que que tanto marica.

Comienzo a tomar el cóctel con una pajilla decorativa color café. Que dulce es, tiene sabor a naranja y como a durazno. Se siente el licor pero, esto es delicioso.

En cuestión de minutos y de elogiar lo bueno que era el cóctel, ya me lo había tomado todo.

-Admito que me encantó- le digo con una sonrisa- voy a investigar como hacerlo en casa tengo ganas hasta de preguntarle al bartender como se hace esto, quede encantado.

-Me alegra de que te haya gustado.

-De verdad gracias por todo y disculpame esta no ha sido la mejor cita y yo...

-Como te dije, la noche es larga.- mi sonrisa se borra en ese momento al escuchar la manera en que lo dijo. Cuando me doy cuenta veo que mi mano como que no quiere responder. No puedo mover mis dedos.

El empieza a reírse chama, pero muy fuerte, retumba tan fuerte en mis oídos que no lo soporto. El empieza a verse borroso y luego muy brillante.

Tengo calor. No puedo ver bien. Miro hacia la tarima iluminada buscando luz y las bombillas solo son lineas amarillentas. ¿Que... que me pasa? Yo... ya no puedo... yo...

-¿Bonito, quieres irte?.

-......No.

Divalejo: Amor Sin FronterasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora