Daryl&Carol 2º:La Llegada a Alexandria.

Capítulo 4

La desaparición de ambos habitantes fue de  lo primero que se comentó al día siguiente.

Muchas personas miraban preocupados a los implicados y conociendo lo paranoica que había resultado ser la gente de Alexandria no faltaba alguno que culpaba mentalmente de la desaparición a los que lo habían acompañado la noche anterior.

Sólo el grupo de Rick entendía que esto no se trataba de un homicidio.Tal vez el alcohol,del cual muchos eran testigos que habían ingerido ayer,les había jugado una mala pasada y ahora se encontraba fuera.

Era por eso y por pedido de los ancianos padres de las "víctimas" que algunos miembros del grupo se encontraban ahora buscando por los alrededores los dichosos cuerpos o algo que indicara que hubieran muerto allí.

A Rick realmente le parecía algo inútil pues estaban rodeados de caminantes lo cual imposibilitaba el hecho de encontrar algo o alguien vivo y más si se trataba de persona inexpertas.

Tal vez era cruel pero cierto aunque bueno eso era algo que no se les podía decir a los sexagenarios padres así que prefería fingir que encontraría algo.

—Eh Rick—habló el arquero—¿Cuánto más haremos esto?

—Aún no lo sé—respondió.

Daryl miró una vez más los árboles y el suelo caminando pensativo.Cuando un golpe en el suelo lo detuvo.

Era una botella.Una de esas que los militares siempre llevaban consigo.

Una "cantimplora"con un nombre escrito en él.La sangre recientemente coagulada lo cubría en algunos lados salpicándola en otros.

—Creo que encontré algo—comentó el sureño haciendo que el policía se acercara.

Ante ellos un camino salpicado se izaba. Marcándoles un sendero rojizo y chueco que ambos siguieron.

—Hasta aquí llega—murmuro Rick mirando por todos los lados en busca de alguna pista.

—Marcas de auto—dijo Daryl tocando suavemente la tierra que se juntaba con la desgastada carretera—Por las huellas,no es un caminante.Pero hay algo que me extraña—Rick lo miró y movió la cabeza instandola a continuar—Si estaba herido y sangrando no entiendo como es que ambas pisadas tenían un uso igual de fuerza.Debería cojear o apoyar la mayor parte de su peso en sólo una pierna pero no—afirmó señalando y mirando las huellas con el ceño fruncido—¿Ves? Él sigue caminando erguido y luego estas se detienen.El sube a una camioneta.

—Piensas lo mismo que yo—Daryl lo miró y asintió—Debemos cuidar Alexandria.

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—Es hermoso—afirmó Olivia mirando al bebe el cual sonreía coqueto.Carol asintió y acercó el pequeño biberón a la boca del pequeño—¿Cuanto tiempo dijiste que tenía?

—Aproximadamente cinco meses—respondió la aludida.

—¿Es que no estas segura de la edad de tu propio bebé?—inquirió con un toque de espanto la regordeta mujer.

—Es sólo que cuando uno vive en un mundo rodeado de basura la cual te quiere comer uno no tiene tiempo para pensar en trivialidades—concluyó mordaz.

Carol sabía que no debía caer ante esos extraños cambios emocionales que estaba experimentando hacia algún tiempo pero no pudo controlar su lengua y su sonrisa autosuficiente cuando esa lugareña se calló y siguió jugando con su pequeño.

Porque sólo su familia sabía que el pequeño no era sangre de su sangre.Algo que había decidido junto con el sureño restringir a los habitantes de Alexandria.