Me toca pasar todas las vacaciones de verano en casa de mi hermano mayor ya que mis padres decidieron tener su “segunda luna de miel” y, en su opinión, no soy lo suficientemente madura para cuidarme sola.
Mi hermano vive en la gran ciudad, lejos del pacifico y verde pueblo donde nació, solo y por lo que se en un lujoso apartamento que se permite gracias a su jugoso sueldo como abogado, pero la verdad es que no lo veo desde que él se mudó, hace como 7 años, ya que “está muy ocupado con su trabajo” por no decir que se lleva fatal con mi padre, está bien, puede que mi padre sea un cabezota de primera pero ¿7 años sin visitar a su madre y a su hermana solo por eso? Me parecía un idiota y egoísta, y esa es la imagen que me había forjado de él desde los 10 años y no tenía intenciones de cambiarla. Irene, mi madre, lo visitaba con frecuencia, pero yo me rehusaba y prefería quedarme en casa con papá.
-Cerdo egoísta.- Refunfuñé, hace más de una hora estaba esperando que viniera por mí en el aeropuerto, pero el señor no se había dignado a venir. Ya cansada de esperar decidí que iba a tomar un taxi, y así lo hice, pero esto no quedaría así, si pensaba que papá era un cabezota malhumorado claramente no me conocía a mí en un mal día.
Hace cinco minutos estaba tocando el timbre del apartamento “20A” y nadie se dignaba a abrir, tocaba una vez tras otra mientras la furia se iba acumulando en mi cuerpo.
Hasta que la puerta se abrió y estaba lista para soltar mi discurso cuando una persona salió y las palabras quedaron estancadas en mi garganta.
-¿Y tú eres…? – Dijo despectiva una despampanante y curvilínea pelirroja de fácilmente un metro ochenta, vestida con un minúsculo short de jean y una camiseta de tirantes blanca que se ajustaba a ella como si fuera su segunda piel.
-Olivia Vasco.- Dije secamente sin entender aún que hacia esta mujer contestando la puerta de mi hermano.
-¿Eres la hermana de Santino? – Dijo cambiando su cara de desprecio por una sonrisa de lo más grande y falsa.
-Sí, soy yo, y ¿él esta…? – Pregunté sin cambiar mi cara de póquer.
-Durmiendo en este momento, oh pasa por favor mi nombre es Violeta, yo ya me iba, pero si quieres te ayudo con las maletas.
-No, puedo sola, gracias – Tomé mis bolsos y los entré empujando uno con la pierna y cuando estuve lista la miré y le dije – Hasta luego Violeta.
Prácticamente cerré la puerta en sus narices pero nunca me cayeron bien las personas que quieren, a toda costa, caer bien. Así que mi hermanito no me fue a recoger porque estaba revolcándose con su novia alias Jessica Rabbit.
Me dirigí echando humos a su habitación y la abrí con fuerza, para mi mala suerte esa no era su habitación sino la de huéspedes donde seguramente yo me quedaría, por lo que abrí con la misma fuerza la puerta de enfrente y di con él, quien estaba durmiendo desnudo, despatarrado y con las sabanas tapando solamente sus partes íntimas. Me quedé boquiabierta, claramente él no era el Santino de 21 años que yo recordaba, si seguía teniendo sus mismas facciones pero este estaba mejorado al cien por ciento, su torso era ancho y estaba cuidadosamente trabajado por lo que se le veía un perfecto six-pack y su cara era digna de admirar, estaba con la boca levemente abierta y con una barba de aproximadamente tres días del mismo color castaño claro que su cabello, tenía el ceño levemente fruncido y en su nariz recta y perfecta se le marcaba un pequeño pliegue a causa de esto.
-¡Santino Vasco! - Grité luego de salir del embobamiento que me produjo encontrarme con esta imagen inesperada de mi hermano.
El gimió un poco pero solo se acomodó más. Me acerqué a su cama de dos plazas y apoyé mi rodilla en ella y lo moví por el hombro.
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Juego de hermanos, juego de villanos.
RomantikOlivia (17) debe pasar el verano en casa de Santino (28), su hermano mayor al que no ve hace siete años. ¿Que pasará cuando Santino descubra que su hermanita menor ya no es una niña? ¿Y cuando Olivia descubra que su hermano la atrae más de lo que es...