Capítulo I: Descubierto y aprendiendo a convivir.

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Rachel Berry, hija de Hiram y Leroy Berry siendo adoptada recién nacida por una joven de 19 años que no podía con ella. Desde menor se dio cuenta de que no estaba en una familia normal, aprendió a caminar al año y dejo los pañales medio año más tarde, jamás vio caricaturas pues para sus padres eso era echarle a perder el cerebro.

En cuanto comenzó a hablar se le enseño como hacerlo correctamente, y mientras otros niños debatían quien tenía mejores juguetes ella pasaba su tiempo leyendo y aprendiendo como estar elegante ante su familia. No fue sorpresa que se saltara la mitad de la primaria llegando a secundaria con ocho años.

"Tengo que se perfecta" se repetía constantemente

Leroy tenía mal carácter y las veces que llego a tirar comida o llegar con una mancha en su fina ropa fueron horribles, la encerraba en el sótano sin comer, sin agua, odiaba la obscuridad de ese lugar. Hiram no era mucho mejor pero al menos su castigo terminaba rápido, él solía golpearla jamás en la cara, siempre eran lugares no visibles como la espalda o las piernas.

Para la morena eso era normal, porque había sido criada de esa manera, veía documentales en televisión y estudiaba bastante, cuando entro a la universidad las cosas continuaron así. Solían verla extraño ahora que tenía catorce e iba casi terminando la universidad, pero tres personas con quien se llevaba que no le trataban así.

Quinn, Santana y Brittany eran igual que ella estudiantes de último año de medicina tenían 24 años pero la habían aceptado al menos para almorzar y enviarse algún texto de vez en cuando.

—Vamos ¿Por qué nunca nos invitas a tu casa? — se quejó la rubia, Quinn

—Ya se los dije mis padres son estrictos, — respondió la castaña, Rachel —no querrán estar ahí.

—Un segundo, — la madre de la latina, Santana entraba a la sala —¿Ella va con ustedes?

—Si mamá, te hable de ella es Rachel.

La señora Lopez se acercó a la morena que estaba sentada en el sillón con un libro inmenso en las piernas. —¿Qué edad tienes, cariño?

La morena se sonrojo por el sobrenombre, casi cumplía quince pero media un poco menos de 1.50 y eso no le ayudaba mucho. —Ca-Catorce.

—¡Ay pero que encanto! — pronuncio la señora acariciándole la cabeza, sus amigas la veían con media sonrisa, no estaba acostumbrada a esas formas de afecto así que volvió a sonrojarse. —Trátenla bien.

—Si mamá.

Pero todo cambio esa noche, después de que las cuatro estudiaran en casa de Santana la llevaron como de costumbre a su casa. Estaba nerviosa pues ese día mandaban calificaciones, paso por la puerta para ver a sus dos padres en el sillón y anticipo lo peor, tomo el sobre de la mesa que llevaba sus notas.

"10,10,10,10,10,9..." trago saliva

Para cuando quiso decir algo estaba siendo golpeada en el abdomen, inicio con eso pero estaba segura de que Hiram no pararía en un buen rato, fue empujada y golpeada de nuevo con un cable esta vez en su espalda desnuda, intento correr pero era pequeña la atraparon de igual forma.

Por otro lado Quinn se bajó en la casa Berry porque a Rachel se le habían olvidado unos apuntes que les presto, antes de tocar se distrajo con una maseta y sin querer dio con la ventana... sus ojos se cristalizaron ante la vista.

—¡Santana llama a la policía!

Los golpes se hacían más rudos ya casi no podía respirar, había vomitado sangre y Leroy ahora la traía en brazos la llevaría a sótano lo sabía. No quería, en serio no quería estar a obscuras. No lo soportaría otra vez.

Azallam (ABDL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora