La señora Corcoran suspiro aliviada, solo era eso, por un momento pensó que su hija se sentía mal o que ella en algún momento había hecho algo mal. La dejo enterrar su cabeza en su cuello acariciándole el cabello intentando que se calmara, la reboto un poco en sus brazos a ver si con eso se olvidaba de su vergüenza, camino despacio hasta el baño.
—Mami te cambiara rápido, ¿si? — dijo esperando que la menor se sintiera mejor
Bajo el cierre de su espalda y la acostó en el cambiador viendo el intenso rubor en el rostro de su bebé, quiso calmarla regalándole besos en todo el rostro lo que hizo que esta ladeara la cabeza curiosa por sus acciones.
—¿Quién es la bebé más linda del mundo? — pregunto Shelby con un tono infantil mientras sacaba las piernas de su hija del mameluco, la menor miro hacia ambos lados preguntándose con quien hablaba porque sus padres jamás le habían dicho que era bonita —¡Tú! — aclaro besando la nariz de la castaña quien abrió los ojos como plato sorprendida sin darse cuenta de que su madre la distraía mientras quitaba las cintas del pañal —¡Tú eres la bebé mas linda! — arrullo acariciando la panza de la menor
Rachel sonrió, sinceramente sin permitirse ocultarlo, aún estaba avergonzada y ruborizada pero estaba contenta al menos. La señora Corcoran no resistió y mordió la mejilla del bebé solo usando sus labios así varias veces hasta escuchar la risa por cosquillas de su hija. Y antes de que todo ese ambiente pasara agarro una toallita húmeda pasándola por las pompis de su hija quien cerró los ojos al instante, aplico talco detalladamente en su zona cuidando que todo lugar estuviera cubierto y finalmente levanto sus piernas para pasar otro pañal por debajo, abrocho las cintas y volvió a poner el mameluco, cargando a su bebé para subir el cierre de su espalda.
—No fue tan malo ¿verdad?
La menor solamente negó contra su cuello.
Caminaron hasta la cocina donde Rachel fue puesta en su silla mientras las mayores acomodaban el desayuno, la menor se limitó a balancear sus pies mientras olía lo delicioso de panqueques con mantequilla.
Le sirvieron en un plato con estampado de osos azules y al lado un biberón con jugo de durazno, su abuela y su madre se sirvieron en platos finos blancos y dos tazas negras de café. Sus panques estaban partidos en cientos de trozos con un poco de miel encima.
—¡A ver cariño, abre la boca para mami, ¿si?! — exclamo Shelby tomando con una cuchara un poco del desayuno de su hija para dárselo en la boca
Esta vez no fue tan malo como el día anterior, se distrajo un poco porque estaba delicioso y mancho un poco las comisuras de sus labios pero al terminar su abuela la limpio con un trapo húmedo antes de ir a lavar los platos sucios.
Su madre quito el soporte que la retenía para cargarla, subieron hasta su cuarto donde tomo un cambio blanco con rosa para ella. La sentó en el cambiador y bajo el cierre de su mameluco, cuando se lo quito se dio cuenta que ya emanaba olor a bebé tal vez por el aceite después del baño, o el talco que le esparcía.
—Ay pero que bonita bebé, — inquirió la señora Corcoran poniendo sus labios en su estómago para empezar a soplar lo que provoco un ruido extraño y al instante le dieron cosquillas, no pudo evitar reír —que bonita pancita, — canto su madre acariciándole tiernamente el abdomen —que bonitos piecitos, — siguió esta vez dándole dos besos en los pies —¡me dan ganas de comerte!
Shelby comenzó a simular que la mordía y la menor solo reía por el cosquilleo de sus labios en su estómago, brazos, pies y mejillas. La mayor estaba soñada, le encantaba la risa de su bebé, le gustaba verla sin preocupaciones, sin tensión, sin tener que fingir que era un adulto.
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Azallam (ABDL)
Narrativa generaleRachel es criada para no experimentar la niñez, ni nada infantil, pasando por traumas en el proceso, cuando su madre biológica la recupera decide cambiar eso viajando a Azallam donde ella volverá a ser tratada como ¡¿bebe?! -¡Soy un adulto! -No lo...