II: Sentir el corazón.

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Esa noche, Sonya meditó su incomodidad por otro par de minutos antes de dormir, mientras se revolvía en la cama encontrando una posición cómoda para conciliar el sueño.
     Al día siguiente, repitió su rutina de preparación para el colegio. Mientras se vestía tuvo tiempo para meditar nuevamente sobre ese sentimiento que le estaba haciendo padecer Yasuna. El día previo a ese, había hecho inconscientemente con ella cosas que nada tenían que ver con maltratarla a propósito, sino con atenderla y ver por ella. Eso no era algo a lo que estaba acostumbrada Sonya, y eventualmente se quedó pensando en ello hasta la fecha. Simplemente no lograba explicarse por qué estaba teniendo ese comportamiento; era un sentimiento realmente nuevo para ella, y al serlo, no sabía ni tenía una idea de a qué razón adjuntarla. Nunca en su vida se había sentido así, y por eso estaba confundida.

          —¡Sonya-chan!— escuchó de pronto detrás suyo.

     Era Yasuna, y se estaba acercando hacia ella dando alegres saltos. Llegó a ponerse detrás de ella y le puso la mano sobre su hombro, casi sobre su cuello. Sonya sintió el escalofrío y la alerta manifestarse por su cuerpo. Dio media vuelta ágilmente a la vez que alistaba su brazo para precipitarlo sobre su amiga, quien apenas se percataba de ello. Sonya estuvo a punto de dejar caer su puño sobre su cabeza, hasta que alcanzó a ver de quién se trataba. El mismo sentimiento que la atormentaba desde el día anterior se volvió a hacer presente, y rápidamente la hizo frenar el golpe para sustituirlo con una amistosa palmada de hombro. 

          —Hola.—le dijo cordial y educadamente. Le dio un par de palmadas antes de retirar su mano y emparejar su posición a su lado para poder continuar su caminata a la escuela juntas. No se dio cuenta de su manera de actuar hasta que estaba todo hecho. ¿Había evitado golpear a Yasuna? Nuevamente Sonya se vio terriblemente confundida. Yasuna, por su parte, se había asustado un poco por verla a punto de golpearla, pero se calmó al verla detenerse. Ella también veía la actitud de Sonya como algo fuera de lo habitual. A ella también le parecía curioso el cambio que estaba presentando, le interesaba saber a qué se debía.

          —Sonya-chan. ¿Por qué te comportas así?—le preguntó una vez las dos comenzaron a caminar.

          —¿De qué hablas?—Sonya pretendió hacerse la que no entendía a qué se refería.

          —Te has comportado muy diferente estos días, en especial conmigo... Ummh, ¡oh! creo haberte preguntado ya lo mismo ayer, y no me quisiste responder.

           —Me preguntaste si estaba enamorada...—contestó Sonya, pretendiendo desviar el tema con eso. Le apenaba un poco detenerse a platicar con Yasuna acerca de la actitud adquirida hacia ella, y por eso quiso "pasar a otro tema", sin percatarse de que aquella pregunta del día anterior no desembocaría en otro lugar que no fuera en ese mismo cambio.

           —¿Uh? ¡Ah, cierto!—exclamó Yasuna.—Oye, no me quisiste contestar.—añadió con un falso tono de enojo.

          —Porque no tiene nada que ver. —contestó Sonya insistentemente.

          —No te cre-ooo...  —Yasuna le habló casi cantando.—He visto comportamientos como el tuyo antes, y puedo estar un 80%... ¡No un ochenta no! ¡un 60% segura de que se debe a eso!...

     Sonya no dijo nada, tan solo se limitó a escucharla, pasando por alto lo que estaba diciendo.

          —Así que... ¡dime quién es !

          —¿Uh? pero si acaba de decirme que no está completamente segura...—pensó Sonya irritada.

           —¡Dime! ¿Es el que se sienta delante de ti? ¿es acaso el que hace dibujos mientras llega el profesor?

Kill me baby: La amplitud de cambiar. (Yuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora