Capitulo 10

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Quizá muchos piensen que dejé de ser el mismo desde aquel día, pero no, tuve que cambiar por ella. Esa pequeña, que hace un años era la bebé que mas cuidaba con mi vida.

Ahora ella simplemente esta al cuidado de un oxígeno artificial, su respiración ya no es normal, es mas agresiva al exhalar y mas rápida al inhalar. Sus ojos han perdido color desde la ultima vez que los vi tan coloridos y alegres.

Connor, ha estado conmigo día y noche, se la pasa aquí conmigo tratando de sacarme una pequeña sonrisa; vaya que lo hace, pero al ver el rostro de mi hija, se borra de inmediato. El doctor, me ha estado preparando mentalmente para que el día que mi hija se vaya, yo sea fuerte.

Mi hija, para los que se pregunta si es capaz de abrir  los ojos o que si solo se la pasa "durmiendo", pues ella puede abrirlos, pero esta tan débil que solo los abre por unos cinco segundos y después los cierra.

Ella es consciente de que estamos con ella, pero ella no es capaz de reconocerme si no es que Connor o yo le digamos quienes somos. El primer día que no pudo reconocerme, lloré y me sentí de lo más débil. Mi propia hija no reconocía mi voz, Connor y el doctor me dijeron que debía ser paciente con ella, que era por su enfermedad y por lo débil que estaba ella.

-Querida, ¿sabes quién soy?-le dije mientras me acercaba a su cama, ella abrió un poco los ojos para luego cerrarlos y negarme con la cabeza.- ¿Qué?, cariño soy yo, papá.-dije con tonó quebrado en mi voz. Ella al oírme decir eso,  esbozó un sonrisa pequeña y débil.

Connor ese día, pudo ser reconocido por ella a la tercera vez de preguntarle si lo reconocía.

¿Y Margot? ella se fue, como siempre. No dijo a donde, ni cuando se iría pero solo lo hizo. No me importa, simplemente que me sorprende que, diciéndome que fue era su madre pensé que se quedaría esta vez. Pero no, no lo hizo.

Ahora, yo estoy aquí en la sala de espera, contando el tiempo que lleva mi hija en sala de urgencias por un infarto que le dio hace apenas treinta minutos. No, no estoy calmando para los que lo piensen, solo debo ser fuerte porque por más que deseé a mi hija hasta el fin de mis días, ella puede dejarme  antes que yo deje esta tierra.

Estaba solo esta vez, mi mejor amigo tuvo que salir a los Ángeles de emergencia por el trabajo. Estaba totalmente solo, sabía que tenía más familiares pero ninguno de ellos se comunicaba conmigo desde hace más de tres años, desde que se enteraron de Zoey.  

-Disculpe, señor.- escuche una voz de un niño, no puse atención ya que había muchos hombres a mi alrededor, así que no volteé para verle. Hasta que alguien jaló mi manga de mi abrigo.-¿Sí? ¿Qué necesitas pequeño?-dije mirándole y esbozándole una pequeña sonrisa.

-El doctor me ha dicho que usted es un artista, ¿es cierto?-dijo sonriéndome, por su vestimenta supuse que era un niño del hospital. Había muchos niños y niñas en esa sala, ya que era especial para niños.

-¿Doctor?-pregunté algo confundido, pero al ver de reojo a mi amigo, Jack. El es mi amigo y mi doctor desde hace más de 15 años. El debió decirle entonces, sonreí a mi amigo que se encontraba recargado en un esquina y mirándome con una sonrisa.

-Si! el doctor de allí, me ha dicho que usted señor, canta y toca algunos instrumentos. ¿Podría tocarnos alguno de sus instrumentos o cantarnos? por favor señor.-dijo con una sonrisa, solo suspire y sonreí asintiendo, para luego irme con él a una sala toda colorida donde había todo tipo de niños y niñas.

-Oigan el señor Michael nos tocará un poco y también nos cantará.-dijo el pequeño, todos los niños al verme corrieron hacía mi para rodearme y darme abrazos, simplemente sonreí a ellos y busque algo en donde sentarme.

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⏰ Última actualización: Dec 29, 2016 ⏰

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