ᴾᴼᴿ ᵀᵁ ᴬᴹᴼᴿ ➥TWD [Pausada y en edición]

🏹Capítulo 2 🏹 Cuando todo empeoró

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Miente al resto del mundo, pero no me mientas a mí, Samantha. Te conozco mejor que nadie. Hemos pasado por mucho juntos, no te cierres ahora.
Ryan López
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Martes 19. Atlanta, EEUU...

Luego de aquella llamada, Samantha bajó corriendo las escaleras de su edificio hasta su Nissan Altima de color negro. Rápidamente, abrió la cajuela y lanzó su bolso para luego caminar apresurada hacia el asiento del conductor. Encendió el motor y se puso en marcha hacia el edificio del FBI. El viaje duró poco ya que en plena avenida, sacó la sirena y en media hora ya se encontraba estacionando su coche. Bajó de éste y con su bolso en mano, caminó hacia la entrada. No solo estaba alarmada por la reciente situación que azotaba a la ciudad sino que se había prometido cambiar de rutina y aquella la rompió al no desayunar. Estaba extrañando el café recién preparado y la caja de donas que había comprado la noche anterior, y aunque lo negara ya se estaba pareciendo a sus colegas de la estación de policía. Una vez dentro, saludó a los de recepción y caminó hacia el elevador, y allí se permitió bostezar y estirarse. El día de hoy iba a ser estresante por lo que debía estar preparada y en alerta constante. Mientras veía como la luz pasaba por cada número indicando el piso, Samantha se perdió en sus pensamientos.

Desde que había ingresado en las fuerzas sabía que podía encontrar la maldad y la bondad de las personas, la miseria humana, la falla de un sistema político, huelgas, corrupción, demasiados acontecimientos en cada uno de los casos que le fueron asignando a lo largo de los años, pero aquella situación que podía afectar no solo a su ciudad y tal vez al país sino al mundo entero no era para nada agradable, solo generaba un gran sentimiento de incertidumbre, inseguridad y miedo. Sin embargo, haría lo posible para mantener el orden y la paz junto a sus colegas. Dejó de divagar cuando las puertas del ascensor se abrieron, respiró hondo y caminó apresuradamente hasta la oficina de Gordon, pero antes de entrar a dicha habitación, escuchó un grito a unos metros atrás:
―¡¡Samantha!!— miró sobre su hombro, percatándose de que a lo lejos venía corriendo el agente López. Ryan López no era solo su compañero de trabajo, era su confidente y la única persona que podía cuidar sus espaldas.