~Entre él amor Y La Muerte~[GAKUKAI]

3 (El dolor de La Muerte)

Casi siempre permanecía atento, para cortar todo lazo de vida que el deba cortar.
Pero, siempre algo le dificultaba su trabajo haciéndolo mas doloroso mas tortuoso.
Volviendo algo que el debería hacer por pura mecánica, un momento en el que las lágrimas se le amotinaban en la garganta seca.

-Amor-

Exacto, eso dificultaba su trabajo.
A lo largo de los tiempos el cortaba La vida sin miedo, sin ningún retraso.
Simplemente el filo de la hoz acababa con todo.
Pero desde que Kaito había Llegado todo eso se le había modificado drásticamente.

Desde entonces comenzó el dolor y la tortura para la muerte, aparte de las suplicas:

"Por favor dame un segundo mas, para despedirme de mi amada hija.

Mama! Mama no te mueras te lo ruego"

El llanto de los seres humanos le afectaba, aunque pareciera un tipo rudo y reacio dentro de sus ojos se empezaron a reflejar años y años acumulados de dolor.

"¿quien va a cuidar de mi pequeña si me llevas?"

"No te lleves a mi hijo, porfavor Lo amamos"

"Como pudiste irte papa, como pudiste llevartelo"

"Te odio! Me quitaste lo que amaba"

Pero más le afectaban las palabras que a sus oídos llegaban, las palabras que lo condenaban aunque no lo quisiera.-Palabras... Que...me atan-

y Por allí quizá escuchaba algún alago, que rápidamente era borrado de las memorias existenciales de su cabeza.
"La muerte es hermosa, viste?

Nene... La muerte es horrible, el amor es hermoso ¿que estas diciendo? Estas mal de la cabeza...

... Bueno capaz tengas razón. "

Pero todo aquél que valorara su presencia era súbitamente callado y humillado.
O simplemente era tratado como un loco.

Todo desde que había llegado el amor, no solo los seres humanos lo aborrecían sino que, a veces sentía temblar sus manos al tener que darle final a una vida.
No entendía él, si era por temor o por alguna otra razón.

Pero su silencio, Era algo que nadie entendía, el dolor de aquellos ojos que se mantenían en soledad.
Aun así todo el tiempo sentía aquella otra mirada que le hacia temblar.
Lo sentía, sentía la mirada del Peliazul constantemente.
A veces el mismo amor venia, y le hablaba pero el solía hablarle distante puesto a que le dolía demasiado tener cerca al motivo de que los otros seres vivientes lo aborrezcan de esa manera.

-dejame kaito, ya vete... -

-por que , he hecho algo malo?-

-no! Solo largate! Dejame solo!-

-pero... Yo... -

Sin notarlo, sin quererlo. El hacia lo mismo que le hacían a él.

Despreciar a quien no conoces, solo por que no lo comprendes...
Entonces ¿y si en vez de despreciarlo lo escucháramos o entendiéramos?

Muerte pensó sabiamente aquello, pero un nuevo trabajo corto sus pensamientos así que emprendió la marcha hacia aquel lugar en donde le daría el fin a otra historia de vida.