CAPITULO 22

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-¿que fue eso? -pregunte sin aliento.

-un beso.

Su frente estaba pegada a la mía y no dejaba de pegarme a su cuerpo.

-¿por que? -susurré

-lo necesitaba -dijo de la misma manera.

-no vuelvas a besarme -dije cerrando los ojos pero sin dejar de pegar nuestras frentes.

-me gustas -susurro.

Suspire pero al instante se convirtió en un ligero sosollo.

-Te odio -dije con la voz quebrada.

Maldita seas Ryan, tienes él don de devilitarme.

-lose -dijo- pero no por mucho tiempo.

Finalmente me soltó para darnos cuenta de que era nuestro turno en la dulcería.

-tres palomitas grandes, dos de mantequilla y unas acarameladas, también cuatro refrescos de cola -pidió a la chica detrás del mostrador.

Él volteo a verme y yo alze una ceja.

-¿como supiste que amo las palomitas acarameladas? -pregunte.

El sonrió y soltó una pequeña sonrisa.

-yo se muchas cosas Maddy -contesto.

-¿ah sí?

-afirmativo -dijo subiendo y bajando la cabeza- aparte, lo confirme la vez pasada, comiste pocas de mantequilla.

La chica regreso con nuestro pedido antes de que yo pudiera decir algo más. Al parecer había un personal muy eficiente.

-yo voy por los niños, adelantate  a la sala -dije cuando Ryan tomo la bandeja con nuestro pedido.

Él asintió y me dio los tres boletos que necesitaríamos para entrar a la sala.
Busque a los niños quienes estaban sentados en la orilla de un tobogán diciendose cosas al oído y riendo.
Ellos al verme dejaron de reír mas y trataron de no reír.

-¿que pasa niños? -dije alzando una ceja.

-¿tu y mi hermano ya son novios? -pregunto sebastian.

Tess soltó una risita que detuvo tapándose la boca.
Yo palidecí al instante.

-no Sebastian -dije tomándolos de las manos y dirigiéndonos a la sala.

-¿entonces por que se besan? -pregunto esta vez Tessa.

Trage hondo.

-aveces eso pasa con los mayores -conteste.

-pero papi dice que solo los novios se besan -dijo Tess encojiendo los hombros.

-tu papa tiene razón Tess, pero no siempre es así -dije despues de entregarle los boletos al chico de la entrada.

Ninguno de los niños volvió a decir algo sobre lo que habian visto, los niños corrieron escaleras arriba y se sentaron al lado de Ryan, juntos, obligándome a mi a sentarme al lado de Ryan y así lo hize.

-¿todo bien? -pregunto pasandome un refresco.

-si -dije con una media sonrisa.

El sonrió y acto seguido las luces se apagaron y la película comenzó.

A media película la mano de Ryan se poso sobre la mía lentamente, gire la cabeza para poder observar su rostro.
Finjia ver la película, pero yo sabia que esa sonrisa no era por la película, era por que no había quitado la mano al instante y de todos modos su atención estaba en mi.
Ryan Swift, el maldito Ryan Swift, ese maldito que tiene el don de llevarme a las estrellas y bajarme en unos cuantos microsegundos, el maldito que tiene él don de hacerme odiarlo y se que me voy a arrepentir de decir esto, pero también tiene el don de hacerme sentir saltamontes en el estomago, si, saltamontes, no mariposas, el maldito Ryan me hace sentir saltamontes en el estomago ¡y no volveré a repetirlo!

¡FUI YO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora