Zen [Normal]

5.3K 356 55
                                    

(t/n) dio un largo suspiro. Debía quedar con su amigo para ayudarle con uno de sus guiones. No sabe de qué se trata, Zen simplemente la había pedido ayuda llamándola para que fuera a su casa. A parte de eso, no dijo nada más.
Se cambió de ropa. Optó por la primera y única falda que encontró, una blanca que la llegaba un poco por debajo de las rodillas, un jersey rosado pastel y dentro una camiseta blanca.
Como hacía algo de fresco, cogió unos calentadores blancos y sus bailarinas negras. Se miró en el espejo algo satisfecha. Hacía mucho tiempo que ella no iba con falda e ir hoy solo para ayudar a su amigo con un guión, era extraño. Al menos se veía linda.
Cogió su mochila negra y fue a la casa de Zen en su bicicleta.
Al llegar, aseguró su bici con un candado en la farola. Antes de llamar al timbre, arregló su falda y llamó.
No tardaron en abrir.

—Gracias por venir, (t/n).
—De nada, supongo —ríe apenada.
—Ah, pasa pasa —se hace a un lado dejándola paso.

Al entrar se quitó los zapatos y se adentró más hasta llegar al salón. Sobre la pequeña mesa que había allí podías divisar un guión y una lata de cerveza. (t/n) rodó los ojos y se sentó en el pequeño sofá.

—Deberías de beber menos, es malo para tu salud, Zen.
—No puedo evitarlo —se sienta a su lado cogiendo el guión.
—Te va a salir tripa cervecera como sigas así —se burla.
—Hago ejercicio —suspira.

(t/n) rió.

—Fumas y bebes —le arrebata el guión de las manos—. Al menos eres guapo.
—¿Solo guapo?
—Sí.

Observa el guión. Le hizo fotos a las páginas para no tener que compartir el mismo guión todo el rato.

—Bueno, ¿empezamos? —pregunta ella devolviéndole el guión.
—Sí, claro. Debemos empezar por la octava escena, es la que nos faltó a la prota y a mí.
—Sin problema.

(t/n) carraspeó.
Zen respiró hondo.
Se miraron y (t/n) asintió.

—Déjame —dice Zen dándole la espalda a (t/n).
—Olvida lo que te ha dicho Jung-Su.
—Déjame, te lo ruego. (Me reí como tonta en esta parte, y encima lo he escrito yo sabes. Es como, muy demasiado dramático)
—Seung, ¿qué pasa? ¿Por qué intentas evitarme? —pregunta con preocupación. Zen volteó a verla con tristeza.
—Jung-Su tiene razón. Eres demasiado buena para mí, Myung-Hee.
—¿Demasiado buena? No entiendo —afirma confusa, observando al peliblanco con una ceja enarcada.
—Eres un ángel. Un maldito ángel, comparándote conmigo. La gente... la gente nos mira extraños —baja la mirada, evitando mirar a la (c/p) a los ojos.
—Seung, no digas tonterías —intenta cogerle de la mano, pero Zen la aparta.
—La gente cuando nos ve son como un libro abierto... —hace una pausa—. Su cara de asco cuando me ven y su cara de tristeza cuando te ven. ¿No lo notas?
—No me digas que ahora te importa lo que los demás piensan.
—Sí, me preocupa. Me preocupas tú.
—Cálmate, son solo opiniones.
—Opiniones que son verdad. ¿Qué haces tú con un monstruo como yo? ¿Y por qué? —niega con la cabeza desesperado.

(t/n) se acerca a Zen a paso lento. Sus pequeños brazos rodearon la cintura del mayor y se apegó a él. Su cabeza reposaba tranquilamente en el pecho de Zen, quien se mordía el labio inferior nervioso.

—Porque me gustas, monstruo —responde (t/n) cerrando los ojos.

Zen sintió sus palpitaciones más intensas. Parecía una confesión de verdad y eso le ponía más nervioso.

—Me gustas tanto que me importa muy poco lo que la gente piense de nosotros. ¿Crees que no me doy cuenta de las miradas que nos lanzan?

Mystic Messenger x lectora [shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora