Malos entendidos

165 8 0
                                    

La siguiente escena que Sora pudo ver en su sueño, fue de ella misma caminando con Leon en un hermoso pasaje lleno de música, color y personas sonriendo en un hermoso festival callejero de arte. Leon se veía muy guapo con un traje negro y camisa color vino, parecía un hermoso caballero que muchas mujeres admiraban al pasar, mientras qeu Sora solamente traía un sencillo vestido blanco con una chamarra de mezclilla y sandalias.

Sin embargo lo más vivido de ese momento fue cómo Leon la tomo dulcemente, la abrazo y le dio su primer beso en aquella concurrida calle ante la vista de varias personas. Aquel beso que le quemo el alma y la piel en ese instante y que incluso todavía  lo lograba hacer en  sus sueños. Por este inmenso torrente de emociones la peli morada se desperto nuevamente en medio de la noche para después ponerse a llorar desconsoladamente en medio de la noche.

Esto alertó al prometido de Sora, quien después de escuchar a su amada llorar de esa manera fue corriendo a su lado, la recosto nuevamente en el sillón mientras la abrazaba dulcemente en sus brazos y trataba de tranquilizarla.

Itzune Tomoe era el nombre del prometido de Sora, era un hombre bastante atractivo, con el cabello de un negro casi azulado, muy palido con unos grandes ojos cafés que mostraban mucha inteligencia. Aquel joven era el ahora dueño de una de las más importantes compañias de entretenimiento de Japón: Luchy Charm.

Él había crecido junto a Sora durante toda su niñez y parte de su adolecencia, siempre la había amado en secreto, pues estaba maravillado de su hermosa personalidad, su vitalidad y sus ganas de conseguir su sueño de formar parte del escenario Kaleido y él siendo apenas el pequeño y joven heredero del gran imperio de su padre se sentía muy emocionado con ver los esfuerzos de la pequeña pelimorada por dominar las barras en clase de gimnacia.

-Amor ¿qué tienes? ¿estás herida?- preguntaba Tomoe bastante preocupado, mientras intentaba calmar a Sora

-No es nada- respondía Sora mientras intentaba calmarse

-Sora, por favor no mientas, te amo mucho y me preocupas, ahora dime la verdad ¿estás así por haberlo visto nuevamente verdad?- decía el peliazul mientras acercaba su rostro al de Sora, mientras le quitaba algunas lagrimas de los ojos

Durante un segundo la pelimorada vasilo sobre dar o no su respuesta, pero al final tuvo que responder llorando desconsoladamente  con un lastimero a su prometido. Pues no podía mentirle a él ni a ella misma que aquellos recuerdos que tenía con Leon Oswald la habían cambiado para siempre y por más que lo odiara admitirlo, aún le pesaba todo el dolor que le dejo.

La caida del ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora