Telekinesis

Capítulo 3

POV Annie

Esas chicas estaban diciendo cosas malas de mí. Entre tantos insultos, se resaltaban más las palabras: Se nota que es una zorra, es la típica niña buena que termina siendo una piruja, hipócrita, tiene aire de loca.

No me importaba que dijeran eso de mí, estoy acostumbrada a que hablen pestes de mí, ya era normal que la gente me juzgara con tan sólo ver mi físico.

No me afectaba, mis padres lo hacían todo el tiempo...

" ¿Por qué no puedes ser más como tu hermana? "

" ¿Por qué eres tan inútil? "

" Nunca puedes hacer nada. "

" Ya me tienes harta. "

" Me arrepiento de haberte tenido. "

" Eres tan puta como tu madre. "

" Debí de haber abortado. "

Mientras que yo los amaba con todo el corazón, ellos me decían este tipo de cosas.

Llegó un momento en el que ya era normal llegar de la escuela y recibir insultos e incluso golpes.

Aunque me reí tanto de mi madre cuando dijo 'Debí de haber abortado', ¡por favor!

Cree que no me doy cuenta, sé que ella no es mi madre.

Es sólo una mujer que me critica y dice ser mi mamá. A veces me dan ganas de destrozar toda la casa haciendo que ella muriera, pero no soy de esas chicas que son sádicas... Claro que me encantaría que recibiera una cucharada de su propio chocolate pero la muerte no tiene nada que ver y a veces me siento culpable por pensar eso.

Desarrollé la telequinesia cuando tenía 13 años, descubrí que mi mente era fuerte y una vez que me hacen experimentar un sentimiento fuerte, sucedió eso... Moví objetos con la mente.

Tan sólo recordar las 'hermosas' palabras de mis " padres " y aparte oír las críticas de esas chicas me estaba sacando de mis casillas.

Miré discretamente las sillas de éstas, luego miré la mesa.

Oh no, por favor no hagas esto.

Annie, no.

Sin querer hice que las sillas de éstas se rompieran y cayeran al suelo azotando tan duro que todo el salón las volteo a ver, ¿y la mesa?

Una de ellas, de muy lista, se aferró e hizo que les cayera encima lastimandoles el estómago.

¿Ups?

- ¡Señoritas! - dijo el profesor. - ¡He dicho miles de veces que no se debe de jugar así!

- ¡Profesor, la mesa las lastima! - dijo otra chica que estaba a lado de ellas.

Sentí una mirada en mí, miré atrás y Harry me estaba mirando sorprendido.

- ¿Qué? - pregunté.

- Eh, no nada. - dijo él volteando a ver a las chicas.