Raul, salio de clase a todo correr no se encontraba bien, no se sentía con fuerza de seguir con aquel día, quería ir a su casa a taparse con la manta y olvidarse de todo, lo acaba de dejar su novia y eso le afectaba muchísimo, el era muy sensible y la amaba con locura...
Una vez en la calle se dirigió a su casa, aquel día no quería llegar pronto así que cogió el camino mas largo, iba con la cabeza gacha, mirándose los zapatos desatados, observando como la lluvia caía, a su lado y lo mojaba todo, el día pintaba soleado y alegre, hasta aquel momento, en ese momento en el que lo dejo... todo se derrumbo, a la hora se puso a llover, como si el tiempo supiera lo que acababa de ocurrir.
Mónica salio del instituto acompañada de sus amigas, se habían llevado un paraguas así que lo abrieron, y fueron hablando y comentando el día hasta sus casas, poco a poco las chicas se iban retirando del grupo, cada una llegaba a su portal y todas se daban un abrazo y se despedían hasta el día siguiente, como de costumbre Mónica se quedaba sola hasta llegar a su casa. Le encantaba la lluvia así que cuando llovía, lo disfrutaba dejaba caer la lluvia en su cara y se sentía libre.
De camino a su casa, Mónica se cruzo con un chico tristón, que le resulto de lo mas mono, así que decidida se sentó en el banco donde el estaba.
-Hola, ¿que ocurre, que haces aquí sentado bajo la lluvia? -El la miro y volvió a bajar la vista.
-oh! nada, tranquila- Mónica, estiro su brazo para cubrir al chico con el paraguas
-Puedo preguntas como te llamas.-
-Me llamo raul, gracias por lo del paraguas, pero ya me iba.-
-Bueno, yo me llamo Mónica, encantada. Recuperate.-
-Gracias. Adiós.-
Mónica, continuo su camino a casa, preguntándose que le ocurriría a ese chaval tan mono.
Raul en cambio, echo a correr a su casa. Una vez allí hablo con su madre para pedir un cambio de instituto, le contó que no se encontraba bien, en el suyo y que no aguantaría mas allí.