SEGUNDA PARTE DE "RAFAELA"
Rafaela Howard decide empezar su vida desde cero a los 17 años, tiene muchas cosas que cambiar y muchas cosas por las cuales luchar, una de ellas es el sentimiento de lejanía que comienza a sentir con Niall después de vari...
Hoy iba a ser un buen día, llevaría a Rafaela al famoso restaurante "Victorian house" donde podría tomar fotografías de excelente calidad, le había prometido llevarla a un lugar digno de fotografiar y este lo era en todos los aspectos. Me levanté a desayunar y vi a mi madre dormida en el sillón. Una vez más, varias colillas de cigarro en el cenicero y un cuarto menos del wishky que trajimos de Irlanda. Mamá últimamente bebía mucho y aún no logro conseguir que me diga el porqué, capaz es papá, capaz sólo sea el estrés de no conseguir trabajo o ambos pero no podía ni si quiera descifrarlo. Limpié todo antes que Luz despertara y viera algo de esto, acto seguido tomé a mi madre en mis brazos y la lleve a su habitación, no hice mucho esfuerzo ya que mi madre era delgada y últimamente había adelgazado más
— Perdón hijo, se que no debería – dijo aún con los ojos cerrados — Shhh, no te quiero con dolor de cabeza, duerme – le dije acostándola
Fui a ver cómo se encontraba Luz y seguía en la misma posición en la que la deje anoche. Otra vez bajé a desayunar, ahora si podría tomar mi té matutino junto con unos muffins de chocolate y frambuesa. Como consecuencia mi madre no podría hacer los quehaceres diarios entonces decidí ocuparme de eso hasta que sea la hora que tenga que salir a buscar a mi amada. Luego de una hora Luz se despertó, eso significaba alimentarla y ocuparme de que no moleste así mamá se levantará óptima antes de que me fuese, decidí llevarla a la casa del árbol que teníamos en el patio. Papá la construyó unos años antes de irse, era nuestro cuartel de hombres, pero luego de que se fuera no logré volver a subir aquí.
Luz me pregunto porque nunca antes subimos y yo simplemente no supe contestar, por si se preguntan, si, Luz también es Horan, se dio en un intento de reconciliación pero duro nada. Se estaba haciendo tarde y aun no me había duchado así que le explique a mi hermanita que tenia una cita y blah blah blah y logre que quedara sentada viendo la televisión. Realmente para tener cuatro años era bastante entendida. Despues que sali del baño fui a despertar a mama
- Mamá. necesito que despiertes, me voy, mamá - ¿Mmm? - Mamá por favor, debo irme, se me hace tarde para recoger a Rafaela, recuerda que hoy almuerzo con ella - Si, ya voy - No - dije ya enojado - Necesito que te levantes ahora porque Luz esta en la sala viendo dibujos animados, no puedo correr el riesgo de dejarte aqui mientras ella esta abajo - Subela, le pondremos la televisión aqui y todo solucionado - suspire con su respuesta - Ya la subo - conteste sin nada mas que discutir
Una vez que mi hermana estaba segura comence mi marcha hasta el apartamento de Rafaela. Entre tantos pensamientos que tenia hasta que llegase a mi destino se cruzo el de pedirle a Rafela que hoy sea mi novia pero no estaba seguro aún. La vi y estaba radiante como siempre, mis ganas de besarla cada vez que la veía eran indescriptibles. No se si alguna vez les habrá pasado de estar mirando a una persona y darse cuenta de que todo tú está en paz en ese momento. Ese sweater le quedaba excepcional. Tanto que tome una foto con la cámara que le había regalado Pendergast, iba totalmente contra mi voluntad pero debía hacerlo, se veía muy hermosa
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— Sólo un poco despeinada, pero viniendo de ti Ruffi, es normal – dije riendo y agitando la foto — Sabes que haga lo que haga el siempre se revela – contestó poniendo los ojos en blanco — Sí lo sé - dije batiendo un poco más su cabello a lo cual contestó golpeando mi mano.
Llegando ya al restaurante caímos en cuenta que estaba repleto, el señor que nos recibió nos mandó directamente al jardín. Era uno de mis lugares favoritos. Rafaela decidió congelar ese momento en el balcón tomándome una foto, hasta que fuimos interrumpidos por mi teléfono, era de la universidad. Avisé que volvía en un segundo y me alejé para hablar más tranquilamente
— Aló ¿Niall Horan? — Buenos días, si soy yo — Hablamos de la universidad de Londres para informarle que usted es uno de los mejores promedios y sería un honor que diera el discurso de graduación para sus compañeros — ¿Como? – pregunté atontado – ¿Mejor promedio yo? Imposible — No señor Horan, los datos de nuestra computadora están en perfecto estado y usted es uno de los mejores de la carrera de odontología — Disculpe señorita pero estoy totalmente sorprendido – largué esa risa nerviosa que a Ruffi le encantaba — ¿Entonces? ¿Contamos con usted para dar el discurso el próximo año? — Por supuesto, pero ¿Si bajo el rendimiento el año entrante? ¿Qué sucederá? — Absolutamente nada porque usted no lo hará, hablamos con los profesores y realmente lo tienen en cuenta. Bueno señor Horan ahora me despido y lo dejo así siga desarrollando sus actividades, que tenga un bonito día — Adiós señorita, muchas gracias por informarme, e igualmente — De nada, adiós.
Al terminar la llamada aún seguía en shock, vi el mensaje de Ruffi que me decía que ya nos habían ubicado en una mesa que me dirigiera hacia allí y eso hice. Cuando me senté no sabía cómo decirle a Rafaela
— Pediré la carne especial con ensalada – dijo mirando menú — Era de la Universidad, soy uno de los mejores promedios y quieren que de él discurso en la graduación Ruffi – dije en un tono seco por el shock — ¿En serio? ¡¡Felicitaciones mi amor!! Estoy muy feliz en este momento – dijo con una amplia sonrisa — Perdón señores Horan ¿Están listos para ordenar? – ambos miramos extrañados al camarero — ¿Derek? ¿Que haces aquí hermano? – dije parándome y abrazándolo — Conseguí el trabajo la semana pasada, ya sabes, arquitectura me está dejando en la miseria – rió irónicamente – ¿No me presentarás a tu novia? — Oh perdón, Rafaela, él es Derek el que siempre grita cuando estamos hablando, Derek ella es Rafaela — Un gusto Derek, sólo soy su amiga – dijo tomando la mano de Dereck — El gusto es mío – contestó
Sincerandome, la declaración de Rafaela no me hizo sentir bien, tampoco se que espero para pedirle que sea mi novia. Creo que me asusta. Ya de vuelta al apartamento de Ruffi saqué el tema a flote, no podía seguir con la duda
— ¿Porque le dijiste a Derek que sólo eras mi amiga? — ¿Acaso no lo soy? ¿O soy tú mejor amiga? – dijo colocando sus dedos en su barbilla de manera pensativa — Los amigos no se besan, tampoco se ven como lo hacemos nosotros Rafaela — Nunca me pediste ser tu novia — Yo, eh, tienes razón. Escucha, amo esta canción – dije aumentando el volumen a la radio.
No sabía cómo seguir la conversación así que los nervios me hicieron improvisar de la peor manera. Genio Niall. Una vez aparcados Ruffi dijo que no hacía falta que no hacía falta que la acompañe a la puerta, me agradecío por la comida y por las espléndidas fotografías que había conseguido, se despidió con un beso en la mejilla, y quede ahí sin entender nada pero yo no estaba dispuesto a preguntar.
