Cerré la cortinilla de mi ventana. Ahí fuera no se podia distiguir si era de dia o de noche. En esta pequeña poblacion llamada Forks no se solia ver el color del cielo. Realmente esto era agobiantemente claustrofobico.
Recliné mi asiento hacia atras y pensé en que haria al llegar aquí. A partir de ahora viviria, literalmente, en el hospital de Forks, Washington. Me habia contratado como ayudante de doctor durante un tiempo. Pero el tema era un poco irónico, que hace en un hospital trabajando una chica que se desmaya con la sangre? Ni yo misma lo sabia, aunque en los ultimos meses habia aprendido a controlarme un poco.
- Por favor señores pasajeros, - interrumpió la voz de la azafata por los altavoces. - vuelvan a sus asientos y abrochense los cinturones. Vamos aterrizar en cinco minutos... creo.
Cerré mi bolsita y apagué la musica que tanto me relajaba escuchar.
Bajé torpemente por las escalerillas del avión produciendo bufidos a mis espaldas. La verdad esque no sabia andar por una superficie plana sin tropezar con algo o con mis propios pies.
Estaba aturdida por ver tantos turistas en esa inmensa sala. Al fin conseguí ver mi maleta negra entre esa marea de colores y texturas. La verdad, desde pequeña habia sido bastante observadora.
Lo siento, no me he presentado. Mi nombre es Isabella Swan, aunque la gente no entiende que quiero que me llamen Bella. Soy delgada, pero no atletica. Soy una persona timida, eso se debe a que nunca e sintonizado muy bien con nadie. Se me podria llamar rara.
En la puerta del aeropuerto, con las , maletas en la mano, le hice señas a un taxi. Realmente los de mi antigua ciudad Phoenix eran mas bonitos.
- Al hospital, por favor. - le dije entrgandole al conductor unos billetes. El sin mas distracción condujo hacia allí.
Edward POV
- Vamos Edward. - me llamó Carlisle.
Hoy habia otro dia de duro trabajo. Mas bien de autocontrol.
Uno de los años despues de tantas y tantas graduaciones, decidí ir a trabajar con mi padre, en tantos sentidos. Era bastante facil hacer mi trabajo sin distraerme, la sangre humana al fin y al cabo no era tan tentadora.
Me miré en el espejo y me despeine el cabello, listo. Odiaba mi don en algunos momento, cuando llegaban nuevas enfermeras. No es mi culpa que los vampiros resultemos atractivos al ojo de nuestras presas potenciales, los humanos. De verdad, esas chicas no saben controlar sus pensamientos.
Me monté en mi coche y seguí a Carlisle, como si me fuera a perder...
Al llegar todos los pensamientos iban en la misma dirrecion, gran suerte la mia. Habia llegado una nueva trabajadora al hospital. Esque mi padre y yo somos los unicos hombres que hemos estudiado medicina?
- Hola Rachel. - dijo mi padre en forma de saludo.
Maldita suerte la de esa niñata. Tener al doctor Cullen el primer dia de servicio... Pensó la recepcionita. Yo creo que hiba a pasar de saludarla.
Esa cara se repetia en todas las mentes. Se veia joven, era muy blanca, casi tanto como yo. Sus ojos eran cafes oscuros y su pelo marron... con lo que parecia ser algun reflejo rojizo. Era mona, pero igualmente humana. Habia perdido las esperanzas de enamorarme hace mucho tiempo...
Bella POV
Ya estaba alojada en aquella pequeña y acogedora habitacion. Me habian chibateado las compañeras de mi mismo pasillo que me tocaria con el ''guapisimo'' Doctor Cullen. Me arreglé un poco el pelo y me puse una bata blanca. Preparada, me miré en el espejo haciendo el gesto de un soldado con la mano en la frente.
Bajé hasta la planta 1, urgencias. Aunque me habian contado que en este pequeño pueblo solo habia una o dos al mes, con suerte.
Al entrar en la calida salita, me encontré de frente a un joven hombre rubio leyendo un periodico.
Dios, es hermoso! Ese pensamiento no paró de cruzar por mi mente. Al segundo me di cuenta de que le miraba como una boba mordiendome el labio, manias mias... El joven doctor levantó la vistanhacia mi.
- Hola! No te habia visto, - se disculpó dandome la mano. - Soy el Doctor Cullen. Tu debes de ser Isabella Swan, verdad?
- Bella, por vafor. - le dije estrechandole la mano.
- Claro Bella, acomodate - señaló un asiento libre delante suya. - no suelen pasar cosas muy interesantes aqui.
- Eso tenia entendido...
Me pregunto bastante sobre mi pasado, de donde venia y donde habia estudiado. El me entrgó un busca que tendria que llevar siempre por si habia una verdadera emergencia, pero que el siempre estaria abajo. Le di las gracias y me fui a dar una vuelta por el hospital con una compañera que habia conocido, Angela Weber. Era muy amable y llebaba aquí unos años. Me pregunto que opinion tenia acerca del doctor.
- Oye Angela, cuantos años crees que puede tener?
- Veintiseis como mucho, es guapisimo. As tenido mucha suerte, Bella. - la miré y asentí. No era la primera que me lo decia. - Y tu, cuantos años tienes? si no te molesta, pareces muy joven.
- Tengo 17 años... - miré hacia abajo.
- Que?! - le tapé la boca para que no gritara. - Perdon... Pero, como? deberias estar estudiando.
- Bueno me adelantaron varios cursos, varios... - me avergonzaba decir eso.
- Guau chica, si que tienes suerte! - levanté los hombros en muestra de desconcierto. - No has conocido al hijo del doctor Cullen?
- Deberia?
- Vaya genes tiene esa familia! - me explicó. - Estaba en tu misma sala, trabajan los dos juntos.
Volví a levantar los hombros. En todo el tiempo que estuve en compañia de ese joven docotor solo miré al suelo asegurandome de que no viera como me ardian la mejillas.
- Anda vamos a la cafeteria, me muero de hambre!
Nos dirijimos juntas hacia la barra, yo pedí un cafe con leche solamente. Angela me fue presentando a sus compañeros, todos muy amables, menos una chica llamada Jessica. Se le veia muy recelosa. Entonces me percaté de la mesa en la que se sentaba el doctor.
Estaba en la otra unta de la cafeteria, completamente aislados por un mar de mesas vacias. Cuando conseguí apartar la vista de su hermosura me fije en que le daba un cafe a su acompañante. Era un chico bastante jove, ahora entendí porque salio en nuestra conversacion con Angela al mencionar mi edad. Los dos tenian la piel mas blanca que las que habia viso en ese pueblo sin sol. Tenia un color de pelo muy peculiar, con aspeco parecido al del doctor, pero mas despeinado. Era de un color cobrizo perecto, los dos eran perfectos... Pero ese chico me llamó la atención.
- Veo que te as fijado en el hijo del doctor... - como si hubiera dicho su nombre en voz alta, el chico se giró hacia Angela mirandola intensamente. Ella se sonrojó, pasado el aturdimiento volvio a hablar. - Es guapisimo, salta a la vista. Pero no le gusta nadie, tampoco se fija lo suficiente para que alguna le guste.
Aqui olia a rechazo por parte del misterioso hijo. Disimuladamente me giré a mirarle, y me arrepentí. Me estaba mirando con el ceño fruncido durante un buen tiempo, yo le mantuve la mirada sin preocuparme del sonrojo hasta que me ardian las mejillas. Yo aparté la vista rapidamente, el me miró más y me libero lentamente.
- Enserio, no pierdas el tiempo...
- No pensaba hacerlo. - dijé con la voz un poco ronca, se me habia echo un nudo en la garganta.
Las siguientes horas pasaron rapido, ya que preparada para las horas de agonía, cogi mi movil para escuchar musica y me bajé a la salita un libro.
Una vez duchada y en pijama, me acomodé en mi cama para empezar a pensar en que me depararia el dia de mañana.
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Todo es demasiado verde... (Edward y Bella)
VampireBella es, probablemente, una de las chicas mas inteligentes del planeta, pero al llegar a ese humilde hospital descubre que no todo es lo que crees tener en tu mente, por mas extraño que sea.