Cap 4. Café con los Cullen

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Cap 4.

Bella POV

Subí a mi habitacion un poci aturdida y con mis tipicos andares torpes, aunque esta vez un poco más. Mi miga Jessica y vecina de habitación, al igual que Ángela,  estaba asomada a su puerta mirandome con una mezcla de sorpresa y diversion.

- Bella, pero que te pasa? - preguntó aguantando una risa.

Aun comfundida conseguí articular palabra.

- Imaginate, una tarde entera con el doctor Cullen... - alzo los hombros quitándole importancia. - ...junior- así es como les llamaban las chicas.

Dio una risita leve, como si ya se lo esperasen.

- Bienvenida a su club de fans, - me dió un abrazo. La mire extrañada por mas de una razon, nunca se habia mostrado tan amistosa y... un club de fans? No estan mayorcitas para eso?- las enamoradas de Edward- aclaró. Me separé de ella rapidamente

- Que? Yo-yo n-no estoy ena-enamorada de... él.- Algo en mi mente me dió una torta.

- Solo espera un poco, ya caeras... - Se volvió a meter en su habitacion y cerró la puerta.

Estaba comfusa, muy comfusa. Yo estaba enamorada de él? No, yo no me enamoro. Soy demasiado madura para esas tonterias.

Caí dormida rapidamente en un sueño lleno de preguntas y respuestas. El entorno me era conocido pero no deo todo, pero deducí que era el instituto de Forks, por un cartel que habia.

Me dormí cerca de las cuatro de la madrugada, dandole vueltas a ese perfecto rostro del chico del doctor Cullen. Como podian ser tan guapos? Algo en mi mente hacia que su rostro me pareciera tremendamente familiar. Mi sueño fue de los más extraños que ha ia tenido en mi vida. Todo era como una pelicula, con antiguas imagenes de mi juventud. Pero habia musica y una voz de fondo. Conseguí en mi subsconciente allar los nombres.  La cancio era Night Time, de Alexandre Deplat y la voz... Mi voz. Asi era lo que contaba.

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Dicen que cuando una persona se despierta de un fuerte coma, puede traerse con el algunas habilidades que nunca habia tenido antes. Y en mi caso no iba a ser menos.

Alrededor de  mis quince años, muy maduros para esa edad, me mudé a Forks, a vivir durante una temporada con mi padre Charlie. Allí conocí a una familia de lo más extraña, sobre todo, al menor de ellos. Se podria decir que estaba obsesionada.

Ese dia tuve un accidente en el aparcamiento. Una furgoneta me hizo puré,  dejandome un gran dolor de cabeza. Al llevarme al hospital caí en un irremediable coma, hasta los dieciseis, durante un año.

Al despertar no era la misma, para nada. Mi cerebro estaba mas desarrollado que otro cualquiera de mi especie y mis manos se sentian terriblementes naturales entre teclas blancas y negras, las de un piano.

Me adelantaron todos los cursos, solo me presenté al examen ultimo de la carrera de medicina. Pues me dijeron que podria trabajar en cualquier cosa, me habia despertado con algo asi como ''el conocimiento mundial''. Lo sabía todo, no habia algo que no supiera. Pero al haber estado tanto tiempo en un hospital, mi mente se decantó por esa profesión.

Así es como llegué aqui, pero algo sigue sin cuadrar. Quien es esa extraña familia? y, Porque no habia vuelto a saber de ella?

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Ahí acababa el sueño y de forma brusca volvia a la realidad, con el sonido del despertador.

Estaba incluso más comfundida que aquella noche, lo peor? Hoy tenia turno con el doctor Cullen junior.

Me cambié rapidamente y me puse la bata blcanca. Me tomé un pequeño café de la cocina de internos y bajé a la salita de descanso. Cullen se encontraba sentado en su sillón sin la bata blanca, bebiendo de su termo.

- Oh, buenos dias Bella

- Hola. - le sonreí amablemente pero muy comfusa, su voz causaba estragos en mi mente. -  Hoy no trabaja?

- Bueno, pensé que podiamos ir a dar una vuelta, solo hay trabajo hasta las cuatro. Si necesitaran algo, nos sonaría el busca. - me quedé atolondrada mirandole. El con el ceño marmoleo fruncido, claramente yo me sonrojé. - Bueno, quiere venir a dar un paseo conmigo?

- Cla-claro! - dije bruscamente, al darme cuenta de que no podia derrochar esta oportunidad de aclarar dudas.

Me puso su mano helada en la espalda y me guío hacia un reluciente Volvo plateado. Magnifico coche. Nunca habia visto el coche de su padre, pero si este era el del hijo, el otro seria mucho mejor.

Su interior era calido y acogedor, lo contrario a su piel la primera vez que lo ví.

- Oye, Edward. Estoy casi segura de tu y no nos conocemos de antes.

- Si? - dijo intentando no darle importancia.

- Se que pasó algo, el dia del accidente.Tu familia, estabais allí.

- Bella, creo que estas confusa. - dijo intentando parecer amable. Le maté con la mirada, me estaba tomando por una loca? - Si te prometo contártelo despues, disfrutaras del dia?

- Vale. - y firmamos el trato con una ultima mirada a los ojos.

Conducimos hasta los limites de Forks, por unas carreteras que estaban completamente en el interior del Bosque. Entre tanto arboles empezo a salir un gran claro con una mansion en su centro. Siquiera podrias imaginarlo y fuera tan... tan... Guau!

Era de construcción claramente moderna, pero el juego de materiales del exterior le adquiria un toque elegante y clasico. Se podian ver unas grandes cristaleras y unos balcones enormes. Esto más que casa parecia una mansión.

Dejó el coche en el camino de entrada, antes de aquel precioso jardin en el que, por si fuera poco en todo el pueblo, crecian unas preciosas plantas. Como acto de caballerosidad me abrió la puerta del coche.

- Si por casualidad esta aquí roda mi familia, no te asustes si los ves cariñosos entre ellos, estan emparejados. Pero cada uno de ellos es hermano mio. - me advirtió

- Vale.

Se me daba bien tratar con los temas extraño. El doctor apareció de alguna parte y nos abrió la puerta. Con cara de sorpresa y alegria.

- Hola, Bella! Que agradable sorpresa! Entra, estas en tu casa. - me invitó.

- Gracias doctor...

- Carlisle, por favor.

Una mujer igual de palida que toda la familia se nos unió. Tenia el pelo del color del caramelo con ondas suaves, los ojos dorados, igual que el doctor y su hijo. Su rostro palido como la tiza en forma de corazon tenia una expresión de lo mas alegre y maternal.

- Esta es mi esposa, Esme.

A diferencia de los demás,  esta se me acercó y me abrazo. Estaba fria como el hielo, pero a diferencia de su apariencia, era dura como el granito.

- Hola Bella, bienvenida a casa. Tenia muchisimas ganas de conocerte. - su mirada se detuvo con la de Edward, luego, me miró denuevo. - Bueno, a que se debe tu visita?

- Queriamis probar tu cafe, estoy seguro que es mejor que cualquier otro de una cafeteria.- explicó Edward por mi.

- Ay, hijo. Me vas ha hacer sonrojar... - todos se rieron entre dientes.

Carlisle le acompañó a la cocina y mi compañero me llevó al jardín.  Habia unas bonitas mesas y unos silloncitos de exterior. Todo parecia haber sido decorado por un artista con gusto.

La amble esposa del doctor nos trajo el cafe, el primer sorbo, una maravilla. Realmente era el mejor cafe del mundo, sin duda. Cuando me lo acabé,  mire a Edwars y tomé valor.

- Bien, creo que había un tema que aclarar, cierto? - le recordé.

Todo es demasiado verde... (Edward y Bella)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora