De pronto me sentí dentro de una novela de Jane Austen. Así debió de sentirse Elizabeth Bennet al caminar por el pasillo de la capilla donde Mr. Darcy la esperaba o Marianne Dashwood cuando el Coronel Brandon pidió su mano o Mr. Rochester cuando Jane Eyre le prometió jamás abandonarlo.
Por fin mis sueños se hacían realidad y mi valeroso caballero estaba a mi lado prometiendo permanecer junto a mi hasta el final del camino.
Había dejado de prestar atención a lo que el padre decía y empecé a divagar en mis recuerdos alternando con miradas rápidas a mi enamorado.
Lucía imposible, con la mirada al frente la espalda recta el rostro estoico y esa mueca torcida que tanto amaba. Traía un traje azul marino, el cabello de un lado con los rizos domados por una gruesa capa de fijador para cabello. Se veía tan atractivo que casi dolía.
Sus afilados pómulos perfectos como siempre por encima de esas mejillas las cuales hubiera jurado que estaban rosadas aunque la sola idea sonara imposible. Desdé mi posición recordé aquella vez que contemplé su rostro por primera vez.
En ese entonces jamás hubiera admitido lo mucho que me atraía su presencia. Me sentía como las moscas hacia la miel, inevitablemente hipnotizada hacia ella. Estaba en mi burbuja de felicidad. Podría morir en este mismo instante y no me importaría.
Mi prometido me volteó a ver y comenzó a mover sus labios.
-Yo Benedict Timothy Carlton Cumberbatch tomo a Elizabeth Johanne Arthick como mi esposa para amarla y respetarla en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte nos separe. Y nos reencontremos en la siguiente vida.- Juró.
El padre dijo mis líneas las cuales repetí.
-Yo Elizabeth Johanne Arthick acepto a Benedict Timothy Carlton Cumberbatch como mi esposo para amarlo y respetarlo en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad hasta que dé mi último respiro y nos reunamos en el más allá.-
-Si alguien se opone a esta unión, que hable ahora o calle para siempre.-
Wanda miró amenazante a los invitados.
Reí internamente.
-Por el poder que me concede la iglesia los declaro marido y mujer. Puede besar a la novia.-
Tomó mi rostro entre sus manos y contempló fijamente mis labios para después besarme como nunca.
-Tengo el grato honor de introducirles al señor y a la señora Cumberbatch.-
Todos estallaron en aplausos, gritos y vítores.
Nos volteamos hacia ellos y caminamos tomados de la mano hacia la salida.
De inmediato una cálida ola humana nos envolvió y comenzó a lanzarnos pétalos de rosas hasta que entramos al auto que decía "Recién Casados"
Nos llevaron directamente a la recepción.
Todos nos esperaban con una amplia sonrisa y copas de champagne en sus manos.
Nos sentamos en la mesa central, Jess tenía un micrófono en su mano.
-Antes que nada quiero decirle a Benedict que fue muy inteligente haber escogido el 30 de diciembre como fecha para casarse así nunca lo olvidará -todos rieron- por otro lado, ¿a quién se le ocurre casarse a finales de año? Que estupidez- todos rieron aún mas fuerte- como sea, aquella noche del estreno de la película de Tom convencí a Lizzie que me acompañara, que tal vez ahí se encontraría el amor de su vida, quien iba a decir que tenía la razón y las dos conoceríamos a nuestros futuros esposos, que tiempo después le pedirían su mano en el mismo lugar en donde comenzó todo y a pesar que el inicio de su historia se vio empañada por una serie de eventos desafortunados, al final salieron airosos y mas unidos que nunca. Benedict Cumberbatch cuida muy bien de mi hermana o te las verás conmigo. Por los novios.-
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Cuando la Realidad te Alcanza
RomanceLizzie tiene todo lo que siempre habia deseado, el trabajo de sus sueños, una mejor amiga y tiene por novio a Benedict Cumberbatch, solo por un detalle...está casado. En este juego llamado vida gana quién tenga el corazón de piedra. The Game is On!