Al llegar a la casa, me sentí aliviado de ver el auto. Entré y me encontré con Mariana en la cocina, preparándose una taza de té.
— ¿Ya se quitó el coraje? —solté al estar frente a ella.
Sus ojos impactaron en los míos y me sentí estúpido al verla llorar.
— ¿Qué pasa?
— Voy a respetar si decides dejarme —murmuró—. Sabes que desde siempre he respetado tus decisiones.
— ¿De qué hablas, Mariana? No entiendo lo qué tratas de decir.
— Toma...
Mariana me entregó un sobre, que estaba roto de una orilla. Al leer la hoja que contenía, sentí que mis fuerzas se esfumaron.
— ¿UN BEBÉ? —gritaron los cuatro al unísono.
— Sí...
— Dios, que hermosa noticia —exclamó Maureen (de cabellera castaña y levemente rizada. Un poco más baja que Axl. Tez blanca... Bueno, es Pete Burns en mujer, porque inclusive su estilo era como el de él) novia de Axl—. Nos ganaron, amor.
Axl se volvió a ella y le sonrió. Yo seguía sin creerlo. ¡Sería padre... En mejor momento de mi carrera! Dios, no podía digerirlo.
— Debes estar feliz ¿no? —me preguntó Izzy. Reí con sarcasmo.
— Sí, claro, emano felicidad —solté—. No estoy listo para ser padre.
— Duff, hablas de tu hijo —replicó el pelirrojo.
— Oh, vamos, ustedes bien lo saben, un hijo no estaba en mis planes. No sé qué haré.
— Pues sé hombre y respóndele —musitó Maureen.
— Exacto, debes responderle —dijo Slash—. Ya pensabas casarte con ella, bueno, esto es un buen pretexto para hacerlo.
— No... Mariana se fue de la casa —les hice saber.
— ¿Qué mierdas acabas de decir? —Axl me miró colérico.
— Lo que oíste. Se fue a casa de su prima.
— Pues vas ahora mismo por ella. Imbécil, como la dejaste ir.
— Ayer discutimos...
— Y de seguro fue por tu culpa —atinó a decir este Izzy.
— Algo así.
— Ve por ella —me exigió Axl.
— No, no iré.
Axl se volvió a Maureen, quien se puso de pie y lo tomó de la mano.
— Luego nos vemos —se despidió el pelirrojo.
— Hasta luego, chicos —dijo la castaña.
Narrado por Mariana
Me sentía tan mal. Se suponía que Duff me amaba como loco ¿y vean? Supo del embarazo y se puso como loco.
Para mí era mucho más importante mi bebé que él estar con él. Sí lo quería bien, y si no también. Yo podía cuidarlo sola. Con mi amor le bastaría a mi hijo.
Aquella noche le pedí a Lesli darme asilo en su casa. Ella es como mi mejor amiga, pues es la única persona que siempre está cuando la necesito.— Michael es un idiota —dijo mi prima Lesli—. ¿Dónde está el amor que te tiene?
— No lo entiendo... pensé que aceptaría mi embarazo.
— Es un vil imbécil. Hablamos de su hijo.
Estaba por responder, pero el timbre de la puerta sonó; Lesli se puso de pie para abrir. Vi un par de sombras.
— Tienes visitas, Mariana —avisó Lesli.
Axl y Maureen aparecieron, con varias de bolsas.
— Chicos, hola —los saludé.
Me acerqué a ambos y nos saludamos con un beso en la mejilla.
— ¿Cómo está la futura madre? —preguntó Maureen.
Maureen era de las personas más dulces que conozco. Desde que Axl nos presentó nos hicimos de una buena amistad.
— Bien, dentro de lo que cabe —sonreí.
Axl se puso en cuclillas y fijó su mirada en mi vientre.
— Tu padre es un imbécil, sobrino —dijo—. Pero no te preocupes, tu tío Axl te dará mucho amor.
Lesli y yo reímos, mientras que Maureen lo miraba con ternura.
— Lo siento, linda, pero Duff es un imbécil.
— Exacto, el más grande de todos —corroboró Lesli.
— Sí... —murmuré.
— Axl —su novia lo miró con seriedad.
— Bien... Le trajimos unas cuantas cosas el bebé —dijo el pelirrojo.
Maureen y Lesli me acercaron las bolsas; había sin fin de ropita, de todos colores, incluidas diminutas remeras de bandas, en especial de Queen y Guns N' Roses, las que supuse escogió Axl.
— Mi sobrino...
— O sobrina —le corrigió Maureen.
— Cierto, mi sobrino o sobrina tendrá buen gusto musical —dijo el pelirrojo—. Y de una vez te digo, yo tengo que ser su padrino, eh.
— Claro que sí —sonreí—. Nadie más que tú lo será.
— Será el bebé más amado de todos —aseguró el pelirrojo.
— Bueno, lo será hasta que tú y Maureen tengan al suyo —intervinó Lesli.
— Bueno... Serán los niños más amados.
Continué viendo las cosas que habían traído. Dios, verlos me había subido el animo demasiado.
— Chicos, no debieron molestarse —dije—. Todo está hermoso.
— Que va, hablamos de mi ahijado.
Narrado por Duff
Estaba en un bar con Izzy y Steven. Sí, sabía que me había portado como un idiota con Mariana, pero era comprensible ¿no?
— Yo opino en que vayas por ella. Ya está embarazada, ya no puedes hacer nada, y dejarla sería una bajeza —argumentó Izzy.
— Estoy de acuerdo con él —comentó Steven—. Y se aman.
— No lo sé. No hablamos de un perro...
— Exactamente, hablamos de un pequeño ser humano que es tuyo. No seas imbécil, Duff.
— No me siento listo. Un bebé es mucho para mí.
— ¿Entonces le dejarás todo a Mariana?
Bajé mi vista y la fijé en mi cerveza. No sabía qué responder, pues temía decir algo estúpido. ¿Dejarle todo a ella? No debía ser tan malo.
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¡FELICIDADES! ¿PAPÁ?
أدب المراهقينDuff tiene todo: Una novia hermosa, la cual lo ama como loca. La banda donde está tiene gran éxito. Una vida llena de diversión y lujos. Pero... ¿DUFF SERÁ PAPÁ? ¿Está listo para esa gran responsabilidad?