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Jasmin

Emily vino a dejarme a mi casa, hubiera preferido quedarme con ella, pero mañana teníamos clase y no quería oír a mis padres gritandome por que no llegué a casa.
-Bueno asta mañana, no olvides el nombre de mí poema dijo Emily-, ok, descuida, adiós, maneja con cuidado.
-Caminaba por las gradas, eran las once era una noche muy fría, llevaba un abrigo que me había prestado Emily. Entre y pude ver los restos del jarrón por tado el piso de la sala, seguí caminando hacía mi cuarto, cuando vi a mi madre tirada en el sofá, tenía la nariz ensangrentada y se le notaba el puñetazo que le habían dado en el pomulo derecho, estaba casi inconsciente.
-Escuché que la puerta se habria, era mí padre borracho, me levanté, fui hacia el- lo miraba con todo el odio posible- maldito, la has dejado casi inconsciente le grite- cierra la boca, maldita mocosa, ve a tu cuarto y no te metas en las cosas de tus padres dijo- pudrete maldito le dije con toda mí rabia- mi padre venía hacía mí, mientras cerraba el puño- trataba de agarrar valor y que no me controlara el miedo que sentía, cuando escuché la voz de mi madre.
- Ni se te ocurra tocarla maldito, le grito mi madre- yo voy a educar a esta como yo quiera le respondió mí padre- puedes golpiarme a mí, pero tocala a ella y te mato exclamó mi madre-, no te vasto verdad, quieres más, dijo mí padre, y los gritos siguieron- sentía un dolor en el pechó y un nudo en la garganta- ¡ya basta, maldita vida¡, grite, no supe en que momento me salieron las palabras de la boca- salí corriendo a la calle con las lágrimas brotando por mis mejillas.

EL PRIMER AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora