Introducción

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La vida a veces es injusta... y otras veces peca de perversa!

Hace cuatro años que falleció mi madre y la esposa de mi hermano mayor. Gracias a eso, mi hermano se mudó con mis sobrinos a una ciudad a cinco horas de aquí. Ya no podré verlos crecer tan de cerca como lo venía haciendo; ahora en vez de verlos una o dos veces a la semana, con suerte podré verlos una vez al año.

Mi perrita está muriendo a causa de ese tumor que empezó a consumirse a sí mismo, formando un agujero en su costado, y dada su avanzada edad ya no podrán operarla. Pronto ella también me abandonará, y lo único que puedo hacer es verla recostada en el almohadón que yo misma le hice, moviendo su cola alegre cada vez que me ve y acariciarla hasta el último momento...cuando éste le llegue.

A todo esto, sumarle que hace solo unos meses mi padre me obligó a viajar a otro país a su casamiento con una mujer que había conocido por mail y solo dos semanas en persona. Ok, acepté ir por compasión, ya que nadie de la familia está de acuerdo con este casamiento, pero eso de llevarme engañada y obligarme a ser testigo del civil y "madrina" en la celebración por iglesia, fue muy bajo por parte de su actual esposa. Mujer que no buscaba mi simpatía, sino que finge buscarla para que mi padre crea que soy yo la que se cierra ante ella... ¿y cómo me voy a abrir si apenas la conozco y lo poco que me muestra de ella me desagrada? La respeto porque es la esposa de mi padre, pero eso no significa que obligatoriamente deba ser su amiga.

Por cosas como esta le dije a mi padre que se fuera a vivir en la casa delantera del terreno. Ya que por sucesión de herencia, tenemos un terreno con una casa adelante y otra en el fondo. La de adelante era de mi abuela, y no me trae buenos recuerdos. Así que le ofrecí a mi padre que se mudara allí cuando se casara, porque una pareja de recién casados necesita su tiempo a solas y yo no sabía cómo iba a reaccionar en la convivencia con una mujer ajena a la familia. El trato era ese, él con su esposa en la casa de enfrente, yo en la que se encuentra detrás de esa; que era de mis padres cuando recién se casaron. Mi padre dijo que no me desampararía, que me iba a ayudar con los gastos hasta que encontrara trabajo. Como no quise abusar, ya que son muchos gastos para una sola persona, le dije que solo se encargara de las cuentas de luz, agua e internet, que de mi alimentación yo me encargaba.

Todo bien hasta ahí... pero hace tres meses mi madrastra tuvo la brillante idea de decirle a mi padre que si él me seguía manteniendo, yo no me esforzaría en conseguir trabajo. Tuve seis entrevistas en un mes y no quedé en ninguno de esos trabajos. Repartí curriculums por el barrio, armé un curriculum online, busqué en páginas web de ofertas laborales... y no, se ve que para ella no me esfuerzo lo suficiente. Esto confirmala sospecha que siempre tuve de que mi padre poco me conoce.

Hace tres meses que vengo pagando mis cuentas con ahorros que quién sabe cuánto más duren, comiendo arroz o fideos, con suerte hago alguna tarta o algo casero. No le dije nada de esto a mi padre, después de todo si me voy a independizar, tengo que arreglármelas con lo que tengo y puedo. Soy mayor de edad, así que él no está obligado a hacerse cargo de mi.  Gracias a Dios, que la iglesia me dio una canasta básica de alimentos y me ayudó a comprar algunos artículos de limpieza. Con eso puedo seguir por un tiempo más.

Pero estoy cansada, desanimada completamente y solo quiero tirarme en mi cama a leer o mirar películas, ¿por qué diablos mi mejor amiga sigue insistiendo en que salgamos?

Vino a pasar unos días conmigo, la verdad nos divertimos bastante, ella es como mi hermana y siempre sabe cómo levantarme el ánimo... aunque dadas mis actuales circunstancias, su efecto disminuye bastante...eso explica su jodida insistencia.

¡No quiero salir el próximo fin de semana con un grupo de jóvenes que ella conoció en un campamento! ¡Yo no fui a ese campamento, no conozco a nadie! Soy bastante cerrada cuando apenas conozco a alguien y más ahora, que tengo el ánimo por el piso.

La única excusa que se me ocurre decirle, es que saldré con una amiga ese mismo fin de semana; cosa que es cierta, ya había quedado con una amiga que hace mucho no veo para salir juntas ese mismo día.

-Y le escribís para que vaya con nosotras a la juntada -cuando esas palabras salieron de su boca, supe que no tendría más opción.

Tomé mi celular, que estaba sobre la cama, mi mejor amiga se sentó a mi lado y me dispuse a mandar el mensaje a mi amiga con la que ya había pactado una salida. Su respuesta fue rápida aunque no inmediata, preguntándome quiénes eran los que iban, de qué se trataba todo eso. Brevemente le conté que era una juntada entre los amigos que mi mejor amiga hizo en un campamento, y que a su vez ellos invitarían a sus amigos. La típica reunión de amigos de amigos.

Su respuesta fue rápida, no tenía problema alguno en ir. Y todo posible escape a esta salida fue truncado.

No había excusas convincentes, no había marcha atrás. 


El fin de semana tendría que ir a la dichosa salida...

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