Desarrollo

16 1 0
                                        

Que alguien me explique... que alguien me explique... ¡¿cómo demonios terminé siendo la única mujer del equipo?!

Somos cuatro mujeres, y tres de ellas están en el equipo contrario. Soy la única en un equipo de hombres, y dado a que, como mencioné anteriormente, me siento intimidada para socializar en grupos grandes de personas, mucho más cuando se trata del sexo opuesto cuando apenas si he cruzado palabra con alguno de ellos. Y a todo eso súmenle, mi pésima puntería que me dejará en ridículo frente a todos...diablos...

Y ahí estamos, perdiendo ante el otro equipo. Todos los chicos han sido muy amables al explicarme con paciencia técnicas y métodos de lanzamiento. Aunque no les valió de mucho, ya que realmente soy muy dura para estas cosas. Lo bueno que puedo destacar de esto, es el haber podido conocer mejor a mi equipo, realmente son muchachos agradables, aunque algunos de ellos son algo raros... como el amigo de Gabriel que se saca fotos abrazando a la bola de bolos.

Es verdad, sacamos muchas fotos en esos momentos. Cuando no era mi turno para intentar tirar los bolos, hablaba de series o cómics con mi equipo. Porque, si, digamos que mis hermanos mayores me han instruido muy bien en ese mundo jeje

Terminada nuestra mini competición, con mi equipo en segundo lugar, decidimos pasear por el shopping. Vimos vidrieras e hicimos algunas bromas sin mucha importancia, un paseo divertido.

Lo único que no me divertía mucho era ese chico amigo de Gabriel, (sigo sin recordar su nombre), el cual parece querer llamar la atención a todas horas, con bromas estúpidas, molestando a los demás. Quizá es amigo del resto hace mucho tiempo y por eso no les fastidia como a mi, o quizá sea que yo he estado muy bajoneada e irritable este último tiempo. ¡Ay, pero sí que me molesta! ¿Qué tiene? ¿15 años? ¿Es adolescente de mente? ¡Qué pesado que es!

Bue... yo también sueno a vieja amargada. Supongo que estoy influenciada por todo lo que ha pasado en tan poco tiempo, y que mis ganas de venir a esta salida eran básicamente nulas...

¡Pero vaya que estaba irritada! ¡Quítese! ¡Quiero ver las vidrieras en paz! No escuchar tus bromas de que los zapatos de tacón con tachas puntiagudas son armas de defensa personal, que utiliza la mujer para patear a los acosadores en.... Esperen un momento.... Esa broma la hice yo a raíz del comentario de una de mis amigas.... Y él me dio la razón con otra broma... Bueno, es que en cierta forma serían buenas armas de defensa más que zapatos a la moda...

Dios, por mi naturaleza de hacer bromas sin sentido de cualquier cosa, ya lo hago por plena inercia. Probablemente, sea mi método de autodefensa, para que no noten que en realidad estoy mal. Tampoco quiero preocupar a nadie... si pudiera esconderme en un hoyo, mejor. Cuando me siento desanimada o deprimida, prefiero estar sola hasta que se me pase, detesto que la gente me vea con compasión, lastima y pena; en especial si no los conozco.

Es por eso que ahora estoy aquí, fingiendo sonrisas de a ratos, forzándome a reír y divertirme para distraerme y que piensen que en realidad nada malo está pasando conmigo.

Me perdí demasiado en mis pensamientos, y lo noto cuando mi mejor amiga se cuelga de mi brazo para hacer un comentario sobre lo que dijo Katy.... Si, totalmente abstraída sobre el tema de la charla y como campeona olímpica siguiendo la línea de conversación, como si estuviese al tanto de todo.

Después de recorrer y bromear un poco entre todos, se decidió cuál sería nuestro próximo lugar de entretenimiento: la pista de patinaje en el piso más alto del Shopping. Piso más alto...solo tiene dos niveles el edificio, salteando el estacionamiento.

En fin, aquí estamos, observando como algunos van a pagar su entrada a la pista y pedir sus patines. Porque sí, no muchos se podían costear esta atracción (entre ellos mi mejor amiga y yo), y en el mismo lugar te dotan de los patines para acceder a la pista.

Por ahí me pareció escuchar, cual susurro a lo lejos, como alguien se quejaba de que los patines le quedaban "flojos", o sea que no le calzaban bien debido a que eran de una talla más grande, y que encima no se lo dejaron cambiar por no haber talles menores.

Algunos se sentaron en un banco cercano a la pista, otros nos arrimábamos hacia la cerca que delimitaba la misma, para deleitarnos con el espectáculo que nos brindaban los de nuestro grupo que no sabían patinar, y aún así se adentraron a este lugar. Este era el caso de uno de los chicos que estaba en mi equipo de bowling, su nombre, si no mal recuerdo, es Elías.

Estaba junto a mis amigas haciendo bromas sobre las artísticas piruetas de Elías, quien iba dando vueltas alrededor de la pista agarrado de las barandas, se chocaba contra las paredes que lo rodeaban, giraba sin control, entre otras. Era evidente que, no sabía patinar y que tampoco se esforzaba por hacerlo bien. 

No podía parar de reírme, creo que era de los pocos momentos en esa salida que me reía con verdaderas ganas, si no es que el único. Era muy gracioso y bastante divertido, incluso en ese momento en que chocó con un chico que patinaba tranquilamente con su novia. Se dio tan fuerte contra aquel desconocido que Elías cayó de espaldas al piso. El otro chico quedó de pie mirando a Elías tendido en medio de la pista sin entender nada, al igual que su acompañante. 

Todos reímos a carcajadas sueltas, pero las mismas se fueron apagando al notar algo extraño.

Elías no se levantaba del suelo... y no parecía que fuera a hacerlo pronto...




AparienciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora