Capítulo 1: Death.

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La muerte es apacible, fácil. La vida es mucho más difícil.


— No mí hermano —la vista se me nublo repentinamente; y aunque fue solo por tres segundos, me sentí completamente desorientada al momento que me reincorpore y empuje el cuerpo de Edward a un lado dispuesta a echar a correr— ¡Jasper! —jadeo Ed y al momento los hombres de la familia se interpusieron en mi camino. Carlisle estiró los brazos en forma conciliadora, no pensaba lastimarlo en absoluto, pero mi rostro debió manifestar lo contrario.

Rodeé el cuerpo del rubio vampiro, Emmett se movió conmigo, cubriendo el cuerpo de su padre adoptivo y alcanzándome el brazo. Lo lance a un lado con más fuerza de la que hubiese deseado. Observé por el rabillo del ojo el cuerpo del fortachón hacía chuza con su padre y si no fuera poco, con Jacob también. No me imaginaba tan fuerte. Solo un vistazo bastó para que Jasper me tuviera entre sus brazos.

— ¡Suéltame! —Grité luchando por liberarme— Jasper, no quiero hacerte daño ¡suéltame! —libere el brazo y lo lleve atrás atestando un buen golpe en la nariz. Salté, pero todo lo que había escuchado del vampiro era cierto, Jasper realmente era rápido. Di de cara contra en el suelo. Mi contrincante lo tomó de ventaja para trepar sobre mi espalda y enganchar mis extremidades— Yo tampoco quiero hacerte daño, así que tienes que escucharme —gruñí empujando hacia arriba. Varios pares de pies se movieron hacía nosotros, pero se detuvieron con la misma rapidez. Seguramente Jasper los había frenado— ¿Escucharte? ¿Qué tienes que decir? ¡Ellos mataron a mi hermano! Esos malditos hijos de... —.

—  ¡Entra en su cabeza! —alguien dijo, no logre reconocer la voz, había demasiado corriendo en mi cabeza— No es posible, el escudo está en acción. No se lo permite —ese sin duda alguna, había sido Edward.

—  Mia, escúchame. Puedo ayudarte... —no. Me sacudí una vez más— Solo déjame entrar. Aliviare el dolor. Lo prometo — ¿podía realmente hacerlo? Era demasiado. Más que las llamas que habían terminado por consumirse y convertirme en eso. ¿Cómo estando muerta era capaz de doler tan intensamente? O bueno, media muerta— Déjame ayudar —insistió. Cansada de pelear, apoyé la mejilla en la madera del suelo. Quería echarme a llorar como una niña pequeña; pero no podía. Asentí. Cerré los ojos y encontrando las vibraciones y destellos del escudo encarnado a mí, lo lancé fuera. El alivió no tardó en llegar.

Mis músculos se destensaron y el vampiro salió de encima mio. Me ayudó a reincorporarme— Lo siento —masculle como disculpa en dirección a los tres que habían salido lastimados. Carlisle me dedicó una mirada comprensiva. No sabía que más hacer, así que me limité a situarme muy junta a Jasper— Creó que será mejor que Mia descanse —sugirió Edward y estuve agradecida de que fuese él quien lo expresara en voz alta. Ya que yo no me atrevía. Jacob se adelantó sobre los tres chupasangres. Algo saltó dentro de mi pecho. No quería a Jacob cerca, no ahora. 

Desvíe la mirada hacia el vampiro rubio a mi lado ¿Había sido cosa suya? Él frunció el entrecejo dándome la respuesta. No.

— Necesita estar sola, estará a salvo aquí —se apresuró a agregar el broncíneo. El lobo lo miró malhumorado, después se volvió a mí con una ceja enarcada. Asentí otorgándole un intento de sonrisa. Jacob salió a grandes zancadas, y de la misma tomó la forma de perro gigante. Me replantee la idea de ir tras de él, pero mis piernas parecían estar pegadas al suelo— Alice, Jasper, llévenla arriba —fui escoltada hasta la habitación que me pertenecía hacía un par de semanas atrás. Y la cual, seguía intacta. Me senté al borde mientras observaba el diminuto cuerpo de Alice deslizándose por toda la habitación, como sí algo le preocupara.

Lazos de Sangre y Ponzoña [EN PAUSA INDEFINIDA].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora