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Querido hijo.

Me maldigo cada vez que fumo un cigarrillo, pero a pesar de todo sigo haciéndolo, esperando pacientemente a morir antes y no tener que soportar tanto dolor.

Lo siento por no ser fuerte, hijo. No puedo simplemente mirar tus ojos enrojecidos sin pensar que todo esto es mi culpa.

Mi estúpida culpa.

Querido hijo: No te mueras. [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora