Matriarcas Del Inframundo

CAPÍTULO 6

Este barrio es una reverenda mierda, primero: Pise lo que ha de ser estiércol de perro. Segundo: Una prostituta se me insinuó. Y ahora; el maldito contenedor en el que arroje al imbécil que nos atacó huele tan mal que me lagrimean los ojos. Yo y mi enorme vena de superhéroe me va a dejar jodida. Tomo a idiota inconsciente y lo saco como si fuera un enorme saco de mierda maloliente, lo tiro al asfalto en un charco de agua y con la mente lo impulso a despertar.

- Despierta corazoncito, el sol ya salió. – Intento llamarlo mentalmente, bueno tengo esa habilidad bastante oxidada. - ¡Despierta hijo de puta o te quitare el pene con un cuchillo! – Grito y lo bofeteo. El hombre abre los ojos asustado y grita como ¿Recuerdan cómo gritaba Ruby Rhod de la película el quinto elemento cuando los mangalores atacan el teatro de ópera? Es idéntico a él, y pensar que este chillón iba a ganar un millón de dólares por asesinar a Audrey.

El hombre se gira gateando lejos de mí, que patético. camino de forma lenta con las manos en los bolsillos, suspiro con exasperación y lo tomo del cabello dando un fuerte tirón haciéndolo lanzar un alarido. – Tú y yo vamos a hablar corazoncito, empecemos por el intento de asesinato a Audrey Henley y luego del millón de dorales que ibas a ganar y por último quien los va a pagar... ¿Para quién trabajas corazoncito? Responde rapidito o tendré que pintar la cuadra con tu sangre y créeme soy malditamente buena en armar desastres con sangre. – Sacó mi linda navaja Leatherman, puedo decir que esta cosa es el sueño húmedo de un asesino serial. – Empieza a cantar como tenor o aullaras como soprano. – Le apuñalo una pierna y lanza un grito.

- ¡Ahh! noo-no-no, ¡Hablaré! ¡Lo juro! – Que decepción, esto fue más fácil de lo que esperaba, o deseaba que fuera. No es que sea en especial una psicópata, no me divierte torturar personas, pero de algo si estoy segura. ¡Amo sacarle la mierda a los hijos de puta como estos! Y este idiota me subestimo. – Yo-yo tenía que asesinar a la-la chica y hacer que pareciera un robo, recibí un pago de quinientos mil dólares ayer y lu-luego de terminar el tra-trabajo me darían otro pago de quinientos mil...

- ¿Cuál era el seguro de que no desaparecieras con los primeros quinientos mil y no completaras el trabajo? – Nunca se sabe con quién se está tratando para los negocios.

- E-estoy amenazado, se me especificó que si no completaba el trabajo y no devolvía los quinientos mil me-me cazarían y asesinarían. – Parece que alguien poderoso esta tras esto.

- ¿Quién dio la orden e hizo el pago? Y si no respondes con la verdad tus huevitos probaran el lado dentado de esta navaja. – Retuerzo la cuchilla incrustada en la pierna y el tipo arranca a llorar.

- ¡Yo nunca le vi la cara! ¡Lo juro!... Solo me contacto por teléfono, siempre era un hombre y me da-daba instrucciones. ¡No se mas! ¡Por favor! ¡Ahhh! – De un tirón arranco la cuchilla y se la pongo en el cuello justo en la yugular, ligeramente hago presión y veo como las primeras y pequeñas gotas de sangre aparecen. El hombre llora, jadea asustado y se orina en los pantalones. ¡PATETICO! Vigilo el lenguaje corporal y veo que sí dice la verdad. Sabía que no podía ser tan fácil. Haciendo un esfuerzo monumental entro a la mente de este perdedor y busco la información, efectivamente solo fue contactado por teléfono, memorizo los números de cuentas, claves y demás información personal que me servirá para saber de donde entraron esos primero quinientos mil. Luego elimino el recuerdo de mi rostro induciéndolo a la inconciencia.

- Esto se pone más interesante. – Digo para mí. Mentalmente estoy exhausta y tengo un leve sangrado por la nariz, me ha llevado años perfeccionar las habilidades mentales que la maldición no me pudo quitar. Y ésta lucha por arrebatarme el poco poder mental me queda, y puedo decir que la jaqueca que me causa es digna de un borrachera con vino. Me dirijo al apartamento pensando en quien podría hacerle daño a Audrey.

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CAPÍTULO EN PROCESO