Aidan y yo, ya llevábamos una semana juntos. Podía apreciar que Aidan se había puesto demasiado empalagoso para mi gusto, considerando que yo solo empecé a jugar con él para quitarle la virginidad por mera diversión.
—Buenos días, Leo —saludo Aidan con cariño.
—Buenos dias —salude a secas mientras leía el periódico sentado en un sofá— ¿Madrugaste?
Hoy en la mañana me desperté solo en la cama.
—Si, es que fui a comprarte un regalo —Pude ver que se ruborizo.
—¿Regalo? —dije lleno de curiosidad. Yo amo los regalos.
—Si... —Aidan saco una caja roja con forma de corazón—. To-toma —dijo mientras me entregaba la caja con una notoria vergüenza.
—Eh... gracias... —Tome la caja, que desprendía ñoñería, y la abrí, pudiendo ver que traía chocolates adentro— ¿A que se debe este regalo? —pregunte para luego sacar un chocolate y comérmelo.
—Es por nuestro aniversario de una semana juntos —murmuro Aidan mientras se sobaba las manos.
Sentí que me atragantaba con el chocolate y me puse a toser.
—¿¡Leo estas bien!? —pregunto Aidan el cual corrió a golpearme la espalda.
Es oficial, tengo que terminar con este chico antes de que se le ocurra pedirme matrimonio.
Después de la mala experiencia con el chocolate, le pedí que me acompañara al segundo piso. Aidan se sonrojo, por lo que pude intuir que el pensaba que íbamos a tener sexo. A mi no me molestaría tener un ultimo polvo con el si no fuera porque es demasiado rápido en la cama para mi gusto. Fue divertido quitarle la virginidad, pero ya molesta el que tenga tan poca resistencia.
—Aidan tengo que decirte algo importante —dije tratando de sonar serio.
—Esto... —El chico se sobo las manos nervioso— ¿Puedo decir algo yo primero?
Alce una ceja.
—Como desees —respondi no muy seguro. Probablemente me diga alguna ñoñería y después yo tenga que córtale; tampoco es que sea algo que me vaya a pesar en la conciencia.
—Es que como ya llevamos una semana juntos, pensaba en presentarte a mi familia —dijo con vergüenza mientras miraba hacia el piso. Rara vez me miraba a los ojos.
¿Conocer a los suegros? No gracias. Ahora que lo pienso nunca los he visto, aunque tampoco es que me interesara saber de ellos.
—¿Y que me di-dices? —pregunto Aidan tímidamente con una pequeña sonrisa.
—Aidan, terminamos —dije cortante. Mejor decirlo de una que andarse con rodeos— Lo nuestro se acabo.
Su sonrisa tímida se esfumo.
—¿Qué...? —pregunto en shock.
—Lo que has oído.
Me dirigí hacia las escaleras y cuando ya había pisado un escalon, viene y Aidan me agarra del brazo.
—¿¡Por que estas terminando conmigo!? —grito perdiendo la compostura— ¡Si te molesta lo de conocer a mi familia no hay problema! No te obligare a que los conozcas...
—Suéltame...
—¡Leo, responde!
—¡Solo salí contigo por juego! ¿¡Vale!? ¡Ya me aburrí de ti! —grite molesto— ¡Ahora déjame irme!
Pude sentir que Aidan me clavaba las uñas en el brazo.
—Dime que es una broma... —Lagrimas comenzaron a salir a salir de sus ojos—. Dijiste que me amabas...
—Pues te mentí ¿acaso nunca te han mentido? Eres muy melodramático, solo estuvimos una semana juntos...
Forcejeamos un largo rato para que me soltara.
—¡Ya suéltame, precoz! —grite en cólera— ¡Solo quería acostarme contigo y fue muy decepcionante! ¡Ahora ve a buscarte a alguien que soporte tus ñoñerías de adolecente y tu nula resistencia en la cama!
Aidan me soltó de pronto mientras yo tiraba hacia el lado contario, salí con gran fuerza hacia atrás lo que provoco que perdiera el equilibrio y cayera por las escaleras. Rodé y rodé. Repentinamente mi cabeza se dio con el borde de un escalón y todo mi mundo se tiño de rojo, para luego pasar a un negro absoluto.
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Solo es un juego [Gay]
General FictionLeonardo es un hombre que se encuentra aburrido en el parque, y el cual de la nada aprecia a un lindo adolescente tímido que se encuentra dibujando tranquilamente cerca de nuestro protagonista. Leonardo hará todo a su alcance con tal de llevar a la...