Tras todo aquello el moreno, el cual había recuperado parte de su energía, pero que seguía estando muy herido, llevó al rubio como pudo a su habitación; donde, tumbó a Carlos y a su lado él, ya que no se sentía con suficiente fuerza como para pasarse la noche despierto, ya pasará la siguiente.
Así que queridos lectores esta había sido la primera noche con los durmiendo juntos, dejando a un lado la situación, lo era.
Carlos empezó a despertarse tras aquella noche, quiso estirarse y moverse, pero, estaba rodeado por unas manos, que al darse cuenta eran las de Blas.
~¿quién sino iba a ser querida narradora?~
Nuestro querido rubio no tardó ni un segundo en darse la vuelta para poder ver a Blas durmiendo. Carlos sonrió inconscientemente al ver al moreno dormido cual niño pequeño abrazado a un peluche, en ese momento, el peluche de Blas era Carlos.
El rubio se dio cuenta que la respiración del moreno no era como debía ser, respiraba entrecortado, supuso que sería por las heridas, que por cierto, hasta aquel momento no se acordaba de ellas. Como pudo se retiro un poco de Blas, aún sin soltar el agarre del moreno y procedió a echar un vistazo a las heridas de éste, que para su sorpresa estaban curadas, sólo quedaban unas pequeñas marcas, a excepción de la más grande, que aún estaba un poco abierta y con un aspecto no muy bueno que digamos.
Y queridos lectores en este mismo momento es cuando Carlos se da cuenta de que Blas estaba sin camiseta, un aplauso para nuestro rubio favorito.
Bueno, tras un cuarto de hora más o menos, en uno de los movimientos, Blas soltó a Carlos de su agarre, éste, con el mayor sigilo nunca visto en un rubio, se levantó de la cama y salió de la habitación, no sin antes asegurarse de que no le daba el sol a Blas por ningún lado.
Bajó las escaleras y le dio por mirar el reloj.
-¡¿LAS DOS?! cuánto hemos dormido, dios... con razón tengo hambre, aunque bueno, eso no es novedad, ya que yo tengo hambre las 24 horas del día, jé- dijo el rubio
-Bueno vamos a ver que tienes por aquí Blasito- dijo mientras se dirigía a la cocina.
Al llegar empezó a abrir armarios, vacíos o con platos antiguos , los cuales, obviamente, nadie usaba; a menos que Blas hiciera sopa de sangre, quién sabe. Abrió la nevera y para su sorpresa estaba llena de sangre sintética, muy buen uso, así en verano se podía hacer helado de sangre o granizado mismo, inclusive de refresco; a la sangre se le puede sacar muchos usos chicos.
El rubio maldijo a Blas por no tener nada apto para humanos, ya que él por lo menos, no iba a probar eso que tenía en la nevera; así que pensó en ir de comprar y volver tras finalizarla.
En el super compró dulces, pan, hamburguesas y como no, chocolate para pasar el día en casa de Blas. Luego fue a la farmacia y compró medicinas, una crema para las heridas, betadine, algodones, gasas y unas vendas para hacerle un apaño a lo Carlos; después de todo eso se fue a su casa ya que la del moreno no le gustaba mucho para comer y más que nada porque no sabía si la cocina funcionaba; así que a su casita y comía mientras veía The Big Bang Theory, sip, desde luego le convencía ese plan.
Al acabar de comer se tumbó en el sofá, para reposar la comida diría él, pero como todos sabemos el rubio se quedó dormido a los pocos minutos de tumbarse.
Cuando se levantó desde.. cerca de las cuatro cuando se acostó, ahora eran las ocho, así que se metió las pilas y cogió todo lo necesario y se fue corriendo a casa de Blas.
Llegó y se fue directo a la habitación del moreno; al entrar Carlos suspiró medio aliviado al ver que Blas seguía durmiendo.
Carlos se acercó para ver bien a Blas y vio que estaba respirando peor que antes y parecía que desprendía demasiado calor; Carlos tocó la frente del moreno y la quitó enseguida por acto reflejo.
-Joder Blas, estás ardiendo... ¿los vampiros pueden tener acaso fiebre o ponerse malos? se que conservas algo de tu parte humana, pero aun así es muy confuso para mi. De cualquier modo voy a buscar un paño para ponertela en la frente- dijo Carlos bajito.
Tras encontrar un paño y un especie de cubo, le echó agua, lo más fría posible y hielo del congelador, ya que no tenía nada más que eso, hielo y subió de nuevo a la habitación. Cuando entró Blas estaba medio despierto, con un brazo cubriéndose la cara; Carlos se sentó a su lado y el moreno apartó un poco su brazo hasta poder ver al rubio.
-Por fin has terminado... no veas que jaleo tenías montado abajo tirando cosas, así es imposible descansar...- murmuró molesto el moreno
-pero Blas, si llevas casi un día entero durmiendo... marmota- dijo esto último en un susurro
-Te he oído eh, aunque susurres o no lo digas te recuerdo que tu mente es mía y puedo saber todo cuando quiera- dijo Blas terminando de quitar su brazo
-Pues ale, aquí tienes el cubo con el paño y aquí las medicinas; con esa actitud no seré yo quien se preocupe de dónde y cómo estés más- dijo Carlos dejando las cosas en la cama y acto seguido se levantó de la cama.
En ese momento Blas se dio cuenta de el error que había cometido al decir esas palabras, no podía dejar ir a Carlos, era y nunca mejor dicho, vital para él.
-No Carlos espera...- dijo el moreno, el cual, se intentó levantar para ir a por el rubio, pero en vez de eso se quejó del gran dolor que aún sentía.
Carlos en su interior sabía que no podía dejar a Blas en aquel estado, así que en silencio, con una actitud fría se puso donde estaba antes.
Empezó a poner los paños en la frente del moreno, en silencio, en un ambiente un tanto tenso para ambos, los cuales se estaban mirando fijamente; tras un tiempo Carlos notó que el enfado que tenía por lo de antes iba desapareciendo mientras miraba los ojos azules-rojizos de Blas.
-Carlos lo siento, no tengo tacto con la gente... debo pensar las cosas antes de decirlas, contigo más que nadie, gracias por todo lo que haces por mi- dijo Blas en un tono calmado y sincero, a lo que Carlos le respondió con media sonrisa.
-Tienes que contarme qué te pasó- dijo el rubio
-lo haré, no te preocupes. ahora... ¿ me podrías ayudar a sentarme aquí en la cama? por favor- dijo Blas; el rubio asintió y le ayudó a incorporarse con mucho cuidado y lento, al final consiguió sentarlo y al conseguirlo los dos se miraron y se sonrieron.
-Oye Blas ¿estás bien? te has puesto de pronto muy colorado- dijo el rubio al ver a Blas rojo con los ojos abiertos como platos.
-E-EH SÍ, solo que... ¿ te sigue doliendo la lengua, cierto?- dijo Blas
-Ah sí, me mordí demasiado fuerte y bueno...- dijo Carlos desviando la mirada de Blas
-En ese caso déjame que la cure- dijo el moreno
-¿puedes?- dijo el rubio
-claro, además, es lo mínimo que puedo hacer, ven- dijo haciendo una seña a Carlos para que se acercarse y eso hizo
Blas le cogió la cara con una mano a Carlos y acto seguido le besó; para Blas sería el primero con el rubio en el cual él sintiera algo, pero ese beso no tenía como principal fin sus sentimientos, sino otra cosa.
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QUEEEE DESCUBRIREMOS EN EL SIGUIENTE CAPITULO!
PREGUNTAS:
-¿momento favorito?
-¿hizo bien Carlos en mostrarse frío con Blas en aquél momento?
-¿pensáis que Blas por fin cambiara su actitud con el rubio?
-¿por qué Blas se puso colorado tras incorporarse?
-¿Cual creeis que es el fin de ese beso de Blaso a Carlos? (creo que es obvio jajaja)
-¿os gusta que vuelva a meter a la metomentodo que estaban en los primeros caps?
Espero que te haya gustado, dale a la estrellita, comeeentaaa y si quieres compártela con tus amigos, nos vemos muy pronto!
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Blind Love \Blarlos\
VampirCarlos Pérez Marco, un chico de lo más normal, risueño, gracioso, amigable; y Blas Cantó Moreno, un chico un poco menos normal, misterioso, serio;pero, a su vez había algo que llamaba mucho la atención, su piel tan blanca, sus ojos azules como el m...